La gran mentira sobre la virginidad femenina: el himen ni se rompe ni sangra
Demasiadas generaciones de mujeres han sufrido y sufren aún por este concepto asociado a la “pureza” que no tiene ninguna validez científica.
Desde hace siglos, existe mucha desinformación alrededor de la virginidad femenina, un concepto que se le ha otorgado erróneamente su condición por el hecho de ser catalogado socialmente como una cualidad positiva de las mujeres. Por ello, quienes no se conservaban ‘intactas’ y ‘puras’ eran objeto de repudio y provocaban la deshonra de sus familias.
Incluso hoy en día, millones de mujeres en Medio Oriente y África son sometidas a ‘pruebas de virginidad’, en el que deben demostrar — a través de las sábanas manchadas con sangre — que han mantenido su primera relación sexual con quien ahora es su esposo.
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Dejando de lado las absurdas creencias y la cucufatería, lo cierto es que aún mucha gente desconoce el enfoque cultural y biológico en torno a la virginidad femenina.
¿Qué es la virginidad?
Para el sexólogo Alberto Álamo, la virginidad femenina es un concepto cargado de prejuicios. “La virginidad es un concepto que representa un estigma, alimentado y reforzado durante muchísimos años”. Además, reconoce que este término a lo largo de la historia ha tenido influencias religiosas — asociadas a la Virgen María — y sociales.
Siguiendo esta misma línea, la directora de Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) de España, Norma Bernad, sostiene que la virginidad es uno de los mandatos construidos en el sistema patriarcal para controlar y dominar la sexualidad femenina. Por ello, no duda en aseverar que este cumplimiento social genera violencia de género y la vulneración de los derechos sexuales de las mujeres.
Por ende, la “virginidad” es una construcción social y no una realidad médica. “La virginidad es una construcción social del sistema patriarcal, que ha considerado la sexualidad femenina algo peligroso de lo que hay que defenderse y que hay que controlar”, precisa Charo Altable, terapeuta y experta en coeducación emocional y sexual.
¿Qué es el himen?
Es aquí donde el himen tiene un rol importante en la ‘primera vez’, ya que es considerado como el símbolo de la virginidad femenina. Sin embargo, múltiples estudios científicos ya han demostrado que, es un tejido membranoso que se desarrolla en la abertura vaginal, y que no se trata de una barrera que se rompe y/o impide el paso.
Claudia Moreno y Rose McKeon Olson, de la Universidad de Minnesota, publicaron ‘Virginity testing: a systematic review’, en el que desmontan muchos de los mitos existentes alrededor del tema. Las expertas aseguran que a medida que la mujer crece, el himen se va retrayendo.
Algunas mujeres, por ejemplo, nacen sin él y no les crece en lo absoluto, mientras que para otras debe ser perforado durante la adolescencia para que no tenga problemas con la menstruación. Por lo tanto, el estudio advierte que no hay forma de que las ginecólogas o matronas puedan determinar la virginidad.
¿Qué significa “perder la virginidad”?
“Perder la virginidad” tiene una gran carga de significados, pues alude a la desposesión involuntaria de algo y no un acto de la voluntad de una persona sobre su propio cuerpo. Es debido a ello que es más ‘importante’ socialmente la virginidad de la mujer, que la del hombre. A este último se le suele aplaudir cuando ya tuvo su primer encuentro sexual.
La importancia que se le da a la virginidad femenina tiene su origen en la relación de dominación que predomina entre hombres y mujeres. Según comenta Geneviève Labelle: “Aún tenemos la idea de que el hombre va a romper el himen de la mujer y con esto, ‘marcará su territorio’. Con esto, lo que se nos da a entender es que la mujer pertenece al hombre. No es una relación recíproca”.
Por todo esto es que, en 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las Mujeres y la Oficina de Derechos Humanos de la ONU exhortaron a paralizar las ‘pruebas de virginidad’ en todo el mundo.
¿Mi cuerpo cambiará luego de mi primera relación sexual?
No. Es un mito que se ha difundido a lo largo del tiempo. Los pechos no aumentan de tamaño, las caderas no se ensanchan y el tamaño de la vagina no se agranda tras mantener relaciones sexuales por primera vez.