Rogelia Arévalo: Silenciar a opositores “capitaliza fuerza para el régimen de Ortega”
Experta sobre la inestabilidad política explicó a La República los factores del fortalecimiento del régimen sandinista que lidera el presidente nicaragüense desde hace más de 14 años.
El régimen del presidente Daniel Ortega no frena su estrategia de silenciar a la oposición con miras a las elecciones presidenciales del próximo 7 de noviembre. Al Gobierno se le atribuye tanto el arresto de Cristina Chamorro en junio pasado como las acusaciones de conspiración a dos periodistas nicaragüenses y una ex primera dama el último martes.
El caso de Chamarro, hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro, asestó un duro golpe a los críticos en Nicaragua. Fue acusada de irregularidades en el manejo de la fundación que lleva el nombre de su madre, dedicada a la fomentación de la libertad de expresión.
La opositora del régimen sandinista rechazó esas acusaciones y las consideró una “farsa” para evitar su participación en los comicios generales. La Organización de los Estados Americanos (OEA) calificó la aprehensión de Chamorro como “atentado a la democracia”.
Posteriormente, Arturo Cruz y Félix Maradiaga, ambos aspirantes a la presidencia, se sumaron a la lista de los 38 detenidos por el Gobierno. Hasta el momento, el último en unirse fue el periodista deportivo Miguel Mendoza, quien criticaba a las autoridades gubernamentales en sus redes sociales.
En una de sus publicaciones en Twitter, Mendoza tildó a Ortega de “paria internacional”. Asimismo, comparó la ola de arrestos en el país caribeño con los secuestros ordenados por el narcotraficante colombiano Pablo Escobar “en sus últimos años de terror”.
Fortalecimiento del régimen sandinista
Rogelia Arévalo, máster en Ciencia Política de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, contó a La República que “el régimen de Daniel Ortega no solo tiene un sustento o una explicación política y social, sino también una explicación histórica”.
“El régimen no se ha fortalecido últimamente, sino que tiene a la base todo un imaginario colectivo de una sociedad hacia un proyecto histórico que empieza su concreción en los ochentas, que se consolida en toda esa década y que luego tuvo ciertos tropiezos en los noventas y en los 2000, pero al cual todavía no está listo para soltar”, explicó.
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua. Foto: AFP
Para la experta sobre la inestabilidad política, Ortega continúa teniendo mucho peso, impacto, y valor, pese a que ya pasaron 40 años del triunfo de la Revolución sandinista en la nación centroamericana.
Otro elemento importante es el debilitamiento de los opositores. “Del abuso de la institucionalidad hasta la persecución mediática. Lo que hace el Gobierno es quitar a toda la oposición del camino y eso, obviamente, fortalece en un sentido, quizás no el mejor, institucionalmente hablando, pero capitaliza fuerza para el régimen”, subrayó Arévalo.
Camino a un “Estado totalitario”
Augusto Centeno, vocero de la Coordinadora Universitaria por la Democracia y la Justicia de Nicaragua, expresó su rechazo ante la persecución llevada a cabo por el mandatario Ortega, exguerrillero sandinista de 75 años, quien retornó al poder el 10 de enero de 2007.
“Han confiscado medios como Confidencial o 100% Noticias, exiliado a periodistas, retirado personalidad jurídica a casi cien organizaciones no gubernamentales”, contó a La República.
Las autoridades nicaragüenses “están cerrando todos los espacios donde puede manifestarse la sociedad civil y arrinconándonos hacia un Estado totalitario”, aseveró Centeno.