Hace poco, Bobbio y Barrantes sostuvieron un grave altercado ventilado en los medios de comunicación.
En medio de una ola de rumores que solo confirman la gravedad de la crisis política en la que se debate el país, el presidente Castillo procedió a nuevas designaciones en puestos clave para la gobernabilidad y la institucionalidad. Se trata del nuevo ministro de Defensa, exgeneral Gustavo Bobbio, que reemplaza al saliente titular Daniel Barragán, quien permaneció poco más de dos meses a cargo.
Se trata del sexto ministro en 17 meses de lo que va del régimen, que aún no logra estabilizarse y que mantiene una errática gestión, sin mayor horizonte que evitar la vacancia presidencial a como dé lugar.
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También se conoció al nuevo jefe de Inteligencia, el exgeneral Wilson Barrantes, quien ocupa el cargo que tuvo que dejar aceleradamente el anterior director de la DINI, José Fernández, debido a una orden de arresto provisional por cargos de corrupción que son materia de investigación en el plano fiscal.
El Ministerio de Defensa es el vínculo civil con las Fuerzas Armadas y tiene la función de mantener el orden interno y garantizar la intangibilidad del territorio nacional. A su vez, es un factor fundamental para preservar la unidad institucional y la fidelidad de las FFAA al sistema democrático. Por ello, la renuncia de Daniel Barragán al cargo alentó un sinfín de especulaciones sobre la posición de los militares en torno a la coyuntura política actual.
El nuevo ministro Bobbio tiene lazos poco claros y una posición política incierta. Además de su relación amical con Antauro Humala, también ha sido parte de la DINI, cuestionada e investigada por pagos con planillas secretas a personal de confianza de Palacio de Gobierno.
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En tanto, Barrantes, sobre quien recae la responsabilidad de dirigir todas las operaciones de Inteligencia de las tres armas, más la de las fuerzas policiales, ha tenido declaraciones a favor de amnistía al Movadef y en contra de la demolición de un mausoleo en memoria de los senderistas fallecidos, en el cementerio de Comas.
Para abundar en detalles de las erráticas designaciones, hace poco ambos personajes tuvieron un altercado ventilado en los medios de comunicación y profirieron graves amenazas y denuncias uno contra el otro.
La seguridad nacional y la inteligencia han sido entregadas a personajes controvertidos y que en nada contribuyen a mejorar la situación de grave polarización interna, que nos está pasando factura al conjunto de la población, harta de la inestabilidad permanente y que mira con temor al futuro inmediato.