San Valentín, la noche en que más se llenan (y ganan) los hoteles
Grandes ganancias, experiencias bizarras y expresiones eufóricas de amor. Te contamos lo que viven los trabajadores de hotel un agitado día del 14 de febrero.
Si Gisela, trabajadora del hotel Dorado Suit, tuviera que describir la noche de San Valentín, sería “agotadora, pero beneficiante”. Mientras que para las parejas el 14 de febrero es un día de celebración y amor, para los que están en el campo de la atención al cliente en el sector hotelero, ni la más afectiva muestra de amor puede emocionarlos tanto como ver que el tablero de llaves no queda ninguna.
La joven recepcionista cuenta que desde las 8.00 a.m., como horario entrada laboral o de colegio, los clientes empiezan a llegar para ser unos de los primeros en conseguir una habitación. Desde ahí todo se vuelve una carrera para ver cuantos pueden entrar.
“Nosotros alquilamos habitaciones por seis horas, pero hay algunos que vienen y se quedan por tres. En ese rato hay que dejar todo limpio para el siguiente. No es que las personas dejen todo limpio, ensucian el piso, dejan todo mojado”, dice la recepcionista.
Condones tirados, pisos mojados, espejos marcados de manos, sabanas húmedas que parecen ser usadas como toalla, papel en el suelo, y hasta manchas de sangre, es lo que se suele encontrar y tiene que limpiar en un intervalo de máximo 20 minutos Gisela, pero eso no puede ser lo peor que pase un 14 de febrero.
Raúl, quien trabajó por cuatro años en el mismo hotel, se volvió todo un experto en reconocer a parejas problemáticas. Con tan solo ver la forma que llegaban podía determinar si las personas venían de un almuerzo, de tomar unas copas o de estar en una discoteca. Cuando veía que ambos estaban ebrios no dudaba en pedir el DNI de ambos.
“Siempre tienes que tener cuidado a quién se acepta. Algo que le pasó a un compañero fue que casi una pareja quema el hotel. Ellos dejaron las velas prendidas cerca a las cortinas y se empezó a encender. El personal de turno tuvo que meterse por la ventana y la pareja que estaba desnuda en la cama durmiendo tuvo que salir como estaba. Ellos ni siquiera sintieron. El personal de turno tuvo que entrar por la ventana, ya que el humo llegaba hasta la recepción”, dijo.
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Pero más allá que la competencia de gritos y de todo lo malo que se podría encontrar en las habitaciones, el lado económico mejora el panorama para aquellos negocios. Esa noche las ganancias de hoteles suelen elevarse de manera vistosa.
La creadora de Telos Recomiendo ha pasado cinco años experimentando la calidad de hoteles. Así, cuenta que la noche del 14 de febrero ella y su pareja prefieren de salir de Lima para encontrar más opciones y no quedarse con habitaciones de instalaciones que por ser solo ser 14 de febrero quieren cobrar el doble o hasta el triple de lo que realmente las habitaciones.
“El primer 14 de febrero que alquilamos cuarto encontramos uno que tenía un valor de hasta 80 soles máximo por noche —teniendo en cuenta las instalaciones— pero esa noche nos cobraron 220”, dijo la creadora de contenido.
En la ley de oferta y demanda el aumento de precio de inevitable. Gisela señala que las indicaciones para ese día es que el precio aumente a un 10% o 20% de lo que se cobra normalmente.
“Un cuarto que vale 25 se pasa a 35. Si esta 30 se cobra 40. Y si ya quiere toda la noche se le cobra de 60 soles a más”, dice la trabajadora de Dorado Suit.
Y esto va como parte las ganancias sin tener en cuenta que también se venden otros productos como vinos, cervezas, condones, lubricantes y algunos piqueos, los cuales también son aumentados de precio.
Por lo que teniendo en cuenta que dependiendo el tamaño del hotel, la cantidad de cuartos que se llenan en un día y el flujo de personas que llegan por hora, las ganas de un hotel se pueden hasta triplicar en San Valentín.
“El flujo verdadero empieza a las 6.00 pm. Ya para la noche de San Valentín llenas todo y la mitad se te va y se vuelve a llenar, entre las 9.00 p. m. y 10.00 p. m. Algunos desde esa hora se les da posibilidad de que se queden toda la noche a un precio mayor, pero también hay otras que entre las 2.00 a. m. y las 3.00 a. m. vienen y se vuelve llenar”, comentó Raúl.
Y estos números son de una instalación que se encuentra un distrito fuera del centro de Lima. En Lince, el distrito que se es conocido por tener una amplia oferta de hoteles, también salen ganando, así no cambien los precios.
Según la administradora de varios hoteles de Lince, dentro de los negocios que ella maneja hay edificios que cuentan con 50 o hasta 70 habitaciones y en la noche de San Valentín suelen llenarse todas.
"El 14 llenamos las habitaciones en su totalidad al final del día. Nosotros no aumentamos los precios, pero las habitaciones que se suelen dar son por horas, ya que somos hoteles de alta rotación".
Entonces, teniendo en cuenta a estos dos negocios, un hostal al paso como Dorado Suit, que recibe parejas cada seis horas, y que un intervalo de 24 horas pasen alrededor de cuatro turnos de parejas en los 20 cuartos que poseen, podría ganar al rededor de 2.400 soles con habitaciones de 30 soles. Por otro lado, en el caso de un hotel de Lince, teniendo en cuenta las 50 habitaciones de 50 soles que existen y se vayan parejas cada seis horas en el día, debería obtener como mínimo 10.000 soles. Estos precios sin tener en cuenta los otros productos que venden esa noche.
Esto nos podría decir que, tal como lo dice la creadora de Telos Recomiendo: "El catorce es como la Navidad de los hoteles". Sin embargo, a pesar de que es un negocio, ellos siempre mencionan que no dejan de olvidarse de desearles un Feliz San Valentín.
