La decisión de archivar la moción de vacancia contra la presidenta Dina Boluarte dejó en evidencia, de nuevo, la existencia de un contingente parlamentario ubicado a la derecha conformado principalmente por Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País, el cual se ha convertido en una especie de aliado del Ejecutivo.
Las votaciones para evitar interpelaciones –entre ellos al presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola– sugieren la existencia de una suerte de ‘pacto de no agresión’ entre Palacio y parte del Legislativo, aquel que se caracterizó por ser un tenaz opositor del expresidente Pedro Castillo.
De hecho, el ministro de Justicia, José Tello, reconoció que “existe un correlato de fuerzas apoyando al Gobierno, y eso es bueno”. Añadió que “el control es bueno, pero siempre con la prudencia, la mesura”.
Este entendimiento, que durará hasta que le convenga a las partes, tiene consecuencias directas, también, sobre la posibilidad de que se puedan realizar elecciones generales antes de 2026 como una medida para empezar a salir de la crisis.
Un adelanto electoral depende de que se alcance un consenso en el Congreso. Hasta ahora todas las iniciativas al respecto han sido desechadas por los legisladores, quienes han apelado a diversas excusas.
Curules. Los legisladores no quieren dejar sus cargos. Foto: difusión
El comportamiento visto en el Parlamento y la caída en la concurrencia de las manifestaciones contra Boluarte sugieren que las opciones de que los comicios se celebren el año entrante (lo del 2023 ya está descartado de plano) se han diluido.
La opción de que todos se mantengan en sus respectivos sitios ha crecido, a pesar del rechazo mayoritario de la población que se refleja en las encuestas de opinión que se publican mensualmente en los distintos medios de comunicación.
De hecho, al interior del Ejecutivo las expectativas han cambiado. Hasta hace un par de meses, aunque a regañadientes, se entendía que el adelanto electoral casi resultaba una consecuencia inevitable.
Hoy, dentro de los ministerios y del propio Palacio, se piensa distinto.
Ahora se cree posible llegar a julio del 2026. Es decir, aguantar los más de tres años que vienen por delante.
“Es uno de los escenarios, y que ha crecido en opciones”, dijo el secretario general de Transparencia y politólogo, Iván Lanegra, cuando se le consultó si es que él veía posible que los comicios recién se lleven a cabo el año 2026.
“Pero es difícil afirmar que es lo más probable, en particular considerando nuestra historia reciente. Si miramos las crisis anteriores, el desenlace estuvo lejos de las previsiones. Lo más probable es que las condiciones actuales van a cambiar en el corto y mediano plazo, y eso abrirá, a su vez, otros escenarios”, advirtió Lanegra.
Por su parte, el también politólogo y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú Fernando Tuesta Soldevilla tuvo una apreciación similar a la de Lanegra.
“No se puede afirmar de manera definitiva (que las elecciones serán el 2026), porque el Perú es un país de altas incertidumbres”, indicó.
Tuesta indicó que si bien lo que antes “parecía inevitable” –esto es, la renovación anticipada de las actuales autoridades políticas– ya no lo es tanto, el de Boluarte sigue siendo “un gobierno precario que pende de un hilo”, que es el apoyo que le pueda brindar el Congreso.
Para Tuesta, es difícil imaginar que un gobierno como el actual al que, incluso, le resulta complicado desarrollar políticas públicas, pueda transitar los más de tres años que tiene por delante.
“Se puede afirmar que este año no habrá elecciones, pero lo que no se puede decir es que el año 2026 sea el punto de llegada del Gobierno de Dina Boluarte”, manifestó Tuesta.
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Frente a la incapacidad de un acuerdo en el Congreso, la Asociación de Movimientos Regionales anunció la semana pasada el inicio de una campaña para recolectar firmas de la ciudadanía a fin de pedir, vía referéndum, el adelanto de elecciones generales.
Su presidente, Freddy Vracko, señaló que “se trata de escuchar a la población”. “Quizás no se escucha tanto en Lima, pero en las demás regiones el pedido es reiterativo. Y lo que hay que entender es que la gente se va a seguir levantando”, indicó en entrevista publicada en este diario.