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Visas para México: la crisis migratoria pone al país azteca contra las cuerdas

Movilidad irregular. El Gobierno mexicano reimpuso la visa para viajeros peruanos, argumentando que la migración a través de su territorio se ha multiplicado. ¿Qué tan grave es la situación? Desde México, especialistas en el tema señalan que las cifras de movilidad irregular han roto todos los récords y que, aunque hay intentos por ordenarla y atacar sus causas, la problemática está lejos de solucionarse.

Histórico. Casi 800.000 personas en situación migratoria irregular atravesaron México en 2023, una cifra nunca antes registrada. Foto: difusión
Histórico. Casi 800.000 personas en situación migratoria irregular atravesaron México en 2023, una cifra nunca antes registrada. Foto: difusión

“Son números sin precedentes en toda la historia”, dice Tonatiuh Guillén, excomisionado del Instituto Nacional de Migración de México, en diálogo telefónico con La República desde CDMX. “No hay otra época que tenga más población en movimiento en territorio mexicano que la que se ha vivido en 2022 y 2023”.

Guillén, profesor del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, se refiere a las cifras sobre movilidad irregular con las que cerró el país en diciembre: 782.176 eventos de personas en situación migratoria irregular, un aumento del 77,2 % con relación a las estadísticas del 2022.

Los números se ven reflejados en las imágenes de caravanas de migrantes que avanzan desde la frontera sur hacia el centro y el norte del país, y en las de gentíos que acampan en las orillas del Río Bravo, a la espera de que las autoridades fronterizas se apiaden y les permitan cruzar hacia los Estados Unidos.

Como dicen los especialistas consultados para esta nota, la migración desde México hacia los Estados Unidos lleva décadas, pero nunca había alcanzado un volumen tan grande.

“La pandemia del Covid-19 fue un parteaguas”, dice Jeremy MacGillivray, jefe de Misión Adjunto de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en México. “Afectó las economías a nivel global y hubo una clara diferencia en la velocidad de recuperación de los países. En los Estados Unidos, el rebote fue rápido y eso fue un factor de atracción muy fuerte para las personas que viven en países que no se recuperaron tan rápidamente y donde hubo un fuerte impacto en las sociedades y en la generación de conflictos internos”.

Si en el 2021 los tres países que expulsaban más migrantes hacia los Estados Unidos a través de México eran centroamericanos (Honduras, Guatemala y El Salvador), en 2023 el número uno fue Venezuela y el cuarto fue Ecuador.

“Ha cambiado el perfil de las personas que están en movimiento. Ahora se ven muchas más provenientes de países de Sudamérica y del Caribe”, dice MacGillivray. También apunta que ha crecido el número de migrantes que llegan de regiones tan alejadas como África y Asia. Según cifras del Gobierno, la migración irregular de África aumentó un 797% entre 2022 y 2023, y la de Asia, un 342% en ese mismo período. “En algún momento, las autoridades dijeron que habían encontrado más de 150 nacionalidades en todo el país. Eso es una cantidad brutal de nacionalidades cruzando por México”, dice el vocero de la OIM.

Una crisis de refugiados

MacGillivray sostiene que, junto con la pandemia, el otro factor que ha facilitado la migración es que las barreras naturales que dividían a los países se han vuelto cada vez menos inaccesibles. “El tapón de Darién era una frontera prácticamente infranqueable, pero ahora se ha convertido en un camino que es parte de la ruta entre Colombia y Panamá. El año pasado lo cruzaron más de medio millón de personas”.

“No es una crisis migratoria. Es una crisis de refugiados”, dice, por su parte, el profesor Tonatiuh Guillén. “Cuando las poblaciones son forzadas a salir, ya no podemos hablar de migrantes a secas, sino de refugiados”.

Silvia Garduño, oficial de información pública de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) en México, dice que, de acuerdo a un monitoreo que hizo su institución durante el 2023, el 51 % de las personas en situación de movilidad irregular había abandonado su país debido a la violencia, la inseguridad y las amenazas que padecían. El 66 % dijo que su vida, seguridad o libertad correría peligro si fuera devuelto a su país de origen.

“Lo que ha pasado en los últimos años es que México se ha convertido no solo en un país de tránsito, sino también en un país de destino para las personas que necesitan protección internacional”, dice Garduño, por videollamada, a La República. “En Acnur, hemos visto que solo el año pasado se han presentado más de 140.000 solicitudes de asilo. Hace 10 años, el número de solicitudes de asilo fue de 2.000. El incremento ha sido sustancial”.

AMLO pide ayudar a los países

¿Qué está haciendo el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para atender esta situación?

Desde que asumió, el presidente mexicano ha repetido el mensaje de que se necesita no solo contener los flujos migratorios, sino atacar las causas que los originan en sus países. Ha pedido a Washington que ayude a enfrentar los problemas políticos, económicos y de seguridad en los estados del hemisferio sur. Hace tres años, obtuvo la promesa de Joe Biden de invertir 4.000 millones de dólares para programas sociales en Centroamérica, pero todavía no se ha concretado.

“AMLO ha adoptado varias medidas interesantes”, dice Jeremy MacGillivray. “Ha buscado enfocarse mucho en las causas de la migración. Hay varios programas del Gobierno mexicano que ha exportado a países de Centroamérica”.

El alto funcionario de la OIM en México menciona también que el mandatario mexicano es un promotor de mecanismos que facilitan una migración laboral regular entre todos los países del continente. “La idea es expandir las vías que existen para que las personas puedan migrar y trabajar en otros países, no solo en México, también en los Estados Unidos y Canadá”.

Según el Gobierno, hay más de millón y medio de vacantes en fábricas del país que no se pueden cubrir con mano de obra mexicana. Al mismo tiempo, hay una enorme masa de personas procedentes de Centroamérica y Sudamérica que necesitan trabajar para mejorar sus condiciones de vida y las de su familia.

“Lo que se busca es poder conectar esa oferta y esa demanda de manera ordenada”, dice MacGillivray. “De modo que las personas puedan venir sin tener que cruzar todos los países por tierra, pagándole a coyotes para poder llegar, sino embarcándose desde su país”.

Tonatiuh Guillén, el excomisionado del Instituto Nacional de Migración, es más escéptico sobre el discurso de AMLO frente a este problema. “Suena como un discurso interesante y positivo, pero en el territorio es otra cosa, en la frontera sur es otra cosa, en el hostigamiento a poblaciones en movilidad irregular es otra cosa”, dice. “El problema es que no lo ve como una crisis de refugiados. A los refugiados no les podemos poner el ejército en frente, no se les puede someter a maltratos ni violar sus derechos, pero eso es lo que se está haciendo”.