Farid Kahhat advierte que la "derecha radical", como Trump, no acepta perder las elecciones: "Keiko hizo lo mismo en el Perú"
La contienda presidencial de Estados Unidos en 2024 se intensifica con Kamala Harris y Donald Trump en una reñida competencia. Los últimos sondeos revelan una carrera cerrada en los estados clave, donde cada voto será determinante.
La elección presidencial de Estados Unidos de 2024, prevista para el 5 de noviembre, muestra una competencia intensa entre la vicepresidenta demócrata Kamala Harris y el exmandatario republicano Donald Trump. Los sondeos más recientes indican una carrera ajustada, con ambos aspirantes luchando voto a voto en estados decisivos.
Trump ha enfocado su campaña en la promoción de políticas migratorias más severas y en la reactivación económica, destacando la reducción de regulaciones y el avance hacia la autosuficiencia energética. A pesar de estar involucrado en diversos procesos judiciales, mantiene un respaldo considerable de su base de partidarios.
Para Farid Kahhat, analista político, "las fuerzas de derecha radical" —como la que representa Trump en Estados Unidos— "nunca han aceptado una derrota electoral". No obstante, este accionar por parte del representante republicano no es singular. "Keiko Fujimori hizo lo mismo en el Perú; Cubas en Paraguay; Bolsonaro, de quien en un principio sus seguidores clamaron fraudes", indicó el internacionalista.
— ¿El pensamiento o discurso político de Donald Trump es el que más se acerca a lo que el votante americano desea como presidente?
— El votante promedio es una ficción estadística. El patrón electoral varía dramáticamente dependiendo de múltiples factores, no solo uno o dos, como el sexo: las mujeres tienden a votar por los demócratas y son generalmente más liberales que los hombres. En cuanto a la etnicidad, los blancos europeos tienden a ser más republicanos que las minorías étnicas. Además, en términos de educación formal, las personas tienden a votar por los demócratas en mayor proporción, lo que dificulta llegar a una conclusión definitiva.
Trump capta un voto de descontento que, paradójicamente, podría haber ido a un candidato como Bernie Sanders, de izquierda, pero que difícilmente irá a alguien como Kamala Harris, quien es vicepresidenta del Gobierno saliente.
Donald Trump hizo énfasis en su promesa de restaurar la economía de Estados Unidos. Foto: AFP.
— ¿A diferencia de su anterior postulación, cuál es la evolución o el cambio en la propuesta electoral de Donald Trump durante esta campaña?
— Bueno, si acaso se ha vuelto más radical. Es impresionante que nada de lo que dice Trump tenga consecuencias; ha dicho cosas que, la verdad, sí deberían preocupar, pero parece que sus electores no lo toman muy en serio.
"Los inmigrantes envenenan la sangre de Estados Unidos, se comen a las mascotas y los que discrepan con él son el enemigo interno", de este último indicó que son peor que China y habría que lidiar con ellos a través de la Guardia Nacional o el ejército. Además, señala que la Unión Europea abusa tanto comercialmente de Estados Unidos como la propia China.
Es una tras otra (declaración) y no parece haber consecuencias, curiosamente, a nivel electoral, porque la gente vota con base en otro tipo de criterios.
— ¿Cuál es el principal atractivo del pensamiento político de Trump para sus seguidores, incluso siendo un expresidente acusado de golpe de Estado?
— No hay una sola razón. Hay un dato que da un Nobel de Economía que es escalofriante: Todo grupo humano en un país desarrollado ha visto aumentar su expectativa de vida en los últimos 30 años, con una única excepción, los hombres blancos de edad relativamente avanzada en los Estados Unidos. Estos mueren por distintas razones, desde sobreconsumo de drogas legales como sobredosis de drogas ilegales, todo bajo un contexto de depresión porque sus trabajos están desapareciendo.
Trump aboga por un enfoque basado en el libre mercado para reducir los costos de la atención médica. Foto: AFP.
Hay un sector de la población que siente que este ya no es el país en el que creció, donde hay cada vez más gente culturalmente distinta a ella y que ya no puede esperar que sin un título universitario pueda encontrar un trabajo que le dé una vida, digamos, de clase media. Este es un sector que claramente ha migrado a favor de Trump.
— ¿De qué manera cree que el discurso de Trump podría impactar la estabilidad política de Estados Unidos en el contexto internacional?
— Habría que decir que, donde hay sistema presidencial, las fuerzas de derecha radical nunca han aceptado una derrota electoral. Trump es un precedente cuando perdió en 2020 y hay muertes en el proceso, pero no es el único: Keiko Fujimori hizo lo mismo en el Perú; Cubas, en Paraguay; Bolsonaro, de quien en un principio sus seguidores clamaron fraudes. En general, la derecha radical no acepta su derrota y yo no esperaría que, en caso Trump sea derrotado, fuera la excepción.
Es preocupante, aunque hay una diferencia enorme entre 2020 y 2024, ya que estas elecciones ocurren bajo una presidencia demócrata, no bajo la presidencia del propio Trump, que en aquel momento (elecciones 2020) él era juez y parte, al ser candidato y presidente al mismo tiempo.
— ¿Qué riesgos existen para la democracia estadounidense si un expresidente acusado de golpe de Estado regresa al poder?
— Hay un riesgo de que haya violencia si Trump pierde y no acepta el resultado; no obstante, no existe riesgo de que la democracia desaparezca. Por otra parte, creo que sí existe un riesgo si gana y hace lo que dijo que iba a hacer.
Donald Trump podría volver al mandato en Estados Unidos. Foto: difusión
Trump dijo que sería dictador, al menos por un día. Mencionó que usaría el ejército contra sus rivales políticos. Si llega al Gobierno, la democracia está en riesgo. Si pierde y no acepta su derrota, existe el riesgo de violencia, como lo vimos el 6 de enero de 2020. Por lo tanto, el riesgo varía dependiendo de las circunstancias, pero algunos riesgos existen.
— ¿Cuál será la posición de Estados Unidos con respecto a aliados como Ucrania e Israel en esta nueva gestión?
— Bueno, en el caso de Kamala Harris, sería la continuación de lo que hemos visto (gobierno de Joe Biden), añadiendo que Estados Unidos está llegando a un punto de agotamiento en su apoyo a Ucrania, y eso no va a cambiar, gane quien gane. En el caso de Gaza, los demócratas son más propensos a hacer pronunciamientos basados en el derecho internacional y el derecho interno de Estados Unidos, como la carta que envían el secretario de Estado y el secretario de Defensa a ministros israelíes, pero no actúan en consecuencia.
Por otro lado, Trump es muy claro al decir que él cree que hay que acabar el trabajo en Gaza, lo cual francamente suena ominoso, aunque no aclaró a qué se refería. Además, ha dicho explícitamente que está a favor de bombardear el programa nuclear iraní. En el caso específico de Ucrania, dijo que él acabaría con la guerra en un día, algo que obviamente no es factible, pero que demuestra cuál es su visión de las cosas.
Este debate, que tuvo lugar el 5 de noviembre de 2024, se considera crucial para los votantes. Foto: AFP.
La única manera de poner fin a la guerra en Ucrania en un plazo relativamente corto, aunque no de un día para otro, sería mediante la aceptación del despojo territorial que Rusia ha impuesto a Ucrania. Esto implicaría que Trump dejaría de respaldar a Ucrania y la obligaría a negociar la cesión de territorio.
— ¿La reelección de Donald Trump es un beneficio o un peligro para la política de Estados Unidos?
— Yo creo que un peligro para nuestra región (América Latina), no hay que especular. Ya sabemos lo que hizo cuando gobernó y aplicó sanciones comerciales a México; le aplicó sanciones a Argentina y Brasil, pese a que este último era un gobierno aliado. Trump quiere expulsar a 12 millones de inmigrantes, entre los cuales hay unos 600.000 peruanos, así que nosotros tenemos cosas que temer de Trump, que no tenemos que temer necesariamente de Harris, que sería la continuación del 'status quo'.