El gas metano es 25 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2), atrapa más calor y es el segundo gas más dañino para la capa de ozono. Actualmente constituye el 14% del total de gases de efecto invernadero que están provocando el calentamiento global. Y la mayor parte de ese porcentaje de metano en el planeta es emitido por la ganadería y la agricultura.
En el Perú, la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) está realizando un estudio para determinar la cantidad de metano que emite el ganado vacuno, a fin de fomentar una ganadería responsable y sostenible. También plantea reducir la emisión de ese gas a través de cambios en la alimentación de los animales y la mejora del sistema productivo.
Una sola vaca puede expulsar unos 200 gramos de metano al día, lo que equivale a 5 kilogramos de CO2. El metano se degrada más rápido que el CO2, pero recientes estudios señalan que su presencia en la atmósfera ha aumentado desde el año 2014 lo que contribuye al efecto invernadero que está sufriendo el planeta.
“Esta investigación busca generar cambios en el modelo productivo de la ganadería y la agricultura para contribuir a que haya menos emisiones”, dice Carlos Gómez, doctor en bioquímica nutricional e investigador principal del proyecto.
El estudio plantea que dependiendo de cómo se alimenta el ganado cambia la cantidad del metano que emiten y su impacto. Por ejemplo, la ganadería de la sierra es alimentada con pastos de baja calidad, pero se puede cambiar totalmente a mejores pastos.
“En los dos produzco leche. Pero en el sistema mejorado, la leche que se produce por cada kilo de gas metano emitido es mayor”, explica Gómez.
Esto lo han podido corroborar haciendo mediciones a través de tubos adosados a la nariz y la boca de las vacas para colectar el metano. El ganado produce este gas en su estómago y lo expulsa principalmente (99%) a través de la respiración.
“Nuestro proyecto busca reducir entre 20, 30 o 40% la emisión de metano y que la ganadería siga contribuyendo en la producción de alimento para el hombre”, enfatiza Gómez.
Por todo el país
La UNALM ha trabajado en los últimos años con ganadería en la sierra (vacuna), en el trópico o amazonía (vacuna), en la puna (alpaquera), y en sistemas intensivos de la costa y puna (ovina). La ganadería en el mundo se maneja con niveles de productividad altos. Aquí los estudios confirman que nuestra ganadería tiene bajos niveles de productividad y altos niveles de emisión de metano.
“Cuando la ganadería es bien manejada nos acercamos a los valores promedio mundiales, pero cuando es mas rudimentaria las emisiones aumentan 20 a 30% más”, explica Gómez.
El estudio también está cotejando los cambios que se producen en la emisión de metano cuando se le da al ganado parte de pasto seco -como en la puna- y parte de pasto mejorado. Y también están midiendo la producción del ganado que está en la amazonía según las condiciones de su manejo.
“Por ejemplo, en el trópico hay zonas ganaderas que tienen árboles, y el ganado, cuando hay sol o lluvia, se ubica bajo ellos. En esas condiciones los árboles recogen el metano que el ganado emite”, comenta Gómez. El estudio está midiendo la producción de leche en propiedades con árboles y en otras sin vegetación.
¿Se puede lograr esa reducción en la emisión? El investigador Gómez dice que sí, pero que se necesitan políticas oficiales de apoyo. “Para lograr cambios, muchos pequeños ganaderos necesitarían financiamiento. Nosotros contribuimos divulgando lo que se puede hacer”, dice.
En el Perú, otro gran emisor de gas metano es el cultivo de arroz por su peculiar sistema: anegar el terreno. Otro grupo de investigadores de la UNALM también realiza estudios sobre cómo mejorar la producción y disminuir esas emisiones.