¿Por qué ocurren los ‘gases vaginales’ y cómo lidiar con ellos?
Seguramente te ha ocurrido alguna vez. Una ventosidad vaginal, también llamada ‘pedo vaginal’, suele causar mucha vergüenza. Especialistas explican de qué se trata y cómo evitar que suceda.
Los ‘gases vaginales’ son como un secreto a voces. Es posible que a todas las personas con vagina les haya sucedido alguna vez, pero no hablan de ello. Ante la falta de información, es usual que sientan vergüenza cuando ocurre una ventosidad vaginal, ya que tiene un sonido similar al de un gas intestinal. ¿Tienen alguna relación o son completamente diferentes?
Para conocer más sobre este fenómeno, La República contactó a las ginecólogas Corina Hidalgo (@dra.corinahidalgo), Vilma Rosciszewski (@ginecoyvos) y Andrea Cano Córdova (@ginequisima).
¿Qué son los ‘gases vaginales’?
Queefing es el término para referirse a la expulsión de aire por la vía vaginal, a lo cual también se le conoce como ventosidad vaginal, gas vaginal o flato vaginal. Las especialistas coincidieron en que esto no debería producir vergüenza porque se trata de algo natural, fisiológico.
“El conocimiento nos da la posibilidad de saber que es normal y que no hay que tener vergüenza de ello”, apuntó Rosciszewski.
Puede parecer vergonzoso, pero un gas vaginal sucede naturalmente. Foto: Unsplash
¿Por qué ocurren las ventosidades vaginales?
Las especialistas explican que el queefing se produce cuando ingresa aire hacia la cavidad vaginal y tiempo después es expulsado produciendo un sonido de ‘gas’ debido al bombeo y la fuerza muscular de la zona vaginal. Nunca van a tener mal olor porque no provienen del intestino, solo es aire exterior.
Algunos motivos posibles, detalla la ginecóloga Corina Hidalgo, son hiperlaxitud vaginal (que puede ser por un parto vaginal previo), cambios en el peso corporal, incompatibilidad genital (un pene un poquito más pequeño y una vagina un poco más amplia) y mayor cantidad de lubricación vaginal durante el coito, consecuencia del período de menopausia. También puede ocurrir de manera espontánea.
“Es algo totalmente normal y esperable de una mujer, pero puede llamar la atención cuando (los gases vaginales) aumentan en número y llegan a generar incomodidad. No son controlados, son totalmente espontáneos, pero cuando ya aumentan en número son muy marcados. Es ahí donde deberíamos buscar ayuda”, advierte.
De suceder así, podría tratarse de hiperlaxitud, prolapso, un desgarro tras un parto vaginal que no ha sido bien suturado, una infección vaginal que puede ser por trichomona y está generando mayor espuma, entre otras razones.
¿Cuándo ocurren los ‘gases vaginales’?
Las especialistas en ginecología Corina Hidalgo (@dra.corinahidalgo), Vilma Rosciszewski (@ginecoyvos) y Andrea Cano Córdova (@ginequisima) detallaron situaciones en las cuales ocurren las ventosidades vaginales:
- Ocurren con mayor frecuencia durante el acto sexual, y pueden ser por penetración directa, por introducción de los dedos o de algún juguete sexual.
- Pueden acaecer luego de la relación sexual. Cuando la persona va al baño, y tras haber quedado el aire ahí, se relajan los músculos del suelo pelviano y sale con un ruido.
- Pueden ocurrir espontáneamente, al momento de caminar, por ejemplo.
- Otras actividades, como yoga, ciclismo y algunos movimientos durante el ejercicio.
“A muchas mujeres nos ha pasado durante la actividad sexual. Mientras más joven eres, te da más vergüenza; mientras pasan los años, sabes que eso puede pasar. Bromeas al respecto y sigues disfrutando. En otras actividades puede ser un poco más ‘complicado’, pero recuerda que no le debes explicaciones a nadie”, anota Cano.
La información sobre nuestra sexualidad es una fuente importante para otorgarnos poder sobre nuestros cuerpos. Foto: Unsplash
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¿Cómo evitar el queefing?
La mejor manera de evitar el queefing o ‘gas vaginal’ es fortalecer el piso pélvico y la musculatura de la vagina, lo cual puede lograrse con ejercicios de suelo pelviano, tal como los ejercicios Kegel. “Aun así, esto no lo evita por completo, ya que, como dijimos, es algo ‘natural’: si el aire entra…, tiene que salir”, aclara la ginecóloga Cano.
Rosciszewski apunta que, durante el acto sexual, también podría evitarse con la postura, y con lubricantes para que el bombeo sea más suave y que así disminuyan las probabilidades de que se produzca una ventosidad vaginal. “También está en auge una silla que, con tecnología electromagnética, ejercita mucho el suelo pelviano; y al estar ejercitado favorece a que no tenga este tipo de ruido”, agrega.
Finalmente, Hidalgo precisa algunos tratamientos particulares: en caso de hiperlaxitud, se puede usar un láser para rejuvenecimiento vaginal; en caso de prolapso, dependiendo del grado, se puede utilizar láser o también una vaginoplastia para reducir el introito vaginal.