Cantaba Chabuca Granda que José Antonio llegaba desde Barranco para ver la flor de Amancaes. En estos tiempos, aquel chalán al que la fina garúa le besaba las dos mejillas mientras cabalgaba hacia el Rímac, tendría que prolongar sus andanzas hasta la altura del kilómetro 101 de la Panamericana Sur, para admirar en las lomas de Asia (Cañete, Lima), la belleza de esa flor endémica de la costa peruana. Sea por la urbanización o el desprecio hacia la naturaleza, las amancaes ya no florecen en el Rímac; pero esto si ocurre en Asia, como lo comprobó ayer nuestro colaborador Rolly Valdivia Chávez durante el IV Festival de la Flor de Amancaes, organizado por la Comunidad Campesina de un distrito que esconde entre sus cerros una interesante biodiversidad. Sin duda un buen destino para las Fiestas Patrias.