Bermejo sobre restos de Guzmán: “Si existen familiares, tienen que entregárselos, como con cualquier otro peruano”
El legislador de Perú Libre también dijo que “nuestra condena rotunda al terrorismo no puede convertirnos en animales de creer que hay que desaparecer los cuerpos”.
El congresista de Perú Libre Guillermo Bermejo se pronunció sobre el tratamiento que debería tener el cuerpo de Abimael Guzmán, fallecido cabecilla terrorista de Sendero Luminoso, e indicó que los restos del subversivo deberían ser entregados a los familiares, si es que estos existen, siguiendo las leyes peruanas.
“Hay temas que son de ley, para eso existen los protocolos de ley de la Fiscalía. Ellos tienen que indicar si existen familiares. Si existen familiares, tienen que entregárselo a sus familiares, como con cualquier otro ser humano, como con cualquier otro peruano”, declaró Bermejo en diálogo con la prensa.
“Nuestra condena rotunda al terrorismo no puede convertirnos en animales de creer que a la gente hay que masacrarla, (o que) hay que desaparecer los cuerpos. Ese tipo de cosas no son de gente que quiera vivir en democracia”, agregó.
Reiteró, asimismo, que “existen protocolos de ley” y que “nadie puede saltarse los protocolos de ley, ni muertos de derecha ni muertos del terrorismo de ningún tipo de facción”.
A la fecha, no se sabe qué pasará con el cuerpo del terrorista Abimael Guzmán. Por lo pronto, la Fiscalía ha presentado un proyecto de ley que modifica el artículo 114 de la Ley General de Salud para que jueces y fiscales dispongan de cadáveres en caso de que estos puedan afectar el orden público.
La fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, realizó esta propuesta al Congreso luego de la muerte de Guzmán y tomando en cuenta el vacío legal que existe respecto a los cadáveres que podrían significar un riesgo para la sociedad.
Muerte de Abimael Guzmán
El cabecilla del grupo terrorista Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, falleció el sábado 11 de setiembre de 2021 a las 6.40 a. m., según informó el INPE (Instituto Nacional Penitenciario del Perú). Su deceso ocurrió a un día de cumplirse 29 años de su histórica captura.
El mayor genocida y sanguinario de la historia del país murió en su celda de la Base Naval de Callao en donde cumplía cadena perpetua por todos los crímenes que cometió. Tenía 86 años.
