Cada vez que pedimos un pisco sour llama la atención un peculiar ingrediente de origen venezolano que le da un sabor y presentación especial al coctel, se trata del amargo de Angostura, una mezcla de varios elementos que estuvo destinada al rubro de la medicina, pero que luego se trasladó a las barras de diversos bares a lo largo del mundo. ¿Cómo? Aquí te lo contamos.
Para hablar del origen del amargo de Angostura debemos remontarnos a 1824, en que el médico prusiano Johann Gottlieb Benjamin Siegert, quien crearía esta receta al mezclar hierbas aromáticas y medicinales, según rescata el periodista Miro Popic en su libro “Venezuela on the rocks”.
Siegert llegaría a la ciudad de Angostura, hoy Bolívar, por recomendación del abogado y diplomático venezolano Luis López Méndez el 1 de agosto de 1819 para monitorear, reguardar y todo lo que fuese necesario en los hospitales militares de la región.
Fue dentro de esta experiencia en que crearía aquella receta que revolucionaría inicialmente a la forma de tratar los malestares gastrointestinales provocados por el cólera, paludismo, fiebre amarilla y demás.
Johann Gottlieb Benjamin Siegert fue el descubridor de esta receta que revolucionó la forma de tomar cocteles. Foto: Wikipedia
Según lo recopilado por Popic, el médico prusiano mezcló la corteza de Angostura trifoliata, genciana, sarrapia y otras hierbas, además de dejarlo macerando con aguardiente. ¿El resultado? Evidentemente un descubrimiento que revolucionó la industria de la medicina natural y, tiempo después, gastronómica que llevó inicialmente el nombre de Amargo de Siegert.
Ya, en 1857, adoptaría su popular nombre que hoy por hoy sigue siendo muy consultado por los aficionados al pisco sour: el amargo de Angostura.
Sin embargo, habría un registro más antiguo desde la creación de este brebaje, ya que, según Popic, en 1804, Alejandro de Humboldt mencionó en sus escritos un menjunje a base del Cortex angosturae para fines medicinales, pero fue Siegert quien lo innovaría con el uso de alcohol.
El amargo de Angostura nación con fines médicos, pero el tiempo y la necesidad supo darle un mejor uso. Foto: El Bartender
Según comenta Popic, fueron los ingleses aquellos que incorporarían este brebaje en aguardientes jóvenes de barrica para menguar la percepción aromática, ya que era muy fuerte.
Sin embargo, el primer coctel al que se le agrega el amargo de Angostura fue al Old Fashioned y era cuestión de tiempo para que se pruebe en otros tragos de similar composición.
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El Old Fashioned contiene tres golpes de amargo de Angostura en su preparación. Foto: Mundos Jumbo
Solo unas cuantas gotas. Eso era suficiente para que los tragos adulterados con amargo de angostura cambien completamente su forma de disfrutarlo. Uno de ellos es el pisco sour.
En pleno corazón de Lima, en un hotel Bolívar de 1960, más conocido como la casa del pisco sour, se experimentaría con este peculiar ingrediente de color oscuro. Todo listo, sale la primera orden y una estrepitosa mezcla de sabores retumbarían en el público peruano.
Esto sucede ya que el amargo camufla el sabor de la clara de huevo y les brinda una nueva experiencia a los amantes de este popular coctel, un nuevo sabor. Y es aquí donde nos damos cuenta de que Siegert, sin pensarlo, se volvió un precursor no solo en la medicina, sino también en la cultura etílica mundial, dejando un gran aporte en el redescubrimiento de los cocteles con aquello que se sentía que ‘les faltaba’.