EsSalud. A través de historias de pacientes trasplantados y familias de donadores se impulsa donación. ,Rebeca Peralta Cordova era una mujer joven con dos hijos pequeños. Tenía un buen trabajo y en tres días todo cambió. La muerte la sorprendió. Pero cuando ella rebosaba de salud dejó claro su deseo de convertirse en donadora de órganos. Y así sucedió. PUEDES VER: Ocho alimentos que no debes volverlos a calentar porque podrían envenenarte Doña Jesús Cordova Mena (66), madre de Rebeca, cuenta que los primeros días de junio del año pasado, su hija comenzó a sentir fuertes dolores de cabeza. Los médicos le dijeron que el estrés había causado estragos en su salud. Para el 05 de junio ya estaba hospitalizada y un día después, doña Jesús era informada que a Elizabeth se le paralizó la mitad del cuerpo. Su muerte era inminente. Los médicos del hospital Carlos Alberto Seguín Escobedo (CASE) le hicieron la más dura consulta. ¿Si llegado el momento aceptaría que su hija done sus órganos?. Aquella - recuerda doña Jesús - fue la pregunta más difícil de responder. Decidió cumplir con la voluntad de su hija, que en vida le pidió que permitiera entregar sus órganos. Hoy doña Jesús, apoyada en un bastón, lleva consigo a sus nietos, hijos de Elizabeth, Anahí (04) y Fabian (03). Es lo único que le queda de aquella hija de 34 años que murió al amanecer del 07 de junio. La muerte de su hija, a decir de la anciana, signifcó salvar la vida de otras tres personas. Dos varones recibieron sus riñones y un tercero, una de sus córneas. Esta es una de las historias que se reveló ayer, durante la reunión que se realizó en el auditorio del hospital CASE de EsSalud, entre los pacientes trasplantados y familiares de donantes. La idea de esta reunión, dice el coordinador de Procura y Trasplantes de EsSalud Arequipa, Gustavo Ortega Huamonte, es incentivar la donación de órganos en el marco de la Semana del Donante. Larga espera Otra de las historias que se conoció fue la de Lev Aramayo de 46 años. Cuenta que una noche de junio de 2015, recibió una llamada de EsSalud. Debía ir al hospital para saber si era compatible con un riñón. La gracia de Dios - dice él - permitió que lo trasplantaran. Aramayo, abogado de profesión, hace cuatro años fue diagnosticado con insuficiencia renal. Durante dos años y medio tuvo que someterse a una diálisis peritoneal, mientras esperaba un donante. El nefrólogo Gustavo Ortega señaló que en la región los pacientes con este mal, esperan entre dos y tres años para recibir un riñón. Desde 1993, cuando comenzaron estas cirugías en el hospital Carlos Alberto Seguín, se han realizado 320 trasplantes de riñones. El no acceder a un donante para los pacientes supone un riesgo diario de muerte. En la actualidad, 40 pacientes de todo el sur del país están pendientes que aparezca un donador y una familia que cumpla el último deseo de su ser querido.