Había una empresa de software, un banco ético y una marca de productos para el cuidado de la piel. También una compañía de videojuegos, una cervecería y un restaurante de fish and ships.
Fueron 61 organizaciones las que participaron en el ensayo dirigido por la fundación 4 Days Week (4 días a la semana) y que incluyó a más de tres mil em-
pleados de Inglaterra, Irlanda del Norte y Gales. Desde junio y durante seis meses, estas empresas probaron qué pasaría si sus empleados trabajaran no cinco sino cuatro días a la semana. El objetivo era mantener el 100 % del salario, reducir a un 80 % la jornada laboral y mantener al menos el 100 % de la productividad.
Los resultados se presentaron hace unos días ante la Cámara de los Comunes.
Y fueron muy prometedores.
PUEDES VER: Relato de una barbarie
De acuerdo a sus autores, quienes fueron asesorados por académicos de Oxford, Cambridge y Boston, el ensayo no solo mejoró la salud física y mental de los empleados, sino que aumentó la productividad de las compañías.
El 71 % de los empleados redujo sus niveles de agotamiento. El 55 % reportó un aumento en sus habilidades en el trabajo. El 54 % dijo que sintió una reducción en sus emociones negativas. El 90 % dijo que definitivamente querían continuar con esta modalidad.
En cuanto a la productividad, obtuvo un promedio de 7.5 sobre 10. Los ingresos crecieron en promedio 1.4 % durante la prueba. Las bajas y ausencias por motivos médicos cayeron un 57 %. En general, los directivos terminaron muy satisfechos, al punto de que de las 61 compañías que participaron en el ensayo, 56 anunciaron que lo mantendrían en el futuro.
Simon Ursell, director de una de esas organizaciones, le dijo a la BBC qué cree que hizo que el cambio funcionara para ellos: “Básicamente, al dar a las personas el increíble incentivo de disponer de un día libre más a la semana, van a trabajar de un modo realmente duro para que el experimento funcione”, dijo.
Y sí que lo hicieron.
El experimento del Reino Unido fue el último de una serie de ensayos que en los últimos años se han estado realizando en diversas partes del mundo para probar la viabilidad de un régimen laboral de cuatro días a la semana.
El año pasado, 4 Days Week llevó a cabo uno un poco más pequeño, con 27 empresas asentadas en los Estados Unidos, Irlanda y Canadá. De ellas, 18 dijeron que continuarían con esta modalidad y siete, que seguirían evaluándola.
Algunos años atrás, entre 2015 y 2019, el gobierno de Islandia desarrolló su propio ensayo de reducción no de los días sino de las horas laborables a la semana, de 40 a 36. El piloto fue considerado un éxito por los investigadores, al punto que condujo a un cambio en el régimen laboral: hoy el 90 % de los trabajadores islandeses gozan de horarios reducidos.
El estudio inglés incluyó algunos restaurantes tradicionales. Foto: Agencias
Escocia y Gales realizarán este año programas piloto auspiciados por sus gobiernos. Lo mismo hará España, donde la administración de Pedro Sánchez otorgará ayudas de hasta 150 mil euros a las compañías que prueben a reducir la jornada laboral a cuatro días por semana a lo largo de los próximos dos años.
La idea de que los trabajadores trabajen cuatro días y descansen tres no deja de extenderse por los países del llamado Primer Mundo.
Pero ¿qué pasa en nuestra región? ¿Qué pasa en el Perú? ¿Podría implantarse en el futuro?
Le preguntamos al laboralista Ricardo Herrera si el marco laboral actual permitía la figura de la jornada de cuatro días a la semana.
–No hay que hacer ningún cambio, la Ley de Jornada de Trabajo lo permite. Es cuestión de que el empleador lo acuerde con los trabajadores o con el sindicato –dice–. Y, de hecho, ya se está dando en la práctica. Hay algunas empresas, sobre todo mineras, que ya han empezado a aplicar un régimen de cuatro días de trabajo por tres de descanso.
Presidente de Perú Cámaras dice que sería difícil aplicar esta modalidad en empresas que trabajan con el sistema horas-hombre, como las de manufacturas. Foto: Agencias
Herrera dice que hay una tendencia global a que se reduzca el número de horas laborables, principalmente en los países de Europa, gracias a convenios colectivos que los sindicatos han logrado firmar por sectores. Agrega que con el tiempo esa tendencia llegará al Perú y que probablemente comenzará en las empresas transnacionales, donde las políticas laborales son globales o al menos regionales.
Los beneficios de descansar un día más a la semana parecen ser indiscutibles. Menos estrés y agotamiento en los empleados, más tiempo para pasar con la familia, para practicar actividades recreativas y proyectos personales.
Matt Salas, director general de Virtus & IESF Perú, experto en RRHH y gestión del talento, dice que los tiempos están cambiando y que mientras las generaciones más antiguas están acostumbradas a entregar mucho tiempo de su vida al trabajo, los millennials y los centennials procuran tener un mayor equilibrio entre su vida laboral y su vida personal.
–Si hicieras una encuesta, creo que la mayoría de los colaboradores de entre 20 y 40 años estarían a favor de descansar tres días –dice– y
quizás los mayores no estén tan de acuerdo.
Abogado laboralista Ricardo Herrera. Foto: Agencias
¿Las empresas peruanas estarían dispuestas a un cambio de esta naturaleza?
Carlos Durand, presidente de Perú Cámaras, reconoce los impactos positivos que la semana laboral de cuatro días parece mostrar en las organizaciones en las que se ha probado.
–Los resultados que se han visto apuntan a que la productividad no se ha visto afectada y, por otro lado, los trabajadores se sienten más motivados, y un ambiente laboral positivo tiene efectos positivos en el negocio –dice.
Durand dice que en el Perú los niveles de productividad son bajos pero, al mismo tiempo, reconoce que una de las razones es la falta de motivación en los empleados.
–A mí me da mucha intriga lo que podría pasar en el país con un modelo como este –dice–Pero no veo lejano el momento en el que empecemos a discutir este tema y se llegue a hacer un piloto para ver sus verdaderos efectos.