Johny Isla: las Líneas de Nasca como modelo de integración
El director del Plan de Gestión para Palpa y Nasca revela los protocolos que aplica el Mincul para proteger los geoglifos de las lluvias propias del fenómeno de El Niño y comenta la iniciativa de construir un geoglifo gigantesco en el vecino desierto de Acarí.
Las líneas y geoglifos de Nasca y Palpa no dejan de ser una fuente de inspiración. Los vemos estampados en polos, como logotipo de empresas de transporte y equipos de fútbol, acuñados en llaves y monedas y hasta iluminados en parques y jardines. Pero los alumnos de la Escuela de Educación Superior Toulouse Lautrec decidieron crear un símbolo dedicado a la creatividad y el encuentro de los peruanos. Y la inspiración fue tan fuerte que han creado un símbolo nuevo: una estilizada estrella de mar (ver foto) y la inmortalizaron en un desierto del sur peruano, en el distrito de Bella Unión, provincia de Acarí, en Arequipa.
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La técnica para su elaboración no fue la misma que la usada por los nascas, pero el resultado fue muy similar: un geoglifo de casi 180 metros de largo que ocupa un área de aproximadamente 37.000 metros cuadrados. Lo mejor es que los artistas encargados de la instalación, Rocío Rodrigo y José Ignacio Iturburu, contaron con el aporte de la historiadora Carmen Mc Evoy y del arqueólogo Johny Isla, director del Plan de Gestión Nasca-Palpa.
“El Perú posee un mar extraordinario y centenares de lagunas en la sierra y en la Amazonía. Ciertamente el agua es un recurso vital que une a los peruanos entre sí y además, al llegar al mar, los une al resto del mundo”, explica Mc Evoy. Agrega que la estrella de mar es un elemento marino que representa de manera creativa la unión y, además, es abierto al encuentro, ese encuentro que nos guía hacia un norte de prosperidad.
Proceso de elaboración de la estrella de mar de la Toulouse Lautrec.
Por su parte, los representantes de Toulouse Lautrec revelan que este geoglifo “es un símbolo que entregamos al país con la esperanza de llamar al encuentro y a la unión de todos los peruanos. Por eso invitamos a todos los interesados a visitar el sitio www.nacioncreativa.pe, donde también podrán dejar su firma en una parte del geoglifo, así como su mensaje de compromiso para revalorar el legado creativo que ha formado parte del ADN de los peruanos”.
Palpa y Nasca
Johny Isla también cree que el símbolo de la estrella de mar es un elemento que convoca, como los geoglifos figurativos de Nasca: “El agua es símbolo de vida y aquí, en Nasca, el mar es omnipresente, elemento aglutinador”.
El arqueólogo reconoce que la idea de Toulouse es provocar el mismo asombro que causan los célebres geoglifos de Palpa y Nasca. “Se tuvo mucho cuidado de no coincidir en ninguna área protegida ni en el entorno de Nasca. Por eso elegimos el desierto de Bella Unión, a casi dos horas al sur de Nasca y en el camino de acceso a Acarí”.
Y se nota la diferencia de escenarios. “El primero tiene superficies cubiertas de un depósito aluvial con un manto de piedras oxidadas. Esa característica solo se ve aquí pues en el desierto de Bella Unión (al sur) o en el de Ocucaje (al norte) otro es el tipo de superficie, más arenosa. Y eso lo sabían los antiguos habitantes de esta zona, los constructores de los geoglifos y de las líneas. Por eso eligieron este lugar donde se pueden trazar solo retirando las piedras...”, revela Isla.
Y ahora que se anuncia un inminente fenómeno de El Niño, ¿qué están haciendo para proteger los geoglifos?
“En el Ministerio de Cultura tenemos protocolos para cada región -sostiene Isla-. En el caso de Nasca, partimos de un antecedente: este no es el primer Niño ni será el último, y los geoglifos están aquí desde hace dos mil años.
Los antiguos supieron dónde hacerlos. Por eso eligieron esta zona. A lo largo de los años muchas zonas por aquí fueron afectadas por pequeños huaycos y cauces de agua. Pero son pocos. Los antiguos nascas instalaron los geoglifos en zonas ligeramente elevadas, en planicies con ligera altitud y que no están expuestas a las correntías. En el caso de Nasca, ya empezó el trabajo de limpieza en la Panamericana…”.
Ya se están aplicando los protocolos para proteger los geoglifos de Nasca.
Y es que, para variar, son las obras modernas las que ponen en riesgo a los geoglifos. Isla afirma que “cuando se construyó la Panamericana Sur se eliminaron portones y pequeños puentes muy antiguos que servían para el drenaje, pero los ingenieros modernos los anularon porque pensaban que era solo un desierto donde nunca llovía”.
Lo cierto es que cuando llueve en Palpa y Nasca se activan quebradas que generan cauces, y estos se empozan porque la autopista funciona como un dique. “Estos pequeños cauces inundan la autopista y arrastran tanto limo que los automóviles patinan. Por eso se interrumpe el tráfico, para evitar accidentes”, añade el arqueólogo.
En los últimos años, Isla y su equipo han descubierto nuevos geoglifos, la mayoría muy antiguos. Al mismo tiempo, el equipo de la Universidad de Yamagata, en Japón, logró identificar medio millar de nuevos geoglifos ubicados en lomas de Palpa.
La vecina urbe de Cahuachi también es un interesante lugar para entender el impacto del cambio climático en el paisaje y en desarrollo de las culturas. “La excesiva tala de huarangos aceleró la desertificación de Cahuachi, pero cuando descubren que varias pirámides estaban enterradas se creyó que fueron sepultadas por aluviones de poderosos fenómenos de El Niño. Ahora sabemos que muchas de esas pirámides fueron enterradas por los propios pobladores, en un proceso que es común en la costa peruana”, sostiene Isla.
La estrella de mar elaborada por los estudiantes en el desierto de Bella Unión, camino a la ciudad de Acarí, Arequipa.
El arqueólogo revela que también se viene un proceso de ordenamiento territorial en Palpa y Nasca “con poligonales más pequeños que delimitan las zonas patrimoniales”. “También se anuncia una inversión de Marcona para la recuperación de Cahuachi y todo un plan para recuperar la investigación arqueológica y el turismo local. El turismo ha disminuido en Nasca. La mayoría llega, sobrevuela y se regresa ese mismo día. Tenemos que ampliar la oferta turística”, opina el arqueólogo.
Estos planes y proyectos, como los de Toulouse Lautrec, “son una forma de aprovechar el conocimiento del pasado para adaptarlo a lo que queremos como sociedad. La estrella de mar puede involucrarnos en la visión de un nuevo país. Más que el fútbol, lo prehispánico transmite integración, identidad. Dos cosas que tanta falta nos hacen”.