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Política

Fernando Tuesta: “Ha habido un deterioro enorme de la democracia en nuestro país”

El politólogo y expresidente de la Comisión de Alto Nivel de Reforma Política advierte que no necesariamente el Congreso vacaría a Dina Boluarte el 2025, como opinan algunos políticos. Señala que el tema pasa por quién la sucedería tomando en cuenta que es un año preelectoral, y más bien para que los desvinculen de ella, podrían criticarla, interpelar o censurar a sus ministros.

Fernando Tuesta advierte que el Congreso mantendrá a Boluarte si le sigue siendo funcional
Fernando Tuesta advierte que el Congreso mantendrá a Boluarte si le sigue siendo funcional

-Empezamos el año preguntándonos que, si el Gobierno de Boluarte, ha aguantado a pesar de su descrédito casi unánime ¿habrá algún cambio importante en el 2025 o seguirá esta inercia?

-Así como el 2023 fue el año de la incertidumbre motivada no tanto por la presidenta y por el Congreso que lo apoyaba, sino porque evidentemente  el estallido social, la ingobernabilidad fue un factor importante; el 2024 ha sido el año “de la estabilidad” de la presidenta. Y lo fue porque los actores políticos sacan lecciones. La presidenta ha terminado el año con mínimo históricos y está allí porque el Congreso, que es el núcleo -digamos- más estable de su soporte, así lo quiso y le era totalmente funcional. Y entonces, la pregunta es si hacia el 2025 le va a seguir siendo funcional.  El 28 de julio del 2025 es una fecha clave porque a partir de ese momento la presidenta no podría disolver el Congreso por Constitución. Algunos dicen bueno, ese es el momento de hacer el relevo.

-De que el Congreso decida vacarla como con Vizcarra...

-Claro. La diferencia es que Vizcarra había disuelto el Congreso anterior y había un nivel de tensión. Ahora hay una convivencia, digamos tranquilizadora. Algunos han respondido que la van a relegar porque no convendría estar asociado a una presidenta con tan baja aprobación. Lo dudo, pero si eso fuera así obviamente por sucesión tiene que asumir el presidente del Congreso, la pregunta es si será el que está en el momento que se toma la decisión o el Congreso tomará un acuerdo para cambiar al presidente Congreso para que asuma el cargo. Los presidentes del Congreso en situaciones parecidas, como Valentín Paniagua y Francisco Sagasti, eran políticos que tenían peso propio, pero sus organizaciones eran muy pequeñas, no decidían. Entonces, el acuerdo era que sean ellos por su prestigio personal y porque eso no va a beneficiar a una bancada. No veo eso en este Congreso. Entonces, podría ser uno del núcleo de soporte, digamos Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Renovación Popular, o Avanza País. También lo veo bastante difícil porque el cronograma electoral no es el 2026 empieza el 2025. Allí, ella tiene un punto a favor; y lo otro es que, si bien es cierto, tenemos una presidenta con bajísima aprobación, hemos visto que los presidentes en ejercicio suben en campaña electoral porque la gente se desentiende un poco de ellos porque su atención está más en la campaña. Incluso algunos presidentes logran tener un ligero incremento.

-Le pasó ó a Alejandro Toledo, a Ollanta Humala  y a Alan García.

A casi todos, entonces la pregunta es si les seguirá siendo funcional. Yo creo que sí. Y como no puede disolver el Congreso, podrían ajustarla más todavía, vale decir, el Congreso podría censurar cuánto gabinete quiera.

-Para dar impresión de ser oposición,

-O más todavía, porque una cosa es que tú seas el presidente y otra cosa, que tengas una presidenta que dependa al 100% de ti y, como ya ocurre ahora pero de manera expandida, podría colocar cuadros que les interesan a ellos en determinados sectores. Si bien creo que no necesariamente ella tiene los días contados en el 2025, ante situaciones imprevistas, digamos un escándalo que la involucra, o que su gobierno aparezca comprometido, el Congreso decida relevarla porque le conviene. No digo que en el Congreso no hay congresista que quiera colocarse la banda presidencia por 10 meses, pero acá, hay un juego donde las bancadas son las que finalmente deciden.

-¿Hasta qué punto a un Congreso desprestigiado le conviene que lo vinculen con una presidenta tan o más desprestigiada que ellos cuando quieren reelegirse. Eso no podría llevar a vacarla en un intento de ganar algún favor ciudadano?

-No necesariamente, pueden criticarla, interpelar a sus ministros, censurar gabinetes, y decir “estamos ejerciendo control político y apostamos con la estabilidad”. Además, podrían incluso señalar el argumento de que las elecciones ya estarían convocadas, porque se van a convocar a más tardar en abril del 2025, y el cronograma ya empieza a correr. A ellos les conviene y podrán decir “necesitamos que la elección se desarrolle dentro de cierto orden y estabilidad”. Y van a salir, estoy seguro, a criticar a cuestionar muchas decisiones del Gobierno pero esa es la parte para el público.

-En el fondo se podría mantener la alianza que hemos visto en este tiempo. Eso en el campo del juego político de los cálculos de cada uno, en el campo institucional democrático, ¿cuál es su evaluación de lo que ocurrió en el año 2024?

-Ha habido un deterioro enorme de la democracia en nuestro país, y no lo digo yo, sino que esto ya es una idea extendida. En el Latinobarómetro que acaba de salir, aparte de Cuba Venezuela Nicaragua aparecen con índices preocupantes Bolivia y Perú. Perú tiene mejor situación que Bolivia porque si bien se están sintiendo los problemas económicos aún se mantiene, los grandes trazos de la estabilidad macroeconómica, cosa que no están sucediendo en Bolivia. Y estamos terminando el año con dos hechos que tienen que ver con la inseguridad: dos personas muertas que eran testigos claves de situaciones asociadas a temas de corrupción en el Congreso y en el Gobierno. Esto no lo habíamos visto antes. Y en este momento el tema más importante que el ciudadano peruano siente, y no estamos hablando de Lima estamos hablando esto a nivel nacional, con las diferentes naturalezas de economías ilegales y mafias de diverso tipo. No tenemos un Ministerio del Interior que pueda generar confianza y efectividad. Y ahora sabemos de decisiones políticas de descabezar a determinados mandos que le han sido incómodos no solamente al gobierno, sino también el Congreso, que a lo largo de este año, en los últimos meses, sobre todo, ha aprobado leyes que han modificado el sistema de justicia, sobre todo penal, favoreciendo delincuentes ligados…

-A sus entornos, sus partidos. Lo que me sorprende es la desfachatez. Antes cuando querían aprobar cosas medio turbias, trataban de revestir el contenido. Ahora es una actitud abiertamente sinvergüenza, aprueban cosas que saben que son perjudiciales sin ningún reparo. Para mí, esa desfachatez, es nueva, ¿Qué piensa?

-Tiene que ver un poco también con quiénes son ahora los congresistas. Ves una carencia enorme de formación política, profesional y ninguna ética. Esto lo estamos viendo también en la región y ya no estamos hablando de solamente de parlamentarios, gobernadores, alcaldes, sino también en la región y en el mundo: políticos que su forma de relacionarse con los ciudadanos, son estas formas grotescas por decir lo menos.  Ellos (los congresistas) pueden hacer lo que quieren, y lo hacen entre otras razones porque hay una ausencia absoluta de oposición, y esto porque los que expresarían esa oposición, no tienen ni la fuerza ni la capacidad ni el liderazgo para hacerlo. Ves un país donde la presidenta tiene tres por ciento, y el Congreso tiene solo un poco más.

-La gran pregunta que se estuvo repitiendo durante muchos meses es porque no cae si tienes solo 3% 5% 6%.

-¿Por qué no cae este Gobierno si está tan bajo? porque no hay oposición política ni social. Ciertamente lo que ocurrió en el estallido social con lamentables muertes y un sin número de heridos pues desalienta a la gente porque fue tan fuerte y no cayó la presidenta. Entonces, la movilización, es por un lado canalizar, pero por otro lado también dar propuestas.

-¿Cuál es la salida?

-El problema es que no hay liderazgos opositores importantes, creíbles y que tengan una visión que la gente pueda decir bueno por acá está el camino. Más  bien, este Congreso y el anterior han ido aprendiendo que pueden hacer hasta donde ellos quieran o alcancen,  que no hay límite. Por ejemplo. el equilibrio de poderes no existe. Supongamos a una Dina Boluarte que hubiera querido tener autonomía, tener un plan realmente en favor del bien común contra la corrupción, etcétera. Se iba a tener que enfrentrar al Congreso, y podría haber tenido, como le ocurrió a Martín Vizcarra, apoyo ciudadano, pero eso no es suficiente.

-Usted tabla de la escasez de liderazgos, y estoy de acuerdo, lo cual es curioso porque creo que como nunca tenemos un exceso de partidos inscritos 39 y 30 más por venir. Ingresamos a un año pre electoral el 2025 y un sector político le achaca esta aparición masiva de partidos a la reforma que usted lideró. ¿Qué les responde?

-Hay desconocimiento y mala fe. Nosotros trabajamos 60 días ad honorem y entregamos un documento al gobierno de Vizcarra, y él lo llevó al Congreso. Hablo de desconocimiento y desinformación porque de todas las propuestas muy pocas se aprobaron, algunas se desnaturalizaron y otras, como las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias), que era uno de los puntos clave de la reforma. Además, cada vez que ha habido la posibilidad de intercambiar ideas, nunca han contestado a la pregunta de por qué me responsabilizan, no con generalidades sino en qué puntos.

“Sin las PASO, los 39 partidos pasan directo a las elecciones”

-Al final, el Congreso terminó cambiando gran parte de la reforma electoral que hicieron…
-Sobre el punto del número de partidos, el diagnóstico era coincidente con lo que la gente pedía, que era más oferta porque, si no, iban a salir los mismos partidos de siempre, esa era la idea. Y es que con los mismos partidos y las mismas normas no vamos a tener resultados distintos; en consecuencia, dijimos, cambiamos normas. Pero también hacemos crecer la oferta. Ahí venía la segunda parte, que eran las PASO. Las primarias lo que tenían era un filtro como un umbral en donde sometiéndose al elector, a toda la ciudadanía, solo pasaban aquellas organizaciones que tienen capacidad de movilización electoral y solo estas iban a las elecciones generales, donde también había otra valla. Entonces, era una suerte de una competencia con varias vallas.
-Lo que beneficia a los nuevos partidos…
Al eliminar las PASO, entonces estos 39 partidos, que podrían llegar a 50, van a pasar directamente a las elecciones generales. Nos responsabilizan de algo que ellos permitieron. No eliminaron la PASO, sino que dejó de ser la única vía, y convirtieron en una de tres, con lo cual nadie va a tomarla. Además, en la discusión en la Comisión de Constitución y en algunos foros. Yo planteaba cambiar el umbral, pues ellos han colocado el 10%, por lo que todos van a optar por el método de delegados. En el 2021, el partido que más delegados eligió tenía 110, entonces bastaba con que vayan 11 y se superó la valla. El menor tenía 22, o sea, con tres superarían la valla. Así que mi propuesta era que sea el 10% de los que participaran en la elección de delegados porque se supone que se elegirían en todo el país. Pero a algunos partidos no les resulta interesante, porque tiene un padrón en el que aparecen casi 250.000, y el 10% son 25.000, por lo que serían eliminados. Entonces, les dije que sea el 10% de lo que se exige para que un partido nuevo se inscriba, que son 25.000 miembros, con lo que el 10% seria 2.500 a nivel nacional. Mira, de los 50 partidos inscritos, estoy seguro de que quedarían un número reducido, por eso ni siquiera lo discutieron. ¿Quién es responsable, entonces, de este fraccionamiento?