La carrera electoral ya va a empezar a moverse., Acasi tres meses de la primera vuelta, y sin que se haya revelado una nueva encuesta desde hace tres semanas por el receso de fin de año, lo único que se puede concluir es que lo más probable es que el mapa electoral se va a mover de todas maneras aunque sea complicado prever por dónde lo hará. La última foto del año pasado ofrecía un consenso entre las distintas encuestadoras según el cual Keiko Fujimori iba primera con alrededor de un tercio del electorado, seguida en segundo lugar de Pedro Pablo Kuczynski, en tercer lugar de César Acuña, y luego –en ese orden– de los ex presidentes Alan García y Alejandro Toledo, y a una distancia ya no muy lejana de Julio Guzmán, Verónika Mendoza y Daniel Urresti. En los últimos días de diciembre y lo que va de enero se han producido algunos anuncios relevantes sobre alianzas y planchas electorales que pueden ser sorprendentes, como la de Alan García con Lourdes Flores, o la de Daniel Urresti con Susana Villarán, entre otras, que pueden haber impulsado algunos desplazamientos en la intención de voto, junto con las tendencias previas que ya estaban en marcha. ¿Keiko Fujimori habrá seguido perdiendo algunos puntitos –como en los últimos meses– hasta deslizarse a la zona de los veintes? ¿PPK habrá salido del estacionamiento en el que estaba, para arriba o para abajo? ¿Acuña habrá seguido subiendo o ya se detuvo su alza? ¿Por dónde estará ahora Alan García? ¿Julio Guzmán ya pasó a Toledo? La respuesta correcta quizá sea quién sabe, aunque lo más probable es que las siguientes encuestas empiecen a registrar movimientos en los sondeos de intención de voto que luego los opinantes de estos temas acomodaremos a nuestras propias explicaciones para justificar lo que ya sabemos que ocurrió. En todas las elecciones realizadas en el Perú desde el retorno de los comicios transparentes tras el colapso del fujimontesinismo, la foto electoral a tres meses de la primera vuelta nunca se ha mantenido igual hasta el día de la votación. Lo que sí será una novedad positiva es que los peruanos tendremos, desde el 28 de julio próximo, el cuarto gobierno democrático al hilo, un hecho que no es poca cosa en un país como el nuestro marcado por las interrupciones institucionales. Cuatro presidencias consecutivas elegidas en comicios transparentes, y en los que el gobierno de turno nunca consiguió la reelección, sino que siempre ganó una agrupación de oposición, constituye, no obstante todos los problemas evidentes y complejos de nuestra democracia, una expresión positiva del sistema que vale la pena saludar.