Más que un dulce típico, este postre preparado en Huancaya (Yauyos, Lima) concentra una gran cantidad de proteínas y nutrientes.,Luis Pérez / Revista Rumbos Misma vaca loca, Manchita se aleja más y más por la presencia de esos extraños. No atiende el llamado de su dueña que ya no sabe qué hacer para apaciguar su rebeldía. Hace un rato intentó amarrar una de las patas del vacuno, pero no pudo. Ahora piensa en otra estrategia: acercar a una de sus crías para darle seguridad. PUEDES VER: Buen sabor: ruta gastronómica en la sierra y selva central Dio en el clavo. Su plan funciona. Aprovecha el instinto maternal y consuma su misión. Aun así, la vaca no les quita la mirada a los foráneos. Ellos se acercan temerosos ante una posible reacción. Y sí, Manchita muge. Tanto que se podría decir con una pizca de exageración, que su bramido se escucha en todos los rincones de la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas. Ni modo. Los visitantes tienen que dar marcha atrás. Retroceden unos pasos que, inmediatamente, se transforman en varios metros. Ellos encuentran resguardo detrás de un muro de piedras. Desde ahí –aún con los nervios de punta–, observan como Yeny Baca ordeña a su vaca Manchita. Su labor es productiva. Extrae muchos litros de leche. Concluye… y, como no hay primera sin segunda, la ternerita se conecta de inmediato con una de las tetillas de su madre, mientras Yeny, entusiasmada, prepara unos quesos para ofrecerle a los turistas que visitan su restaurante, ubicado en la misma Plaza de Armas de Huancaya (Yauyos, Lima). Dulce alimentación En el proceso de la elaboración del queso queda un líquido amarillento en el balde. Yeny no lo quiere eliminar por nada. Baja hasta el pueblo con sus quesos, el balde y sin Manchita que está suelta en el campo, pasteando con sus crías, sin obligaciones y sin curiosos que interrumpan su jornada diaria. Esos curiosos acompañan a Yeny hasta su restaurante. En el trayecto tienen en mente una pregunta que tarde o temprano se escuchará: ¿qué es lo que hará con ese líquido? De pronto, uno de ellos no aguanta más la incertidumbre y lanza la interrogante. “Un dulce muy típico de mi tierra”, responde y ríe. “Voy a preparar el suero de la leche como me enseñó mi madre”, detalla sin imaginar que ha creado más incertidumbre… Entonces, para revelar los misterios, pone al fuego una olla con azúcar rubia. “Hay que esperar que se derrita por completo para agregar agua, canela y clavo”, dice. Cumple su palabra. En el primer hervor vierte la harina sin preparar. “Para que no se formen grumos es mejor apagar el fuego”, cuenta uno de los secretitos que atesora. En eso, vierte el ingrediente que tanto revuelo causó en el campo y en el retorno al pueblo. Sí, es el suero de la leche de Manchita. Ahora todo encaja. “Esta es la mazamorra de leche”, presenta su dulce que emana un olor agradable. “Por las tardes, luego del trabajo en el campo, tenemos la costumbre de prepararnos por lo sencillo que es. Pero, más aún, porque el suero de la leche es rico en proteínas y nutrientes”, detalla. Una más para el libro. A tomar apuntes, entonces… El dato Saboree este dulce en el restaurante Berito, ubicado en la plaza principal de Huancaya (Yauyos).