Por: Mía Choy Mayorga
Abancaíno de nacimiento, chalaco de corazón, así es Kumar Paredes, un chef que logró destacar a punta de coraje. De mozo pasó a ser propietario de un restaurante y conductor del programa de cocina “El pescado desconocido”, que se transmite por cable. Apenas 10 años atrás, Kumar soñaba con ser cocinero y hoy es un ejemplo de superación. Su historia demuestra que los sueños sí se cumplen.
¿Un cocinero nace o se hace?
Ambas cosas. Yo me inicié en la gastronomía desde cero. Fui mozo por 8 años, y un día me animé a poner un puesto de comida en el mercado. Después, estudié y me metí de lleno a la cocina. Soy quien soy por la cocina, y gracias a ella logré todo lo que tengo.
¿Cómo es tu cocina? ¿Te inspiras en algún chef o usas tu creatividad para elaborar tus propios platillos?
Mi cocina es divertida, transparente, osada, irreverente y rebelde, porque siempre vamos a contracorriente. Me gusta hacer lo que el resto no hace. Quiero que mi paso por la cocina no sea siguiendo los pasos de los demás, sino hacer mi propio camino.
¿Cómo llegaste a la televisión?
Soy una persona muy tímida y con la TV he descubierto mi otro yo. Tuve contacto con los medios, y a la gente le gustó mi personalidad en cámaras. Un día los de A la Cocina TV vieron una grabación mía y les gustó. Como cocino con pescados, en su mayoría no conocidos, la productora decidió el nombre: “El pescado desconocido”.
¿Siempre cocinas en el mercado?
Cocinar en el mercado me remonta a mis inicios. Me trae cierta nostalgia, ya que retrocedo a la época en la que llegaba con mis bolsas y tenía que limpiar para abrir mi puesto. Soy un provinciano de Abancay, a mucha honra, emprendedor al 100%.
¿Por qué escogiste el Callao y no otro distrito para tu restaurante?
Por dos factores muy importantes: mi esposa y mi hijo. Ambos nacieron aquí, y considero que el Callao es mi casa. Soy chalaco de corazón.
¿Cuál fue el secreto de tu éxito?
La perseverancia, la transparencia y el amor. Uno de los factores que me han ayudado a convertirme en el Kumar que soy fue aprender de mis errores. Y cocinar cada plato con mucho cariño como si fuera para mi propia familia. También la transparencia, decirle a nuestros clientes qué pescados y mariscos usamos y cómo los preparamos.
¿Qué recomendarías a quienes sueñan con ser chefs?
Que vean el lado oscuro de la carrera. Tienen que saber que este mundo requiere levantarse temprano, estar 24/7 en una cocina y aprender a trabajar bajo presión. Hay que estudiar y sobre todo amarla, porque si uno ama lo que hace puede cumplir todos sus sueños.