Un grupo de investigadores descubrió restos de sangre humana y proteínas de huevos de ave en una máscara de cientos de años de antigüedad que pertenece a la cultura Sicán. El hallazgo fue publicado en la revista científica Journal of Proteome Research de la Sociedad Química Americana.
La cultura Sicán fue una civilización preinca que se desarrollo en la costa norte del país, actual Lambayeque, entre los IX al XIV d. C. Durante el período Sicán Medio (900-1100 d. C.), produjeron una gran cantidad de piezas de orfebrería, muchas de las cuales fueron sepultadas en las tumbas de la nobleza.
A principios de la década de 1990, un equipo de arqueólogos liderado por Izumi Shimada excavó la tumba de un hombre de élite y encontró un esqueleto pintado de rojo colocado boca abajo en la cámara funeraria. El cráneo del sujeto yacía a un costado con el rostro cubierto por una máscara del mismo color. En el lugar también se descubrieron los restos óseos de una mujer en trabajo de parto, su partera y dos esqueletos de niños.
Luego del hallazgo, los científicos identificaron el pigmento que cubría la máscara como Cinabrio. Sin embargo, Luciana de Costa Carvalho, James McCullagh y sus colegas se preguntaron qué sustancias habían usado la gente de Sicán en la mezcla de pintura como material aglutinante para que la pintura se mantuviera adherida durante 1.000 años.
Para descifrar el misterio, los investigadores tomaron una muestra de la pintura y la sometieron a exámenes de laboratorio. La espectroscopia infrarroja por transformada de Fourier (FTIR) reveló que contenía proteínas, lo que llevó al equipo a realizar un análisis proteómico utilizando espectrometría de masas en tándem. Esta prueba descubrió la presencia de seis proteínas de la sangre humana en la pintura, entre ellas: la Albúmina sérica y la Inmunoglobulina G.
Otra de las proteínas que se encontró es la Ovoalbúmina que proviene de la clara del huevo. La alta degradación de la sustancia impidió identificar la especie exacta de huevo.
Según los investigadores, el descubrimiento de sangre humana en el objeto refuerza su hipótesis de que la mascarilla del hombre simbolizaba su “fuerza vital”. Además, que la disposición de los esqueletos estaba relacionada con un “renacimiento” deseado del difunto líder Sicán.