Género

Menstruar en el Perú, un factor de desigualdad que permanece en silencio

En el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, revisamos las implicancias sanitarias, sociales y económicas que tiene este proceso físico y emocional para las mujeres peruanas y cómo éstas las coloca en desventaja y desigualdad.

Infecciones, ausentismo escolar, embarazos no deseados, ausentismo laboral e impacto económico son algunas de las consecuencias de menstruar en el Perú, país donde no existe una gestión pública transversal ni específica sobre el tema.

La menstruación no es solo ‘’cosa de mujeres’’, ni debe seguir siendo un tema tabú, llena de mitos. Sus implicancias sanitarias, sociales y económicas trascienden el ámbito privado y afectan el crecimiento y desarrollo de las niñas, adolescentes y mujeres peruanas, que representan casi la mitad de la población en el país.

El silencio de la menstruación

La menstruación es un proceso físico y emocional que atraviesan las mujeres durante la mayor parte de su vida. Un periodo que va desde la menarquía hasta la menopausia, más de 30 años aproximadamente. Este proceso ocurre a la mitad de la población peruana, entonces ¿por qué casi nunca se habla sobre ello?

Mitos, tabús, creencias y otros factores arraigados en la sociedad y Estado peruano logran silenciarla. Para Carolina Ramírez, del colectivo colombiano Princesas Menstruantes, “la educación sexual omite la educación menstrual todo el tiempo” y enfatiza que en América Latina “no se hace un trabajo de educación menstrual”.

La menstruación sigue siendo un tema silenciado. Foto: Composición

La menstruación sigue siendo un tema silenciado. Foto: Composición

El hecho de no debatirla y exponerla hace que muchas mujeres vean la menstruación como un tabú, como algo que no se debe hablar, como algo malo. El estudio ‘Retos e impactos del manejo de la higiene menstrual para las niñas y adolescentes en el contexto escolar’, de Unicef y el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), evidenció estas concepciones.

En ese informe, realizado por Patricia Ames y Carmen Yon, se constata que “las adolescentes escolares de las cuatro regiones [estudiadas] carecen de información suficiente, adecuada y oportuna sobre la menstruación y los cambios que experimentan”. Además, también “manifiestan sentimientos de vergüenza y temor asociados a la menstruación, especialmente, debido a la falta de información”.

María Elena Galerreta, asesora en temas de salud sexual y reproductiva y obstetra que recibe en consultorio a varias pacientes, lo comprueba día a día. “Muchas mujeres se relacionan mal con su menstruación y vienen con esa carga a la consulta. No es raro encontrar que la mayoría de los problemas son relacionados a la etapa menstrual (...) [lo que se necesita] es informar a la paciente respecto a cómo es este evento”.

Por su parte, Carolina Ramírez, de Princesas Menstruantes, afirma que estos son temas que no se colocan en las agendas públicas ni se consideran en las agendas políticas, pese a ser una realidad. La activista considera que hay dos ideas generalizados sobre la menstruación: no se habla y no deja huellas.

“Esos dos mandatos hacen que la menstruación sea invisible y que de eso no se habla, no se cuestiona y como es invisible y nadie la ve, es como si viviéramos en una sociedad donde la menstruación no existiera”, resalta.

La menstruación en las políticas de salud

La menstruación y el ciclo menstrual se aborda de manera parcial en las políticas adoptadas por el Ministerio de Salud (Minsa). El estudio de Unicef y el IEP, realizado en 2019, advierte que hay una política limitada en los servicios de salud, centrado principalmente en la prevención del embarazo en adolescentes.

“Se menciona, pero no se contempla como un tema específico y no hay una estrategia dirigida a orientar a las adolescentes acerca de este proceso y el manejo de la higiene menstrual”, se señala al respecto.

Guillermo Atencio, director ejecutivo de Salud Sexual y Reproductiva del Minsa, indica que la menstruación “está relacionado al tema de las actividades con mujeres fértiles, en general, y tiene relación con su salud sexual y reproductiva”.

Para Atencio, sí hay “actividades relacionadas” con la información que se le da a las mujeres sobre su ciclo menstrual. “En todos los establecimientos de salud nosotros tenemos sesiones de consejería que cuando la mujer acude a un establecimiento de salud, se le brinda la información, por ejemplo, sobre cuidados”, manifiesta.

Sin embargo, los profesionales de salud entrevistados en las ciudades del estudio (Loreto, Ucayali, Huancavelica y Lima) concordaron en que “debido a los diversos temas a abarcar y al limitado tiempo”- no profundizan en explicaciones, sino que “ se suelen enfocar en pautas de cuidado para evitar el embarazo y respecto a la higiene menstrual”.

Cynthia Ingar, doctora en antropología médica y población andina, expresa que no hay “políticas públicas ni implementaciones que son amigables con las mujeres o las niñas menstruantes. En la esfera pública se invisibiliza completamente”, pese a que en la sociedad todos los días las mujeres menstrúan.

Día de la Higiene Menstrual: ¿qué se debe limpiar?

La confusa y a veces desinformada relación de las mujeres con su propia menstruación ha crecido a lo largo del tiempo en la sociedad. Cynthia Ingar expresa que la menstruación mucho tiempo atrás no era vista como vergüenza, sino más bien como “un tema de autocuidado”.

En su investigación, Ingar ahonda en el discurso de las compañías de las empresas de higiene femenina y cómo éstas son las encargadas de introducir el tema en los colegios, pero de manera escueta, como un asunto no saludable y que finaliza en la entrega de una toalla sanitaria.

Carolina Ramírez recorrió nueve países de la región -entre ellos Perú- y también concluyó que las multinacionales de productos de higiene femenina son las que en su mayoría introducen y abordan el tema. “Para [la menstruación] se requieren ciertos insumos y que quedes muy bien higienizada, que estés limpia, que te cambies cada tanto”, indica Ramírez.

¿Cómo es la relación entre las mujeres y su higiene menstrual? Foto: Composición

¿Cómo es la relación entre las mujeres y su higiene menstrual? Foto: Composición

Si bien la información que se tiene sobre la menstruación y el ciclo menstrual es escasa, también muchas veces es errónea al prolongar únicamente el discurso de la higiene. Para ello, es necesario profundizar en las narrativas del tema, no solo desde el enfoque biomédico.

“Las mujeres y las niñas puedan relacionarse con la menstruación, su cuerpo y sus procesos reproductivos como algo positivo y no como algo que se debe tener vergüenza o que estamos en desventajas por estar en cuerpo de mujer”, comenta Ingar.

Menstruación: una cuestión social

No todas las niñas, adolescentes y mujeres menstrúan igual. Y no solo por el dolor o por las características físicas y variantes del proceso, sino porque existe un trasfondo social incluso en un proceso natural como la menstruación que cambia según la zona donde se viva y la condición económica bajo la cual se exista.

De acuerdo al Mapa de Necesidades Básicas Insatisfechas del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), existen cuatro indicadores para definir las condiciones de vida de los peruanos: vivienda, servicios sanitarios, educación y capacidad económica. La falta de acceso en condiciones óptimas a dos de ellas, por ejemplo, puede afectar directamente a las peruanas durante su vida menstrual. De acuerdo a los últimos datos sobre formas de abastecimiento de agua, según condición de pobreza, el 10 % de los hogares pobres del país se abastecen de agua proveniente de acequia, río o manantial, ‘’lo que evidencia que […] consumen agua de menor calidad a la que obtienen hogares no pobres (3 %)’’. Esto impacta de manera negativa en la higiene que deben mantener las niñas, adolescentes y mujeres de bajos recursos durante su periodo.

Por otro lado, el acceso a una red de alcantarillado resulta importante para el desecho de productos y flujo menstrual. Sin embargo, solo el 40.5 % de hogares pobres cuenta con este servicio. La situación empeora en las zonas rurales, donde el 18.6 % de viviendas no cuenta ni siquiera con servicios higiénicos.

Menstruar y estudiar

El colegio es el lugar donde las niñas y adolescentes pasan gran parte de su día estudiando, jugando y menstruando. Esta última acción, en condiciones deficientes (desde infraestructura hasta métodos de enseñanza), puede afectar a las niñas dejándolas en desventaja frente a sus compañeros para aprender y desarrollarse con normalidad en horas de clase.

Según el informe ‘Retos e impactos del manejo de higiene menstrual para niñas y adolescentes en el contexto escolar’ elaborado por la Unicef y el Instituto de Estudios Peruanos, tomando datos de colegios ubicados en Lima (Carabayllo), Huancavelica, Loreto y Ucayali, la mayoría de niñas siente incomodidad de mantener la higiene menstrual en los baños de sus colegios ‘’son sucios, tienen mal olor, no tienen agua de manera permanente, no tienen jabón, papel higiénico’’ y, por ello, prefieren esperar a llegar a sus casas, donde al menos tienen privacidad. Algunas de ellas, el 37%, respondió que suele faltar a clases el primer día de menstruación.

Quienes a pesar de las deficiencias en la estructura de sus escuelas deciden asistir, tampoco encuentran un panorama alentador. Otro 37% indicó que cuando les llegó la menstruación en el colegio, no recibieron apoyo para conseguir artículos de higiene, situación que ocurre con mayor frecuencia en Ucayali. Ante esta situación, las entrevistas revelaron que deben regresar a sus hogares para obtener suministros.

La educación que reciben los niños y niñas sobre el tema es tan crucial como la garantía de instalaciones adecuadas. Pero la menstruación, a pesar de configurar uno de los cambios físicos más importantes en las niñas y adolescentes y parte esencial para comprender su crecimiento, no ocupa un lugar significativo durante las clases de Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica o Ciencia, Tecnología y Ambiente, cursos donde se toca de manera rápida y sin relacionarlo a temas como la reproducción o el embarazo adolescente, según indica el informe.

‘’Cuando este tema de aborda, suele estar todavía muy circunscrito a lo biológico, sin tomar en cuenta el impacto que tienen estos hechos en la vida de las niñas. No hay muchas investigaciones que den cuenta cómo se vive este proceso y eso deja un gran vacío que permita un mayor entendimiento de su cuerpo, de su reconocimiento como un ser femenino y sexuado y hasta su propio autocuidado’’, afirma Susana Chávez, experta en salud pública y directora ejecutiva de Promsex.

Como consecuencia, el desconocimiento sobre la menstruación y sus implicancias se hace visible en factores importantes que deberían conocer las niñas y adolescentes sobre su sexualidad y salud reproductiva. Llama la atención que un 24 % de las niñas encuestadas afirmó que ‘’hay más probabilidades de quedar embarazada durante la menstruación’’ al ser consultadas por su conocimiento sobre la relación entre ambos hechos y que demuestra las pocas luces que tienen un porcentaje importante de niñas y adolescentes acerca del funcionamiento de sus cuerpos.

Cuestión de gastos

En el Perú, un paquete de toallas higiénicas normales y de tela cuesta en promedio de S/ 5.28 (en base a un cálculo sobre el precio de cinco marcas diferentes en la misma presentación). Eso significa un gasto de 63 soles anuales, sin contar la compra de compresas nocturnas, pastillas para el dolor, insumos extra para la higiene durante esos días y algunos otros gastos que este acarrea.

A primera vista, S/ 63 y un total de S/ 2.091 en 33 años de vida menstrual no parece una cifra significativa. Sin embargo, constituye un gasto extra para la mitad de la población con menos porcentaje de personas económicamente activas y para quienes se encuentran en desventaja a causa de la brecha de género que alcanza el 28.5 %.

Según el informe Brechas de Género 2019 del INEI, las mujeres en el Perú solo configuran el 37.8 % de la población asalariada, frente a un 62.2 % de los hombres. La diferencia persiste, además, en los sueldos, donde ellos perciben un ingreso promedio de S/ 1.587 y ellas, de S/ 1.135; situación que las fuerza a organizar sus gastos de manera diferente y muchas veces ajustada. En las zonas rurales la situación se agrava pues 41.2 % de mujeres ni siquiera cuenta con ingresos propios. ‘’El hecho de menstruar ya marca una diferenciación enemigas tema de costos. Cada vez hemos avanzado por ejemplo en disponer de papel higiénico en los baños, pero el tema de las toallas higiénicas es un asunto individual y cuyos costos solo se remiten a las mujeres’’, señala Susana Chávez.

Retos para la gestión de la menstruación en el Perú

Las limitaciones e implicancias de menstruar en el Perú visibilizan una serie de retos a atacar por parte del Estado. ‘’Desde la educación, entender que estas funciones biológicas podrían tener una gran carga social que no se esta tomando en cuenta. También en términos de prestación de servicios, los proveedores están muy poco familiarizados con el tema y soslayan las molestias y preocupaciones de las mujeres. Pocas veces se reconoce, por ejemplo, su impacto en relación con métodos anticonceptivos’’, explica Chávez.

Para gestionar la menstruación de manera eficiente e igualitaria, Unicef y el IEP recomiendan ‘’una revisión de políticas públicas que reduzcan la desigualdad que producen sus condiciones actuales’’. Para ello, se hace necesario tratar el tema a través de una educación informada y transversal, con acceso igualitario a insumos de higiene menstrual, calidad en las condiciones de vida especialmente en zonas rurales, y entendiendo la menstruación como un tema de salud pública y no solo como ‘’cosas de mujeres’’.