Cargando...
Cultural

Santiago Muñoz Machado: “No se cambia la lengua por decreto”

El presidente de la Real Academia Española habla, entre otros temas, del rol de su institución, del lenguaje inclusivo y del lenguaje en las redes sociales.

larepublica.pe
El presidente de la Real Academia Española se pronunció sobre la actualidad de la lengua de Cervantes. Foto: Gerardo Marín/La República

Es jurista, pero también escritor y ensayista. Santiago Muñoz Machado, presidente de la Real Academia Española (RAE), llegó a Lima para detallar pormenores para el IX Congreso Internacional de la Lengua Española que se realizará en Arequipa el próximo año. Pero también para presentar el Diccionario panhispánico del español jurídico (Santillana). Nosotros aprovechamos la ocasión para intentar asediarlo con algunas preguntas.

Nada mejor que un jurista en la Real Academia Española para exigir respeto a las leyes gramaticales.

Creo que allí se equivoca, por lo siguiente. La Academia no tiene ningún poder ejecutivo, no tiene ningún poder para mandar, poder público quiero decir. La Academia no opera sancionando a quienes no cumplen sus normas. No tiene poder para sancionar, por tanto no le hace falta el derecho. La RAE de lo que se vale es de su autoridad histórica, su prestigio reconocido ya en más de trescientos años de vida.

Los hispanohablantes hacen lo que la Academia dice porque creen que es lo correcto, porque aceptan su autoridad, no porque los sancionemos. Quienes sancionan a los que no cumplen las normas de la Academia es la sociedad, que los aparta como malhablantes, como analfabetos o como personas que no conocen el léxico o la gramática.

Acaban de publicar Diccionario panhispánico del español jurídico. ¿Qué resuelve este diccionario?

Es el primer diccionario de especialidad que se hace porque recoge no el vocabulario general, sino el léxico del derecho. Es un diccionario de las palabras del derecho, no de la ciencia del derecho. Existen diccionarios jurídicos anteriores que recogen las leyes, pensamiento de los autores, lo que dicen los tribunales. Resuelve que el lenguaje que usa las leyes en lo sucesivo sea más claro para los ciudadanos.

Hay monarquías en el mundo que no gobiernan. ¿La “monarquía” de la RAE sí gobierna?

Espere. Nuestra función es cuidar, vigilar, mantener una supervisión sobre el estado de la lengua y su evolución. Extraemos palabras de cómo hablan los hispanohablantes en todas partes del mundo. Tenemos grandes repositorios que llamamos corpus, donde se reflejan formas variables de cada palabra y en qué contexto se utiliza. Y eso lo utilizamos para enriquecer el diccionario. El gobierno que ejercemos en la lengua es cuidar de su unidad, con gran respeto la diversidad, a la variedad de la lengua.

La RAE se enfrenta a rebeliones, por ejemplo, el embate del lenguaje inclusivo.

No, no, la RAE no se enfrenta nunca con ninguna rebelión. Afortunadamente no, aquí todo el mundo puede hablar como bien le parezca, puede cumplir o no las reglas de la RAE, es la sociedad la que al final reprocha al que no utiliza las formas correctas de hablar y escribir. Se margina quien utiliza un lenguaje que no es del común, arriesga a que no lo entiendan. Pero no, nunca la RAE se toma las pretensiones de hacer cambiar la forma de hablar. A nosotros no nos molesta, al contrario, eso es enriquecedor.

Pero ante el lenguaje inclusivo la RAE tiene una posición…

Tiene una posición. Existe un lenguaje inclusivo en nuestro idioma, que es el masculino genérico. Por ejemplo, todos significa no solamente los hombres sino todas y todos. Hay muchas formas de masculinos. Cuando decimos “hoy han venido a clases todos los alumnos” nos estamos refiriendo tanto a los alumnos como a las alumnas. Desdoblar esas palabras para mencionar tanto el masculino como el femenino es una forma nueva del lenguaje inclusivo. Los desdoblamientos no están del todo asentados en el lenguaje, lo que la Academia sostiene es que actualmente no es una forma generalizada de hablar.

Reivindica a las mujeres….

Es verdad, sostenemos también que puede ayudar a hacer más visible a la mujer. Puede ayudar también a recordar que hay situaciones de desigualdad que a nosotros nos parece oprobiosa y habría que mejorar esa condición, pero no estamos tan seguros de que eso se consiga simplemente modificando el lenguaje. Decimos también que ni nosotros ni los gobiernos somos quien para imponer cambios en el lenguaje. Es la sociedad quien lo hace y lo hace muy poco a poco. No se cambia la lengua por decreto ni por decisión de la Real Academia. Eso no es así. El pueblo es el dueño de la lengua y es el que la va cambiando, la va haciendo evolucionar.

Pero no va a negar que hay una masculinización en el idioma…

Así era en los siglos anteriores. Ahora el cuidado por el género da mayor visibilidad del femenino. Antes de eso, el mundo era muy masculino, machista. El mundo era masculino, no había mujeres en los clubes sociales, en las academias, en los gobiernos y ni siquiera en la escuela. Eso se refleja en muchas obras académicas. Eso ha cambiado.

Lima. Con Fabiola Vergara (BNP) y Marco Martos (Academia Peruana de la Lengua). Foto: difusión

¿Cómo cuida la RAE el idioma en las redes sociales?

Cuidamos la unidad del idioma refiriéndonos siempre al modo de hablar de las personas en los contextos sociales ordinarios, de cómo se escribe y de cómo hablamos. Las redes sociales es un universo singular en el que hay muchas comunidades virtuales de personas que hablan de una manera particular dentro de un ámbito también particular. No estamos seguros de que vaya afectar realmente a la lengua, en general. Este lenguaje se mantiene en su ámbito y no prospera más allá de ese ámbito. Desde luego, se puede organizar una gramática particular de cómo se habla en las redes.

¿A manera de jergas?

Sí, a manera de jergas. Nosotros estamos tan preocupado por eso, que son fenómenos muy ubicados. Estamos más atentos a cómo evoluciona la lengua que utilizan las máquinas que están dotadas de inteligencia artificial. Necesitamos que esas máquinas hablen un buen español.

En las redes sociales se hace periodismo, se han convertido en plataformas de expansión del idioma.

Sí, por ejemplo, la autoedición. Hay quienes escriben su novela y la editan en las redes. Nunca ha habido tanta posibilidad de convertirse en periodistas y tener blog y tener montones de posibilidades de comunicar tu pensamiento y publicar tus cosas. Afortunadamente siguen existiendo los medios de comunicación que nos seleccionan las noticias y las informaciones que nos conviene tener en cuenta, pero ya no son imprescindibles en el sentido de que ahora cualquiera puede publicar lo que desee y hacerlo llegar a un público muy amplio.

En 1892, la RAE le rechazó a Ricardo Palma la propuesta de peruanismos y latinoamericanismos. Hoy en día tiene otra actitud.

Hoy en día en la RAE esas cosas no suceden porque hay una apertura al vocabulario americano desde hace ya muchos años. Primero, porque han aparecido muchos diccionarios de americanismos y peruanismos y forman parte de nuestro lenguaje.

La Academia Francesa incluyó a Vargas Llosa como miembro no habiendo nacido en Francia. ¿La RAE alguna vez hará ese gesto?

No lo hará si no modifica sus estatutos. Sus estatutos de 1713 dice que a la Academia solo ingresan españoles como miembros numerarios. Como correspondientes de la Academia, sí pueden ser extranjeros.

Hay muchos que piensan que la RAE es conservadora.

Estamos acostumbrados. Somos una institución muy centrada en nuestra cultura. Yo siempre digo con orgullo que somos la primera institución cultural del mundo hispánico, no hay otra institución más importante porque nosotros cuidamos el valor cultural más relevante, que es la lengua. Ninguna queja a la crítica, además debo decir que no son críticas severas las que recibe la Academia. Nada comparable con los elogios, que son mucho más.

Bueno, pero por allí hay una pedrada, les dicen retrógrados…

Bueno, eso lo dicen cuatro. Minoría…, no, ni siquiera minoría. A veces es una persona que escribe algo en un medio de comunicación. Pero casi siempre dicen cosas buenas.

Este año el Perú celebra el centenario de Trilce, el libro de Vallejo, idiomáticamente difícil…

Un libro siempre enriquece el idioma. Cuando hemos discutido en la Academia sobre el programa del lenguaje claro, que hablamos al principio, sobre todo el de los poderes públicos cuando se dirigen a los ciudadanos, porque los ciudadanos tiene el derecho de comprender lo que se le ordena, los derechos que se le reconocen, las sanciones que se le imponen.

Cuando hemos discutido sobre esto, uno de los académicos dijo, un poco sarcástico, “un escritor tiene derecho a escribir oscuro”. Claro, un escritor puede escribir como le parece. No estamos hablando, a la hora del lenguaje claro, de la técnica que puedan emplear los escritores, que pueden escribir versos inasequibles o novelas fáciles o complicadas. De eso la literatura está llena.