El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, y la ministra canadiense de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, hablaron este sábado 22 de enero para coordinar la acción de ambos países a la hora de imponer “consecuencias masivas y costes económicos severos” a Rusia si invade Ucrania.
Blinken y Joly mantuvieron una conversación telefónica en la que coincidieron en señalar su preocupación por la amenaza que Rusia presenta para Ucrania y valoraron maneras para convencer al gobierno de Vladímir Putin para que elija la diplomacia, indicó en un comunicado el departamento de Estado.
Blinken también reiteró en su llamada con Joly el apoyo “sin fisuras” de Estados Unidos a la soberanía e integridad territorial de Ucrania.
La primera partida de ayuda militar adicional prometida por EE. UU. a Ucrania ante las tensiones en la frontera con Rusia llegó este sábado a Kiev, informó la Embajada estadounidense en el país eslavo.
“El primero de varios envíos por un total de 200 millones en asistencia de seguridad para las FF. AA. de Ucrania, autorizada por el presidente Joe Biden en diciembre, llegó al aeropuerto de Boríspol, Kiev”, comunicó la legación diplomática a través de un mensaje en sus redes sociales.
En un intento de rebajar las tensiones en torno a Ucrania, Blinken y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, mantuvieron ayer un encuentro en Ginebra, sin que esa reunión apenas arrojara resultados concretos.
Un ataque ruso en territorio de Ucrania puede derivar en un conflicto prolongado con “pérdida de vidas” similar al que desencadenó la invasión soviética de Afganistán en 1979, ha alertado la ministra de Exteriores del Reino Unido, Liz Truss.
“El Kremlin no ha aprendido de las lecciones de la historia”, sostiene la jefa de la diplomacia británica.
Una incursión rusa en Ucrania “solo conducirá a un terrible atolladero con pérdida de vidas, como sabemos de la guerra soviética en Afganistán y el conflicto en Chechenia”, considera Truss.
La ministra británica de Exteriores, que ha viajado a Australia junto al titular de Defensa, Ben Wallace, para estrechar lazos en materia de seguridad con ese país, instó al presidente ruso, Vladímir Putin, a “desistir y dar un paso atrás” en sus aparentes intenciones de atacar Ucrania.
El Gobierno británico ha insistido en las últimas semanas en su compromiso con la “soberanía” y la “integridad territorial” de Ucrania, y el pasado día 17 anunció el envío de armamento a Kiev para incrementar su “capacidad defensiva”, si bien asegura que por ahora no tiene planes para enviar tropas sobre el terreno en caso de una invasión.
“Necesitamos que todos den un paso al frente. Junto con nuestros aliados, continuaremos respaldando a Ucrania y urgiendo a Rusia a que tenga una desescalada (el conflicto) y participe en un diálogo significativo”, recalca Truss, para quien todo “lo que ocurra en Europa del Este es importante para el mundo”.