Marcelino Abad Tolentino, el hombre que venció al tiempo, las tragedias y la indiferencia, dejó de ser invisible. Ayer, decenas de personas de distintas localidades de la provincia huanuqueña de Pachitea, acudieron al coliseo del distrito de Chaglla para conocerlo. Lo querían ver, escuchar, tomarse una selfie con él. Y 'Mashico', amable y feliz, aceptó una, dos y cien veces. Estaba contento y por eso lucía su camisa amarilla, su pantalón gris y su único par de ojotas. Motivos tenía. Había recibido su DNI, su primer pago del programa Pensión 65 (S/ 250), el cariño de mucha gente, atención médica, y lo que él tanto quería: pilas para su radio y el hacha con pico para la chacra. El solitario de Cormilla La existencia de Marcelino la divulgó este diario hace una semana. Fue luego de que una trabajadora del municipio de Chaglla, enterada de la presencia de un anciano solitario en el anexo de Cormilla, saliera en su búsqueda. Lo encontró y dio aviso a un promotor del programa Pensión 65 y al Reniec. Lo que vino después fue una serie de trámites y un desfile de funcionarios y testigos. Viejos conocidos Pero había otro motivo para que el hombre de 119 años luciera feliz. Ayer se reunió con Alfonso Cabello y Margarita Aguirre, dos adultos mayores de Chaglla que atestiguaron ante el Reniec respecto a la identidad y la edad de 'Mashico'. También conoció a Josefa Bravo Malpartida, pobladora de 107 años, quien, como él, es una supercentenaria que reside en Chaglla y pertenece a Pensión 65 desde el 2012.❖