A pesar de la desaceleración de la economía, la reducción de la pobreza ha seguido avanzando, si bien a un menor ritmo. Ahora un menor crecimiento económico también en el 2017 puede cambiar las cosas. La parte socialmente más filuda de eso es el retorno a la pobreza que significará para muchos. El número de pobres empezará a crecer otra vez. Es sabido que en todos los países las crisis producen nuevos pobres. Los casos más comentados son los de quienes caen de un buen pasar a la pobreza, la miseria incluso, por primera vez en sus vidas. Por algún motivo esta situación suele considerarse más dramática que la de quienes simplemente han vivido en la pobreza todas sus vidas, por generaciones. Ese es el caso de los nuevos pobres peruanos que asoman en el horizonte. Serían personas que lograron dejar la penosa condición, pero no instalarse lo suficiente como para resistir un cambio en las condiciones económicas. Podría decirse que por un tiempo dejaron de vivir como pobres, pero que no salieron realmente de la pobreza. Sin duda resistirán la resaca económica quienes pudieron acumular algo, como estudios o una propiedad, y son llamados, algo exageradamente, la nueva clase media. Allí el retroceso es más manejable, pero la angustia probablemente parecida. Pero una clase media reempobrecida siempre estará mejor ubicada que los pobres en la cola de la recuperación. Para los pobres que no lograron dar un verdadero, si bien pequeño, salto social, sino meramente mejorar sus ingresos por un tiempo, la decepción es doble, pues se frustra una esperanza. Es obvio que el retorno a la pobreza viene acompañado de una pérdida del empleo, con la consiguiente baja del nivel de consumo, y quizás el acoso de algunas obligaciones pendientes. Todo esto tiene que ver, evidentemente, con los millones de personas que simplemente no han podido salir de la pobreza en estos dos decenios de bonanza económica. Los retornados a la pobreza no serán sino un capítulo en una historia más larga y más amplia. En el 2015 una quinta parte de la población ganaba menos que el costo de la canasta básica de consumo. Datos INEI de la llamada pobreza monetaria: dos tercios del total están en la sierra; los que hablan una lengua nativa duplican a los que hablan castellano; un tercio del total son nativos.