Lo que espera el sur del mensaje presidencial

José Víctor Salcedo

El presidente de la República, Martín Vizcarra Cornejo, dará su segundo Mensaje a la Nación este 28 de julio. En las regiones del sur esperan soluciones a sus demandas y obras. Vizcarra cumple este ritual con cierto desgaste, una fuerte disminución de su popularidad (con varios puntos abajo según dos encuestas), y en medio de una creciente conflictividad social en casi todo el sur.

De acuerdo a esos sondeos, el descontento ha empezado a ganar terreno. Inclusive, los gobernadores regionales sureños cuestionan su gobierno por haber avalado la licencia de construcción del proyecto minero Tía María. Los mismos que secundaron a Vizcarra el día que presentó la cuestión de confianza al Congreso, para forzar la aprobación de la reforma política, ahora lo estaban ‘pechando’.

Desgaste en el sur

El gobierno de Vizcarra no logró aún establecer una política clara para prevenir y atender los conflictos sociales en torno a las actividades extractivas. Eso le está pasando factura. Luego de las protestas contra Las Bambas (Apurímac y Cusco), Aruntani (Puno) y Tía María (Arequipa), el rechazo ciudadano aumentó. En cada conflicto, el gobierno actuó de bombero.

Al respecto, la prefecta del Cusco, María del Carmen Velásquez, señala que este gobierno resuelve las demandas y conflictos mineros que fueron creciendo en gobiernos anteriores. Además, dice, este régimen señala que siempre antepone el diálogo a la represión, algo que no se condice necesariamente con la realidad.

De ahí que Martín Vizcarra esté empezando a ser rechazado en el sur. Cuando eso ocurre -pasó con las gestiones de Alejandro Toledo y Ollanta Humala-, aumentan las protestas y la aprobación presidencial se desploma. “O baja la tensión en el sur o se pone del lado de la Confiep. Si ocurre lo segundo, será una razón para que el sur lo arrincone”, advierte Leonardo Chile, dirigente de trabajadores del Cusco.

En tanto, el exconsejero regional cusqueño Alaín Alanoca sostiene que el presidente “debe atender a la ciudadanía para emprender cualquier proyecto ligado a la extracción de recursos. No se puede validar como política ‘es mejor pedir perdón que pedir permiso’”.

En la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa esperan que el presidente aborde el tema orientado al diálogo. El gerente del gremio empresarial, César Lütgens, sostiene que anular la licencia será un mal mensaje para los inversionistas.

Hablan autoridades

El gobernador de Puno, Walter Aduviri Calizaya, consideró importante que el peruano se empodere para exigir la nacionalización de sus recursos. "Lo único que veo es un país sometido a otros intereses y no precisamente al de los peruanos (...) Hay que pensar en refundar el país, empezando por una nueva Constitución”, dijo.

El alcalde de Puno, Martín Ticona, señala que los festejos patrios deben apuntar a concretar los grandes sueños de las regiones del interior del país. El vicegobernador de Moquegua, Jorge Lamas, espera un mensaje esperanzador y de paz, que ponga solución a los conflictos. Exhortó a Vizcarra para que tome una decisión y retome las grandes obras. El alcalde provincial de Ilo, Gerardo Carpio, espera un anuncio para potenciar el puerto de Ilo.

Factor tía maría

El caso Tía María debe ser tocado ineludiblemente en el mensaje. No obstante, el sociólogo José Luis Vargas Salinas observa que la opinión nacional está más enfocada en las tensiones entre el Ejecutivo y Legislativo, y la lucha contra la corrupción. Considera que Vizcarra así lo demostró cuando, en medio de la reunión con los gobernadores del sur, declaró sobre el nuevo blindaje del Congreso al exfiscal de la Nación, Pedro Chávarry. “Fue evidente que para él (Vizcarra), el asunto de Tía María era de segunda importancia”.

Mientras tanto, el sociólogo Alipio Montes sostiene que Vizcarra deberá dar algunos minutos a la situación del Valle de Tambo. No hacerlo podría enervar más los ánimos en los opositores al proyecto.

La tentación del discurso para el aplauso

Alberto García - Analista

En estos momentos previos al discurso, el Presidente de la República debe estar poniendo en la balanza la tentación del discurso complaciente pero irresponsable, que arranque aplausos y vítores y más adelante genere crisis mayores, o el mensaje austero, quizás frío y bien meditado, pero finalmente sensato y sobre todo responsable.

En el sur del país, tan golpeado por sucesivos como incumplidos ofrecimientos, la expectativa se reduce a muy poco: no se espera grandes anuncios, sino que el jefe de Estado diga qué es lo que se puede hacer, pero, sobre todo, que diga cuánto de dinero hay para eso que se quiere hacer. Por ello, quizás lo que esperamos los del sur del país es que el jefe de Estado sea responsable en sus ofrecimientos, que sea sincero y, sobre todo, que no ofrezca más de lo que puede cumplir.