El Gobierno Alemán ha informado que desde el 1 de setiembre se empezará a suministrar una tercera dosis de refuerzo con las vacunas ARN mensajero —Pfizer o Moderna—a ciudadanos mayores y vulnerables, así como a aquellas personas que se hayan inoculado con fármacos de AstraZeneca o Janssen.
El Ministerio de Salud anunció que la decisión de inmunizar con los productos de los laboratorios Pfizer o Moderna se da “en interés de la atención sanitaria preventiva”. Asimismo, informó que según estudios recientes existe una “respuesta inmune reducida o en rápida disminución tras una vacunación completa contra la COVID-19” en ancianos y personas inmunodeprimidas. Por esa razón buscan poder inocular una tercera dosis a su población.
Además, han recomendado que los profesionales sanitarios que atienden a comunidades vulnerables también se apliquen la inyección adicional, que mayormente se inocula seis meses después de toda una vacunación completa contra la COVID-19.
Esta medida ha causado variadas críticas por parte de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y el FMI (Fondo Monetario Internacional), debido a la gran brecha de diferencia que existe en el acceso a vacunas entre países ricos y pobres. En esa línea, el último sábado, las organizaciones internacionales solicitaron que se priorice la vacunación en naciones con un porcentaje bajo de población inoculada.
Actualmente en Alemania se ha logrado inmunizar con una pauta completa de vacunación al 52,3% de la población y al menos un 61,7% ha recibido una de las dosis. Sin embargo, entre los jóvenes solamente se encuentran vacunados un 20% y las cifras de personas que reciben su primera dosis contra la COVID-19 ha disminuido en los últimos meses y ello desata la preocupación de las entidades ante el brote de la variante Delta y una posible tercera ola.