El virus del papiloma humano (VPH) provoca la infección de transmisión sexual más común y, de acuerdo con expertos, es probable que más del 80% de personas que ya iniciaron su vida sexual sean portadoras. Además, es la principal causa del cáncer de cuello uterino, la segunda enfermedad oncológica que provoca más muertes de mujeres en el Perú, luego del cáncer de mama.
Las vacunas contra el virus del papiloma humano forman parte del esquema nacional de vacunación en Perú desde el año 2011 y se aplican a niñas de 9 a 13 años, con previa autorización de sus padres o apoderados. Debido a que el VPH infecta por transmisión sexual, las autoridades sanitarias buscan una prevención primaria al aplicar las dosis antes de que las menores inicien su vida sexual.
Sin embargo, los esfuerzos en la lucha contra el VPH se vieron afectados con la llegada de la crisis sanitaria causada por el coronavirus. En 2020, las escuelas de todo el país tuvieron que cerrar sus puertas para dar paso a las clases virtuales, lo cual dejó de lado los programas de vacunación, ya que se realizaban en los centros educativos. De esta manera, durante el primer año de la crisis sanitaria, el número de menores vacunadas contra el VPH se redujo en casi 80%, según Salud con Lupa.
Las cifras que arrojan estudios del Repositorio Único Nacional de Información en Salud (Reunis) muestran que Moquegua, Tumbes y Madre de Dios se encuentran entre las regiones con menor incidencia de vacunación contra el virus del papiloma humano.
”El inicio del confinamiento hizo que se perdieran los programas de vacunación que había iniciado el Ministerio de Salud. Es una de las consecuencias que trajo la pandemia del coronavirus la falta de asistencia a los colegios de forma presencial”, explicó el médico Carlos Velarde, en diálogo con La República.
El especialista explicó que otro factor que perjudica la vacunación contra el VPH es la falta de información de los padres de familia acerca de la utilidad del fármaco, ya que en muchos casos existe el pensamiento de que las menores iniciarán su vida sexual de manera precoz.
No obstante, al iniciarse la inmunización contra la COVID-19 en menores de edad, el Ministerio de Salud retomó los esfuerzos para prevenir el cáncer de cuello uterino, y viene aplicando ambas vacunas a niñas de 9 a 13 años desde enero de este 2022.
“Los estudios han demostrado solamente efectividad en niñas, o sea, en mujeres antes de iniciar su vida sexual. El virus del papiloma humano es sumamente contagioso a través de las relaciones sexuales”, precisó el ginecólogo oncólogo especialista en VPH. Además, señaló que alrededor del 70% de mujeres en todo el mundo van a contraer la infección del virus del papiloma humano en algún momento de sus vidas.
Pese a ello, de todas las mujeres que adquieren el virus del papiloma humano, solo el 5% va a desarrollar cáncer. El virus es asintomático y la única forma de hacer el diagnóstico de la presencia del virus es con una prueba de biología molecular similar a la que se usa para el coronavirus.
“En la COVID-19 se hace un hisopado de la nariz y de la garganta. Así, a las mujeres también se les hace un hisopado de la parte vaginal, del cuello uterino; se hace una prueba de biología molecular que se llama PCR”, afirmó el vocero de la iniciativa Por un Perú sin Cáncer.
El médico Carlos Velarde señala que son tres dosis las que se deben aplicar contra el VPH. “Esto también tuvo una evolución a través del tiempo. Así como el coronavirus tiene variantes, es el mismo virus que tiene la misma carga genética. En el caso del papiloma, es un virus ADN y en vez de ponerles nombres a las variantes les han puesto números. Hay más de 100 tipos de papilomas. Los que están relacionados con el cáncer de cuello uterino son el 16 y el 18. Son los culpables del 70% de los cánceres”, aseveró el vocero de la iniciativa Por un Perú sin Cáncer.
Inicialmente había una vacuna que cubría los VPH 16 y 18. Cuando aparecieron nuevos virus que podrían producir cáncer pero en menor medida, se fue ampliando en nivel de protección. Actualmente, hay una vacuna que previene nueve virus; es la nonavalente.
El especialista resaltó que la función de la vacuna no es curar, sino hacer una prevención primaria. “Nosotros, para tratar las enfermedades, tenemos prevención primaria y secundaria. El único cáncer donde hay prevención primaria es el cáncer del cuello uterino, porque ya desde hace muchos años se pudo establecer la relación del papiloma con el cáncer de cuello uterino.
Velarde señala que la vacuna contra el virus del papiloma humano es el mejor ejemplo de prevención primaria, como lo son las vacunas contra la hepatitis, el sarampión, la COVID-19, la polio y otras enfermedades.
Por otro lado, señaló que el papanicolaou no ha demostrado mayor índice de efectividad en los países en vías de desarrollo. Pese a que este examen no se ha descartado del todo, el experto recomienda una prueba de biología molecular.