Por Carlos Rosales
La comida tradicional del Perú es para muchos, de lejos, la mejor del mundo. David Espiñal, gerente general de la anticuchería Corazón Contento, lo confirma. Ese olor y sobre todo sabor de uno de nuestros platos bandera hace que este restaurante sea uno de los mejores en su especialidad. Pero, definitivamente, nada de esto hubiese sido posible sin Mónica Cáceres, esposa de David, quien ha cumplido la complicada labor de darle ese toque especial al negocio que lo hace vistoso e interesante.
¿Por qué Corazón Contento?
La idea surgió hace muchos años atrás, por 1999. Nuestra familia tiene mucha afinidad con la comida.
¿Y por qué específicamente los anticuchos?
Por esa época teníamos mucha afición por el anticucho y me animé por eso. Gracias a un familiar, a partir de su invitación, de ahí me nació la afición que hasta hoy mantengo.
¿Cómo surge la idea de emprender el negocio?
Estudié administración de empresas, me metí a un curso de cocina y parrilla, lo que me ayudó a estandarizar mi receta. Tardé como tres meses para tener mi receta final.
¿Qué cosas fueron implementando con el transcurrir de los años?
Toda empresa siempre tiene que tener un toque femenino. Mi esposa es muy importante, ve mucho al detalle, la decoración de los platos y todo eso. Hemos incorporado la experiencia que va de la mano con la atención y decoración para que los clientes disfruten la comida.
¿Qué tal ha sido sostener el negocio gastronómico en pareja?
Ha sido mucho más fácil porque nos dedicamos al 100% al restaurante. Laboralmente nos llevamos bien, nos complementamos mucho.
¿Dónde se ubican sus locales?
La base de Corazón Contento está en Ate. El otro local que abrimos está ubicado en Surco, en el Óvalo Higuereta. Visítenos, tenemos bien en claro que la comida tiene que ser de primera.
¿Cuáles son los tres platos con mayor demanda de su carta?
El principal es el anticucho con la mixtura, tenemos un plato que es simplemente el anticuchero. En segundo lugar estarían los picarones. Y el tercero es el tacu tacu.