Brasil aprobó este miércoles 31 de marzo el uso de emergencia de la vacuna contra la COVID-19 de Johnson & Johnson, de dosis única, la cuarta autorizada en un país que vive la fase más letal de la pandemia.
El regulador sanitario brasileño (Anvisa) avaló por unanimidad, en la reunión de su cuadro directivo, que la vacuna de la filial del gigante estadounidense Johnson & Johnson sea administrada de emergencia y que sea destinada a los grupos prioritarios hasta que se apruebe su uso a gran escala.
El Gobierno de Jair Bolsonaro firmó hace dos semanas con la farmacéutica la compra de 38 millones de dosis de la compañía Janssen, pero no empezarán a llegar al país hasta agosto.
Desde el punto de vista logístico, la vacuna de Johnson & Johnson es considerada la más atractiva del mercado, ya que no requiere una cadena de frío extremo y, sobre todo, es de una sola dosis.
Por ahora, Brasil solo aplica la vacuna china CoronaVac, con permiso para uso de emergencia, y la sueco-británica de AstraZeneca, aprobada para uso a gran escala. Ambas se producen también en el país sudamericano por el Instituto Butantan (Sao Paulo) y la Fundación Fiocruz (Rio de Janeiro), respectivamente.
Anvisa también autorizó el uso a gran escala del inmunizante Pfizer-BioNTech, pero los 100 millones de dosis que compró el Gobierno empezarán a llegar entre abril y mayo, según el Ministerio de Salud.
La vacunación arrancó el 18 de enero, más tarde que en otros países de la región, como Argentina y Chile, y avanza a pasos lentos.
Hasta ahora, cerca de un 8% de los 212 millones de brasileños recibieron la primera dosis y 2,3% fueron completamente inmunizados con alguna de las dos vacunas disponibles.
Los analistas atribuyeron esa lentitud de la campaña de inmunización a la tardanza del Gobierno de Bolsonaro, quien durante meses minimizó la gravedad de la enfermedad, en alcanzar acuerdos con las farmacéuticas.
El canciller Ernesto Araújo renunció el lunes 29 de marzo a su cargo, ante una ola de críticas que imputan a sus altercados ideológicos con China —gran productor de vacunas e insumos contra la COVID-19— la dificultad del país sudamericano para procurarse esos productos.
Con información de AFP.