Ex canciller de la República durante el gobierno de Ollanta Humala. Sociólogo y periodista. Actualmente ejerce la docencia en la Pontificia Universidad Católica del Perú. ,Rafael Roncagliolo conoció por primera vez a Fidel Castro en 1974, gracias a una invitación del gobierno cubano a un grupo de periodistas. Lo recuerda como un político erudito, de gran elocuencia y que siempre estuvo pendiente de América Latina. A su criterio, la coyuntura empujó a Fidel a unirse a la Unión Soviética. ¿Qué impresión tuvo de Fidel Castro cuando lo conoció por primera vez? Lo que más me llamó la atención fue su elocuencia. Era un erudito, hablaba sobre todos los temas, no solo políticos. Para mi generación Fidel Castro fue, ante todo, una especie de Robin Hood. Para los jóvenes de hoy es un viejo dictador. Tenía esa imagen en esa época por haberse enfrentado a Estados Unidos. Claro, por toda la epopeya de Sierra Maestra, el simbolismo del ataque al cuartel Moncada, que fue en 1953, y después la expedición del Granma, que fue muy épico. Por eso, para mi generación Fidel era un romántico dirigente político que quería la independencia de Cuba. Estados Unidos siempre quiso tener Cuba. Por eso también fue un símbolo de independencia de América Latina. ¿Lo notó como un político pragmático o ideologizado? Una mezcla de las dos cosas. Era cálido y pragmático, que buscaba soluciones, un hombre de acción. No era de repetir citas de Marx o Lenin. ¿El fuerte ego de Fidel lo presionó a no dejar el poder? Era la coyuntura, más su personalidad. Era un hombre con vocación por el ejercicio del poder. Los políticos carismáticos se sienten irremplazables. ¿Cuánto daño le hizo eso a su revolución que, con los años, lo dibujó como un dictador? Habría que ver cuánto de esto era criticado por la población cubana. Tampoco se puede decir que todos eran oposición. Había una relación dictatorial, lo que el líder impone es lo que la gente quiere. ¿Qué condiciones tenía Fidel Castro que pudo mantenerse tantos años en el poder? Tuvo un liderazgo muy fuerte en un país de instituciones débiles. Son pocos los años de vida democrática de Cuba. Eso sumado a las medidas de represión que se tomaron. ¿Qué expectativas tenía con América Latina? Cuando lo conocí era un momento de expectativas, muy particular: que América Latina iba a cambiar. Seguía con mucha atención lo que pasaba en la región, ya no pensaba en la guerrilla. ¿Cuánto influyó Cuba para que se generaran movimientos de izquierda en América Latina? Mucho. La historia de la guerrilla en América Latina es anterior, arranca en 1926 con Sandino. En todos los países hubo movimientos guerrilleros porque la revolución cubana fue el ejemplo que se podía establecer un gobierno venciendo a Estados Unidos. Sin embargo, a diferencia de Cuba, la experiencia no se replicó, ¿por qué? Tiene que ver con los contextos históricos. En Cuba, para enfrentar a una dictadura, solo había el camino de las armas. Eso se repite en Nicaragua. Pero a partir del 76 predominan las dictaduras militares en América Latina y luego, cuando vuelve la democracia, ex guerrilleros llegan al poder pero por la vía democrática como Dilma Rousseff, en Brasil. Cuba se dio cuenta de que con la guerrilla no iba a conquistar América Latina y busca aliados democráticos. Sí. Cuba tuvo una primera etapa de apoyar movimientos guerrilleros y luego apoya los movimientos de independencia nacional, por eso apoya a Velasco Alvarado y Salvador Allende. Tal vez a él le hubiera gustado que el proceso cubano hubiese sido más independiente, pero en la circunstancia de la Guerra Fría fue empujado a unirse a la Unión Soviética. Además, América Latina lo había dejado solo. ¿Si no se hubiese visto en esa situación hubiera mantenido la independencia de la revolución cubana? Tengo la impresión que él hubiese querido hacer una cosa no alineada: ni con Estados Unidos ni con la Unión Soviética. Creo que la coyuntura lo empujó a volverse comunista en el poder. Raúl Porras Barrenechea quería evitar aislar a Cuba, lo que finalmente pasó. Se le criticó a Fidel por apoyar movimientos guerrilleros que generaron terrorismo. Distingamos entre movimientos guerrilleros de terrorismo. Si uno piensa en Sendero Luminoso es un movimiento terrorista. Se lo digo por el MRTA que era procubano. El MRTA es un caso distinto a Sendero. Lo que pasa es que se había generalizado el término terrorismo y estábamos en un gobierno democrático. Pero difícilmente se puede llamar terrorista al Frente de Liberación de Guatemala que ahora está en el gobierno o contra la dictadura brasileña. O la izquierda chilena. Estos movimientos no hicieron la revolución, pero sí contribuyeron a la construcción de la democracia. ¿Fidel se dio cuenta tarde que el modelo cubano no se podía replicar? Evidentemente, algo que sirvió para darse cuenta de eso fue el fracaso de la revolución del Che Guevara en Bolivia. ¿La muerte de Fidel fortalecerá a la oposición? Creo que su muerte tiene un importante valor simbólico, pero no significará grandes cambios políticos. Veo la situación actual cubana más parecida a la de China o Vietnam, mayor apertura económica sin grandes cambios políticos. ¿Habrá pugnas para cuando Raúl deje el poder? Habrá un cambio con la nueva generación cubana. Fidel dijo una vez que la historia lo absolverá. La historia lo absolverá del asalto a Moncada, del proceso de independencia nacional, pero de otras cosas no será absuelto. Hay que esperar a la historia.