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Domingo

Pampa Galeras: Vicuñas en peligro

Un fantasma microscópico recorre al Altiplano andino afectando gravemente un símbolo de la fauna silvestre nacional, que está en nuestro escudo nacional y recientemente en nuestros billetes.

El chaccu podría provocar el contagio, pero también es la única forma de atender a las infectadas. Foto: difusión
El chaccu podría provocar el contagio, pero también es la única forma de atender a las infectadas. Foto: difusión

Mientras soportábamos el confinamiento y decenas de miles de peruanos morían durante la pandemia de la COVID-19, en los páramos altiplánicos de los Andes peruanos y argentinos se desarrollaba otra tragedia: miles de vicuñas aparecieron muertas afectadas por la sarna, una enfermedad endémica de la que no existían registros de tan alta mortandad, pero que ahora preocupa a científicos, pastores y funcionarios porque pone en peligro a nuestro símbolo nacional.

Un espacio emblemático de la vicuña es la Reserva Nacional de Pampa Galeras, denominado Barbara D’Achille y ubicada en el sur altiplánico de Ayacucho. No solo se trata de una de las primeras áreas naturales protegidas del Perú, en Pampa Galeras se dieron los primeros programas de protección y cuidado de la vicuña, cuando esta bella especie estaba en peligro de extinción. Y fue precisamente aquí donde a mediados de los años 90 se reiniciaron los célebres chaccus (cacerías rituales colectivas) para el aprovechamiento de la fibra de vicuña.

La sarna provocó enorme mortandad en las vicuñas en los años que la Covid mataba a los humanos. Foto: AFP

La sarna provocó enorme mortandad en las vicuñas en los años que la Covid mataba a los humanos. Foto: AFP

Pese a que aún no existen cifras oficiales (el esperado censo se sigue postergando por falta de fondos) sí se puede afirmar que Pampas Galeras es una de las zonas más afectadas por la mortandad de vicuñas provocada por la sarna.

“Pampas Galeras no alberga la mayor población de vicuñas -nos dice el doctor Hugo Castillo Doloriert, médico veterinario sanmarquino y experto en camélidos sudamericanos- el promedio de su población fue de 5 mil pero el año pasado bajó a solo mil individuos. No hay caza furtiva pero sí hay sarna y desplazamiento por invasión de ganado vacuno”.

Hugo Castillo Doloriert, medico veterinario, y Jane C. Wheeler; ambos expertos en camélidos sudamericanos. Foto: cortesía

Hugo Castillo Doloriert, medico veterinario, y Jane C. Wheeler; ambos expertos en camélidos sudamericanos. Foto: cortesía

“La vicuña sufre de mayor mortandad porque son silvestres, mientras que los camélidos domésticos, como las llamas y alpacas, cuentan con un pastor que está atento a su ganado”, sostiene la doctora Jane C. Wheeler, presidenta del Instituto de Investigación y Desarrollo de Camélidos Sudamericanos (Conopa) y una autoridad mundial en temas de la vicuña.

Wheeler sostiene que hay varias versiones sobre esta alta mortandad provocada por la sarna. Una de ellas se refiere a la alta densidad poblacional que podría haber provocado cambios genéticos y cierta susceptibilidad.

Hugo Castillo Doloriert, medico veterinario, y Jane C. Wheeler; ambos expertos en camélidos sudamericanos. Foto: cortesía

Hugo Castillo Doloriert, medico veterinario, y Jane C. Wheeler; ambos expertos en camélidos sudamericanos. Foto: cortesía

“Antes las vicuñas tenían mas espacio. Ahora se ha reducido, hay sobrepastoreo y, sobre todo, hay mucha gente viviendo o introduciendo ganado en el hábitat de las vicuñas”, sostiene la doctora Wheeler, una científica que determinó con sus investigaciones, como las realizadas en Telarmachay, que la alpaca es una versión domesticada de la vicuña, mientras que la llama es la versión domesticada del guanaco.

Esto es confirmado por el doctor Castillo: “La sarna afecta a todos los camélidos, pero las llamas y alpacas tienen al pastor que las atiende (con ivermectina y otros tratamientos) mientras que la vicuña sufre de mayor mortandad porque se le captura una vez al año, en los chaccus, y ahí se descubre si está afectada. La única forma de tratarlas es en las capturas. Durante la pandemia no hubo chaccus, tampoco hubo tratamiento y aumentó la mortandad”.

Advertidos del tema, diversas entidades públicas vienen trabajando en el tema. “No se cuenta con cifras de mortandad de vicuñas que sean válidas científicamente -nos dice Eduardo Salazar, funcionario del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa)- se trata de una especie silvestre y los cadáveres que a menudo se encuentran en campo pueden haber sucumbido por diversas causas: naturales, enfermedades e incluso ataques por depredadores y cazadores. Es necesario tener en cuenta que la sarna se manifiesta por diversos factores. Desde la susceptibilidad propia de cada animal hasta la calidad de los recursos que dispone en su entorno”.

El caso Aguada Blanca

Por su parte, el doctor Hugo Castillo afirma que si bien los casos de sarna han sido registrados en los hábitat de las vicuñas (16 regiones cuentan con manadas de vicuñas), en la zona reservada de Aguada Blanca, en Arequipa, casi no existe mortandad provocada por la sarna.

Falta investigar a qué se debe este fenómeno.

Al respecto, Salazar enfatiza que “Senasa no realiza actividades de investigación. Esto corresponde a entidades como el INIA, universidades, tesis y artículos científicos. La intervención del Senasa ha comenzado en este año y con la data que disponemos no es posible afirmar con certeza por qué hay menor mortandad en Arequipa”.

Pero, ¿es el chaccu la causa de la trasmisión de la sarna a las vicuñas?

Joven ejemplar de vicuña capturada en un chaccu y afectada por la sarna. Foto: cortesía

Joven ejemplar de vicuña capturada en un chaccu y afectada por la sarna. Foto: cortesía

Wheeler, Castillo y Salazar sostienen que aún faltan investigaciones para demostrar el impacto de los chaccus. Incluso, resaltan el convenio firmado por el Centro Internacional de la Papa (CIP) con Serfor y la existencia de un protocolo para tratamiento de vicuñas identificadas con sarna durante los chaccus.

Quizá la respuesta espera investigaciones entre las vicuñas arequipeñas de la reserva de Aguada Blanca. Sin embargo, hay otros casos que ofrecen data interesante: El doctor Castillo recuerda que en Argentina no se realizan chaccus y nunca hubo casos de mortandad de vicuñas provocadas por la sarna, hasta que decidieron introducir llamas en su territorio, y hoy en día se han registrados numerosos casos de vicuñas afectadas por esta enfermedad dermatológica.

“La sarna se puede curar -añade Castillo- y, por ahora, la única forma de identificar vicuñas contagiadas es a través de los chaccus”.

A Wheeler, sin embargo, no le simpatizan los chaccus: “El manejo es deficiente. A diferencia de Argentina y Chile, en el Perú hay muchos chaccus. Hemos realizado campañas de instrucción para el buen tratamiento de las vicuñas en algunas comunidades de Huaytará, en Huancavelica, y en otros sitios pero hay que seguir convenciendo a los comuneros en la necesidad de tratar bien a las vicuñas durante la cacería y la esquila. Muchas mueren de estrés durante la captura. También se desintegran los grupos familiares de vicuñas, pero también es cierto que el chaccu es la única forma de comprobar si están afectadas por la sarna”.