El virus de Marburgo vuelve a causar preocupación internacional debido a que Guinea Ecuatorial está registrando su primera epidemia de este patógeno, que ya causó nueve muertes en la pequeña nación africana. A raíz de ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha convocado una reunión de emergencia.
La enfermedad causada por el virus de Marburgo es una fiebre hemorrágica casi tan mortífera como el ébola. “Durante los últimos brotes, las tasas de letalidad han oscilado entre el 24% y el 88% en función de la cepa vírica y del tratamiento de los casos”, señala la OMS.
Este virus fue bautizado por la ciudad alemana donde se detectó por primera vez, Marburgo, en 1967, en un laboratorio cuyo personal estuvo en contacto con monos contagiados, importados de Uganda.
En el mismo año se detectaron otros dos focos en laboratorios de Fráncfort, Alemania, y en Belgrado (Yugoslavia, hoy Serbia). Siete personas murieron por la enfermedad.
Desde entonces, se ha reportado en varios países de África, como Angola, la República Democrática del Congo, Kenia, Sudáfrica, Uganda y Guinea.
El más reciente brote se había producido en Ghana (2022), donde fallecieron dos de las tres personas infectadas (letalidad del 67%).
El virus forma parte de la familia de los filoviridae (filovirus), como el ébola (con el que comparte numerosas características), y se transmite al ser humano a través de los murciélagos de la fruta (rousettus), habitualmente considerados como los huéspedes naturales de este patógeno.
Se contagia de persona a persona por el contacto directo de los fluidos corporales de los infectados, o con superficies o materiales, informa la OMS.
Los primeros síntomas de la enfermedad por virus de Marburgo son dolores musculares y de cabeza, y conjuntivitis, seguidos de malestar en la garganta, vómitos, diarreas, erupciones cutáneas y hemorragias.
Esto hace que sea difícil distinguir esta afección de otras patologías como el paludismo, la fiebre tifoidea, el cólera o fiebres virales hemorrágicas.
La enfermedad tiene un periodo de incubación de dos a 21 días, según la OMS, y después manifiesta sus síntomas de forma repentina, con una fiebre fuerte, cefaleas intensas y gran malestar.
No hay ninguna vacuna ni ningún tratamiento homologado a día de hoy. Actualmente, se están desarrollando terapias a base de productos sanguíneos, de tipo inmunitarias y con medicamentos.
Sin embargo, la OMS destaca que la rehidratación por vía oral o intravenosa y el tratamiento de los síntomas específicos mejoran la tasa de supervivencia.
Con información de AFP