La educación en la sierra de Moquegua es de cerro a cerro | VIDEOS
Percy Bautista, un docente de 62 años que cada día sube los cerros para impartir conocimientos. Keny Cruz, el niño que sufrió un accidente escalando un cerro, pero persevera en su educación.
La jornada laboral para el docente Percy Bautista Sotomayor, empieza a las 6 de la mañana y a veces mucho antes. A esa hora debe ingresar a la plataforma de Aprendo en Casa del Ministerio de Educación, y descargar el material para sus alumnos del tercer grado de primaria del colegio Mariscal Ramón Castilla del distrito Ichuña, en Moquegua.
Este trabajo no se puede realizar desde casa. Debe dirigirse hasta un cerrito que está a unos 7 minutos de su casa, ubicado en la comunidad de Sicuani (Ichuña). Antes de la pandemia, el docente vivía en Ichuña, pero al incrementarse a 39 los casos positivos de coronavirus, no le quedó otra que refugiarse en su comunidad como muchos de sus colegas y población. Bautista tiene 62 años y le queda 3 años para jubilarse según la ley 19990.
Una vez que termina el proceso de la descarga que le toma hasta 20 minutos en medio del intenso frío, regresa a su casa. Allí termina de adecuar sus clases y cuando tiene el material, vuelve al mismo cerro y empieza a enviar por WhatsApp a cada uno de sus niños.
DEBE SUBIR CERRO PARA CLASES
A siete horas de camino y casi tres en vehículo, está su alumno Keny Cruz Ramirez (08). El niño debe subir a un cerro empinado del anexo de Uturuncani, que pertenece a la comunidad de Chaje, para encontrar señal de internet. En este pequeño pueblo ubicado a casi 5 mil metros sobre nivel del mar, no entra señal de radio y menos de televisión; herramientas que el Ministerio de Educación está usando para las clases remotas.
Pese a que ya tuvo un accidente, el niño no desiste y de lunes a viernes está a las 9 de la mañana en punto en el cerro. Primero envía sus evidencias de trabajo y luego recepciona el material que debe trabajar con su profesor y concluir algunas de ellas en casa. “No puede estar mucho tiempo allí arriba. La temperatura es menos 0 grados y hay ráfagas de viento con velocidades por encima de los 20 Km/h”, dice su profesor.
Keny proviene de padres ganaderos que no tienen más de 60 alpacas. Para comprar su primer celular, vendieron dos alpacas y así compraron un equipo móvil para sus clases. “El celular le duró menos de un mes. Como el cerro es agreste, sufrió una caída y lo rompió. Menos mal me tocó el bono y toda esa plata invertí en otro equipo”, confiesa su padre Emiliano Cruz.
Don Emiliano entiende que la mejor inversión que puede hacer, es en la educación de su pequeño. “Alalau, hace mucho frío en este cerro… En mi casa no hay señal de radio ni de televisión. Por eso he venido aquí para recibir la llamada de mi profesor Percy. Es muy triste vivir aquí, pero no me rindo. Tengo que salir adelante”, dice el pequeño en un corto video donde termina recomendando a usar mascarilla y lavarse las manos para evitar el contagio del coronavirus.
Al igual que este pequeño, decenas de niños realizan la misma acción en los poblados alejados distrito de Ichuña para seguir estudiando. Solo la capital de este distrito y tres pueblos cercanos a Ichuña, tienen el privilegio de tener señal de radio e internet en sus casas. Los demás, deben escalar cerros en busca de internet. Por eso piden la intervención del gobierno.
“Desde que empezó la pandemia, nadie se acercó a nosotros. Tenemos a la minera San Gabriel en el distrito que ni mascarillas nos donó como acción social. Queremos que el propio Estado vea nuestra realidad y pueda al menos colocar una antena de radio. No podemos seguir así”, acotó Emiliano Cruz, padre de Keny.
DATO
El docente Percy Bautista realizó tres visitas al niño durante esta pandemia. “Quería ver la necesidad de Keny y llegué en 7 horas desde Ichuña a Uturuncani. En verdad, el frío es insoportable. A través de la radio el gobierno entrega las clases a las 4 de la tarde. Decir al niño que vaya esa hora al cerro, es inhumano. Por eso decidí entregar el material a las 9 de la mañana”, señala.