¿Cuándo se podrá retirar la CTS?

¿Quién tiene la DINI?

“Quizás la palabra en un caso así no es asalariado, sino infiltrado. Pero a la vez resulta natural que Castillo meta a la DINI personas con las que mantiene relaciones políticas, francas o disimuladas”.

Cuando cayó Vladimiro Montesinos el servicio de inteligencia no militar, SIN, fue prácticamente desmantelado. Los sistemas de inteligencia de las tres armas y la policía pudieron mantenerse más o menos igual. El espíritu de cuerpo de las instituciones uniformadas permite un cierto grado de continuidad en este terreno.

Pero el antiguo SIN, hoy DINI, está ubicado de lleno en las encrucijadas de la política, y desde el año 2000 ha tenido problemas con la continuidad de sus políticas y su personal. Es difícil que enemigos jurados puedan confluir para turnarse en las tareas de una institución tan delicada como la inteligencia.

Una democracia operativa se compone de sectores que pueden discrepar en todo menos la lealtad al Estado peruano y a la Constitución. En los últimos decenios esa lealtad compartida se ha desgastado mucho entre nosotros. Lo cual abre la cuestión de al servicio de quién está una organización influyente y poderosa como la DINI.

En gran medida el problema con los servicios de inteligencia bajo Montesinos fue que ellos estuvieron al exclusivo servicio político del fujimorismo y de los intereses de su director de facto. Eso significó, como siempre, acceso privilegiado a los secretos de Estado, y el poder que suele venir con eso.

A la luz de los anteriores comentarios, que miembros prominentes del partido Perú Libre participen asalariados en la DINI (algo que ellos han negado) es particularmente inquietante. El líder máximo de PL tiene un discurso mezcla de castrismo y Academia de Ciencias de la URSS que no es pro Estado peruano, por donde se le mire.

Quizás la palabra en un caso así no es asalariado, sino infiltrado. Pero a la vez resulta natural que Castillo meta a la DINI personas con las que mantiene relaciones políticas, francas o disimuladas. El Perú oficial debe ser hoy un hervidero de agentes internacionales, ni más ni menos que la Viena pos1945, la de El tercer hombre.

Que un grupo de malandros haya tenido que hackear para hacerse de secretos militares peruanos sorprende, pues quizás hubiera bastado conectarse con integrantes del gobierno en curso. En especial aquellos conectados, de forma esporádica o permanente, con alguna de las organizaciones generadas por el terrorismo en pasados años.

La República

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.