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Cultural

Retratos para la memoria amazónica

Exposición. El fotógrafo pucallpino David Díaz exhibe la muestra “Shipibo-konibo. Retratos de mi sangre” en el C. C. Garcilaso. Sus imágenes vienen de una mirada desde adentro.

larepublica.pe
Natural. Ellas quisieron salir con sus prendas originarias.

Buscó un tercer ojo, su cámara, para mirarse a sí mismo y mirar a los suyos. El fotógrafo autodidacta shipibo-konibo David Díaz empezó a hacer un registro de los miembros de su comunidad que ahora exhibe en el C. C. Garcilaso con el título “Shipibo-Konibo. Retratos de mi sangre”.

Su trabajo, por su belleza, calidez y originalidad, mereció el Premio Maravillarte, organizado por la Asociación de Fomento y Apoyo al Arte Peruano, que tuvo como jurados a Jorge Villacorta y Pedro Pablo Alayza.

David Díaz (Saposoa, Pucallpa, 1992), ha recogido en sus imágenes personajes y escenas de la vida cotidiana de los miembros de su comunidad. Su lente, como una mirada cálida, sincera, con la influencia de Martín Chambi, los revela naturales, tal como son, sin posturas, como dice el fotógrafo, “para la memoria, para que nos recuerden siempre como somos o como hemos sido”.

“Es una forma de homenaje a mis ancestros. Me refiero a abuelos, a personas, líderes, a quienes no he conocido, pero que a través de los relatos de mis padres, tíos y otros abuelos, me he enterado sobre ellos, tanto que ahora siento nostalgia por esas personas que no he conocido”, afirma David Díaz.

El fotógrafo tenía 24 años cuando tuvo una cámara entre manos y empezó a disparar sin saber que, dos años después, tendría un valioso registro y pensó que esas imágenes ayudarían a afirmar la identidad del poblador amazónico.

“En los años 50, cuando llegó Instituto Lingüístico de Verano, las comunidades empezaron a desligarse de sus costumbres y tradiciones. Tomaron el cristianismo, como quien dice, para ´civilizarse´. Empezaron a ser otros. En mis fotografías, sin embargo, ellos quieren ser como siempre han sido”, detalla.

“Mi trabajo –agrega- tiene el objetivo de visibilizarnos. Y estas fotografía más que para el público es para nosotros mismos. Es ver una fotografía y preguntarnos ´cuánto hemos cambiado, hasta dónde hemos avanzando y hasta dónde queremos llegar”.

Admite que él tiene doble experiencia, pues vive en ciudades integradas a la vida moderna, pero eso no lo ha desarraigado. Al contrario, dice que le da equilibrio para mirar desde desde afuera y desde adentro.

“Pero mi intención fue contar desde adentro hacia afuera. Creo que de esa forma nosotros creamos nuestra propia imagen, que es diferente a la que realizan un antropólogo, un investigador, cuando vienen a tomarnos fotografías”, subraya.

Cuenta que cuando él toma fotografías, la señora, la joven o señor, ellos mismos dicen cómo quieren salir. Buscan sus coronas, sus atuendos. Viven en la ciudad, pero quieren fotografiarse con lo suyo.

“Mi fotografía solo refuerza esa actitud de identidad, para que siempre esté presente, para no olvidarnos quienes somos”, finaliza David Díaz.

EL dato

Muestra. La exposición va hasta el 13 de noviembre. Visitas: martes a viernes de 10 a 8 p.m. Sábados, domingos y feriados: 10 a. m. a 6 p. m.

”Su lente, como una mirada cálida, sincera, con la influencia de Martín Chambi, los revela naturales, sin posturas”