El huracán Helene y sus cerca de 110 muertos se meten en la campaña electoral en EEUU
Con cientos de personas desaparecidas, Donald Trump visitó Georgia para criticar la respuesta federal, mientras que Biden se dirigirá a Carolina del Norte para coordinar ayuda.
El huracán Helene, que causó cerca de 110 muertos y un tendal de destrucción en el sureste de Estados Unidos, se convirtió este lunes en tema importante de la campaña electoral, obligando a los demócratas a rechazar las acusaciones por la gestión de la catástrofe.
Con la cifra de muertos en aumento y cientos de personas desaparecidas, el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, viajó al estado de Georgia, uno de los estados más afectados por la tormenta y distrito clave en las elecciones de noviembre.
"El gobierno federal no está respondiendo" a la emergencia, dijo Trump a periodistas en la localidad de Valdosta, adonde prometió llevar "mucho material de ayuda, incluido combustible, equipamiento, agua y otras cosas" a los necesitados.
El presidente Joe Biden informó que viajará el miércoles al estado de Carolina del Norte, también golpeado por las inundaciones y electoralmente estratégico. Biden dijo que no visitaría antes la región para no causar "disrupciones" en las tareas de emergecia.
Su gobierno aprobó ayuda federal para los estados afectados y prometió que la asistencia durará "todo el tiempo que sea necesario".
"Seguiremos enviando recursos, incluyendo alimentos, agua, comunicaciones y equipos de salvamento", dijo el presidente.
Al menos 108 personas murieron en los estados de Carolina del Norte y del Sur, Georgia, Florida, Tennessee y Virginia, según los recuentos de las autoridades locales recopilados por la AFP.
Los socorristas seguían buscando supervivientes y llevando alimentos a los residentes afectados por las inundaciones, los cortes de energía y las carreteras bloqueadas.
La jefa de seguridad nacional de Estados Unidos, Liz Sherwood-Randall, dijo que la cifra de muertos podría elevarse porque hay "600 personas desaparecidas".
Con el servicio de telefonía celular interrumpido en gran parte de la región, "si Dios quiere, están vivos, pero no hay forma de contactarlos", afirmó el presidente Biden.
Helene tocó tierra el jueves por la tarde cerca de Tallahassee, capital de Florida, como un huracán de categoría 4 -en una escala de 5- con vientos de 225 km/h. Posteriormente se degradó a ciclón postropical, pero dejó un paisaje desolador en la región.
- Biden rechaza acusaciones -
Sin aportar pruebas, Trump afirmó que a los seguidores del Partido Republicano se les estaba negando ayuda y criticó a su rival demócrata en la carrera presidencial, Kamala Harris. "La vicepresidenta está en algún lugar, haciendo campaña, buscando dinero", dijo el magnate.
Harris, que canceló eventos de campaña para informarse sobre la respuesta federal en Washington, también visitará las zonas afectadas después de la primera ola de operaciones de emergencia.
La Casa Blanca rechazó las críticas de Trump de que Biden y Harris no respondieron con suficiente rapidez.
Harris estuvo de viaje de campaña en California durante el fin de semana, mientras que Biden estaba en su casa de la playa en Delaware. Trump acusó a Biden de "dormir" en lugar de lidiar con los daños de la tormenta.
"Yo estaba al mando, estuve al teléfono al menos dos horas ayer, y anteayer también", dijo el presidente el lunes cuando le preguntaron sobre las críticas.
- Biden apunta al cambio climático -
Biden atribuyó este lunes la devastación del huracán Helene al cambio climático.
"Absolutamente, positivamente, inequívocamente, sí, sí, sí", dijo Biden a periodistas que le preguntaron si la destrucción se debía a la crisis climática.
Los científicos sostienen que el cambio climático probablemente desempeña un papel en la rápida intensificación de los huracanes, porque hay más energía en los océanos más cálidos para que estos se alimenten.
La oficina del sheriff del condado de Pinellas, en Florida, publicó una lista de los muertos encontrados allí hasta ahora, casi todos fallecidos en sus propias casas. La mayoría parecía haberse ahogado, dijo, y otros estaban enterrados bajo los escombros.
El gobernador de Georgia, Brian Kemp, describió la tormenta como un "tornado de 400 kilómetros de ancho".
Su homólogo de Carolina del Norte, Roy Cooper, dijo este lunes que cientos de caminos habían quedado destruidos y muchas comunidades "borradas del mapa".
"Esta es una tormenta sin precedentes", afirmó a los periodistas. "Estamos trabajando para aumentar los suministros. El costo emocional y físico aquí es indescriptible".