Brasil alcanzó este lunes 5 de abril los 20 millones personas con la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus, lo que supone el 9,46% de la población total, en momentos en que el país afronta la peor fase de la pandemia.
Según los datos de las secretarías regionales de Salud, divulgados por un consorcio de medios de comunicación locales, 20 023 132 de brasileños ha recibido la primera dosis de alguno de los fármacos aprobados por las autoridades sanitarias locales.
La segunda dosis fue administrada a 5 595 929 personas, lo cual equivale a apenas un 2,64% del alrededor de 212 millones de habitantes que tiene Brasil, desde que empezó la campaña de vacunación, el último 17 de enero.
En las últimas 24 horas fueron aplicadas 755.024 dosis de la vacuna en la nación, donde por el momento solo se inocula la fórmula del laboratorio chino Sinovac y la desarrollada en conjunto por la farmacéutica anglo-sueca AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
El Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, quien está siendo fuertemente criticado y presionado por su negaciocionismo en torno a la peligrosidad de la pandemia, mantiene su compromiso de inmunizar a toda la población hasta finales de este año.
Sin embargo, la alta demanda internacional y, según la oposición y entidades médicas, la falta de coordinación interna y el retraso del Ejecutivo a la hora de cerrar acuerdos con otros fabricantes ha llevado a que la campaña de inmunización avance a cuentagotas y hasta se haya detenido temporalmente en algunas capitales regionales por falta de viales.
Otros países, como por ejemplo los de la Unión Europea (UE), afrontan situaciones similares, aunque Brasil, pese a los citados factores en contra, tiene la ventaja de contar con dos fabricantes locales de vacunas como son el Instituto Butantan de Sao Paulo y la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz).
La primera entidad está produciendo el fármaco de Sinovac y la segunda el elaborado por AstraZeneca y Oxford, tras llegar a sendos acuerdos de transferencia tecnológica con los laboratorios.
Por otro lado, Brasil vive en estos momentos el peor momento de la crisis sanitaria desde que registró el primer caso de SARS-CoV-2 el 26 de febrero de 2020, que fue además el primero en Latinoamérica.
Después de poco más de un año, la COVID-19 deja ya en Brasil más de 13 millones de contagios y 331.000 muertes, según el Ministerio de Salud.
El país sudamericano, el segundo con más infectados y fallecidos por la enfermedad, después de Estados Unidos, tiene su sistema público de salud al borde del colapso y, en algunas regiones, lidia con la falta de medicamentos esenciales para los pacientes graves.