El FMLN llegó al poder en el cuarto intento. Mauricio Funes se convierte en el primer presidente de izquierda en ese país, mientras ARENA se alista para hacerle difícil su gobierno. BBC Mundo. El Salvador eligió el domingo como nuevo presidente al candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes, despejando así la incógnita sobre el destino de esta empobrecida nación. Su contrincante, el candidato por Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Rodrigo Ávila, ex jefe policial formado en las aulas del FBI, había presentado una propuesta muy similar a la de los gobiernos anteriores. La política exterior de El Salvador siempre ha mirado hacia el norte. Nunca al oeste, al sur o al este. Desde que llegó al poder en 1989, ARENA tiene amigos con acento estadounidense. El presidente saliente, Antonio Saca, por ejemplo, mantuvo tropas salvadoreñas en Irak hasta el último momento en respaldo a la administración del ex presidente George W. Bush. En tanto, el flamante presidente electo, por su lado, no desestima la tradicional relación con Estados Unidos, donde viven cerca de 2,5 millones de salvadoreños, pero tampoco evita apuntar su mirada hacia los modelos izquierdistas sudamericanos. El presidente venezolano, Hugo Chávez, nunca ha sido amigo de los gobiernos salvadoreños. En 2002, durante el mandato de Francisco Flores, El Salvador fue el primer país en saludar el intento de golpe de Estado contra él y, un año antes, parte de la ayuda humanitaria enviada por Venezuela para los terremotos de 2001 fue rechazada. Desde entonces, Chávez tiene claro lo que los gobiernos de ARENA piensan de él. Funes, por su parte, optó por la distancia. En una entrevista brindada a la cadena Univisión antes de los comicios, dijo que sus simpatías apuntan más hacia el modelo construido por el presidente brasileño Luis Inázio Lula da Silva. Pero el principal periódico de oposición al FMLN, El Diario de Hoy, afirma que existe una dicotomía entre el candidato y el partido respecto al tema venezolano. Según este, una vez en el poder, el partido abrazará fervientemente el modelo de Chávez a pesar de lo que haya dicho el presidente electo. Funes insistió en la construcción de un modelo propio. “No tengo por qué alinearme a una izquierda u a otra. Ni a la que representa el presidente Lula, ni la de Hugo Chávez, ni la de Raúl Castro, sino a la izquierda salvadoreña”, dijo. En el otro polo, ARENA consolidó un bloque de derecha, absorbiendo a dos contendientes menores: el Partido de Conciliación Nacional (PCN) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC). Estos partidos también habían prometido apoyar a un eventual gobierno arenero. Por ende, podrían dificultar la gobernabilidad al FMLN, que tampoco obtuvo los suficientes diputados para hacer mayoría. En EEUU ya lo amenazan con dos medidas Tras el triunfo de Funes la prensa de su país recordó que días antes de las elecciones los congresistas Dana Rohrabacher y Connie Mark advirtieron en el Congreso de EEUU que “si el FMLN llegase a ganar, El Salvador se convertirá rápidamente en un satélite y en un procurador de Venezuela, Rusia y quizás Irán”. Los congresistas pidieron dos cambios fundamentales en la política exterior si llegaba a ganar el FMLN: el fin definitivo al Estatuto de Protección Temporal (TPS), que brinda amparo migratorio y permisos de trabajo a más de 200 mil salvadoreños, e incrementar el control al envío de remesas. Ambos temas son sensibles porque las divisas que se reciben desde el exterior son importantes para la frágil economía salvadoreña. En 2008, El Salvador recibió un total de US$ 3,788 millones en concepto de remesas familiares, el equivalente al 17.1% del Producto Bruto Interno.