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¿Quién es Elisa Loncón, presidenta de la Convención Constituyente de Chile?

Representante del pueblo mapuche fue elegida para liderar el proceso de redacción de una nueva carta magna. “Este sueño de nuestros antepasados se hace realidad”, aseguró en su discurso inaugural.

Doctora en lingüística agradeció a la Madre Tierra y a Francisca Linconao, autoridad espiritual de su pueblo. Foto: EFE
Doctora en lingüística agradeció a la Madre Tierra y a Francisca Linconao, autoridad espiritual de su pueblo. Foto: EFE

“Tenemos que convocar hasta el último rincón de Chile”, es la consigna de Elisa Loncón, lideresa mapuche que este domingo 4 de julio fue electa presidenta de la Convención Constituyente que tiene a cargo elaborar una nueva carga magna.

Loncón, de 58 años, es originaria de la comunidad mapuche Lefweluan, en la Araucanía chilena. “Vengo de una familia sencilla, como todas las familias mapuche afectadas por la pobreza, pero íntegra desde el punto de vista de nuestros códigos, inspirados por las normas colectivas, la memoria, el relato social, la historia. Mi familia me heredó un sentido de felicidad”, relató a El País sobre sus raíces.

Las primeras palabras de Elisa Loncón como presidenta de la convención fueron en mapudungún, el idioma ancestral mapuche. Luego agregó en castellano que el organismo que lidera tiene como deber incluir hasta “el último rincón de nuestros pueblos y en nuestras lenguas originarias, que han estado postergadas durante todo lo que ha sido el Estado nación chileno”.

Investigadora en educación intercultural

En 1986 se graduó como profesora de inglés en la Universidad de La Frontera (Temuco). Luego continuó especializándose en la vida letrada hasta conseguir un doctorado en lingüística en Holanda (2012). La identificación con su cultura la llevó a escribir cerca de 25 libros sobre lenguas indígenas y educación intercultural bilingüe, así como otras tantas publicaciones en revistas académicas.

“Hemos aprendido que si uno heredó el don de la palabra, uno se puede morir y va a desaparecer tu cuerpo físico, pero va a quedar tu palabra, tu historia. Y si tú la ordenaste bien y te dedicaste a construir, esa palabra va a quedar para que otros sigan construyendo la historia”, sostuvo la lingüista en una charla de la Universidad Católica de su país en 2018.

Este domingo, durante la sesión inaugural de la reunión constituyente, Elisa Loncón obtuvo 96 votos de sus colegas en una jornada que empezó muy temprano con rituales y marchas de las distintas delegaciones originarias en la capital. Con ello dejó relegado al postulante de la derecha, Harry Jürgensen, quien consiguió 33 mociones de respaldo.

Días atrás, consideraba que tener a una mujer indígena al frente de este proceso significaría “un paso para instalar un Chile distinto que respete la condición humana de la diversidad”.

“Este sueño se hace realidad”

La flamante lideresa del proceso constituyente chileno ha destacado por ser firme defensora de la demanda mapuche de restitución de tierras que consideran suyas por derecho ancestral. Este conflicto ha sido foco de tensión constante en las regiones sureñas de Biobío y la Araucanía, donde vive la mayoría de las comunidades mapuches.

Académica del Departamento de Educación de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago, Loncón marcó la pauta de su gestión agradeciendo el respaldo de las diversidades sexuales chilenas, a las mujeres “que caminaron en contra de todo sistema de dominación” y a la Madre Tierra. “Este sueño es un sueño de nuestros antepasados. Este sueño se hace realidad. Es posible, hermanos y hermanas, compañeros y compañeras, refundar este Chile”, sentenció.

Indígenas participan por primera vez

Esta será la primera vez en la historia de Chile en que los indígenas son incluidos en la redacción de la constitución. Ninguna de las tres que ha tenido el país desde su independencia (1833, 1925 y 1980) reconocen la existencia de los pueblos originarios, pese a que representan al 12,8% de la población nacional.

El proceso constituyente nació en Chile como un acuerdo entre los partidos políticos para tratar de amainar una masiva ola de protestas que estalló en octubre de 2019, la mayor crisis social en más de tres décadas de democracia, que se interpretó como un reclamo por un modelo socioeconómico más justo. Los constituyentes tendrán hasta un año para redactar el nuevo texto, que deberá refrendarse con otro plebiscito en 2022.