PPK puede ser un mejor presidente que candidato.,Desde que ganó la elección, hace cuatro domingos, Pedro Pablo Kuczynski está demostrando que, a diferencia de la mayoría de sus predecesores, él puede ser mejor presidente que candidato, y que se pueden hacer muchas cosas hasta que Keiko Fujimori decida salir del silencio sísmico en el que anda. En la política abundan personas con una gran capacidad de ilusionar al elector que es directamente proporcional a la que tienen para defraudarlo después de que ganan la elección. La historia de PPK puede ser distinta. Hay consenso en que él fue un mal candidato y en que ganó la presidencia por “un pelito” y por su persistencia para seguir con entusiasmo a pesar de que su campaña era muy mala y que, por ello, aparecían candidatos que lo pasaban como poste en carretera, desde César Acuña, Julio Guzmán y –casi– Verónika Mendoza. Al final, PPK ganó por escasos 40 mil votos porque hubo muchas personas para quienes el ‘no a Keiko’ fue una motivación clave en su decisión. En ese sentido, se podría decir que, teniendo en cuenta lo mal candidato que fue, todo lo que venga después solo puede ser mejor, pero los peruanos sabemos de sobra, por los presidentes que con frecuencia nos tocan, que siempre se puede hacer las cosas peor de lo esperado. PPK, puede, sin embargo, ser la excepción a la regla y ser mucho mejor presidente que candidato, pero no necesariamente por sus escasas habilidades como postulante sino porque es alguien que la vida lo ha preparado, como pocos, para ocupar la jefatura del Estado con mejores atributos, conocimiento y experiencia que la mayoría de sus predecesores. PPK ha ocupado cargos importantes en el sector privado y en el Estado peruano. Tiene, por tanto, contactos internacionales de primer nivel, y buen conocimiento de lo que funciona y de lo que no funciona en el sector público peruano, logrando una visión realista de lo que se puede hacer y de lo que es políticamente viable, así como del impacto de las tendencias mundiales en el Perú. Y, por su edad y experiencia, PPK sabe distinguir lo relevante de lo accesorio, lo cual ayuda a identificar las batallas que sí conviene emprender y cuáles es mejor dejar pasar. Todo esto PPK lo viene poniendo en práctica en el primer mes tras la elección, demostrando que, más allá del silencio sísmico en el que está Keiko Fujimori tras su derrota, y no obstante su gran fuerza en el Congreso, sí es posible construir un gobierno que pueda ser exitoso. Es decir, que no es necesario reunirse con ella para empezar a hacer las cosas.