“Soros no es solo blanco del antisemitismo, sino también de la extrema derecha israelí”.,La mención de George Soros como persona del año por parte de The Financial Times está cargada de sentido. No es particularmente por algo que haya logrado en el 2018, ni por su carrera de filántropo liberal, ya suficientemente reconocida y premiada. La designación es bastante más trascendente que un reconocimiento de méritos. La opción por Soros del FT es más bien un llamado de atención sobre la nueva expansión del antisemitismo, del cual el financista húngaro se ha convertido en la víctima más visible. La extrema derecha europea en alza este siglo, incluido el gobierno de su país natal, lo viene convirtiendo en el símbolo de todos los males atribuidos al judaísmo. En torno suyo la extrema derecha viene intentando tejer una leyenda en la línea de las versiones antijudías de comienzos del siglo pasado, que condujeron al holocausto. Al antisemitismo tradicional se une ahora un rechazo del nuevo autoritarismo populista al eficaz activismo liberal del exitoso financista e influyente ensayista. A lo anterior se añade el que Soros sea inmensamente rico, tenga una perspectiva internacional de las cosas, no haya temido hasta ahora confrontar a gobiernos autoritarios, y cultive un gusto por opinar contra el sentido común establecido. El promedio de los multimillonarios de hoy suele ser bastante más cauto que eso. Pero el antisemitismo actual no es una reliquia que regresa del panteón de la historia. El de hoy es una complicada mezcla de factores que buscan responsables en un mundo revuelto. No es una corriente central, pero sí un elemento presente en el siniestro cóctel de odio, violencia e irracionalidad que marca estos tiempos. Si el primer motor del antisemitismo en la antigüedad fue la extrema derecha católica, el de su versión moderna es el islamismo anti-Israel, y antioccidental por extensión. Sin embargo, en Europa el antisemitismo va de la mano con el rechazo a la inmigración de musulmanes, y puede terminar pegado a cualquier causa antisistema. Soros no es solo blanco del antisemitismo, sino también de la extrema derecha israelí. La Coalición Judía Republicana, por ejemplo, lo ataca acusándolo de financiar a grupos liberales e izquierdistas críticos de Israel. Termina así Soros representando el conjunto de los ataques a la modernidad en el mundo.