Lavado anal: ¿de qué trata y en qué casos es recomendable previo al sexo?
Especialistas explican cómo realizar este procedimiento y cuáles son sus contraindicaciones.
En el sexo anal, la limpieza es uno de los factores importantes para evitar transmitir alguna bacteria y hacerlo de manera higiénica. Por ello, con la finalidad de realizar una limpieza profunda, muchos optan por las duchas anales.
Este procedimiento se debe practicar con mucho cuidado, puesto que tiene contraindicaciones que pueden ser perjudiciales. Para explicar la forma en cómo se efectúa, la médico ginecóloga Corina Hidalgo y el médico urólogo Jorge Saldaña nos dan sus recomendaciones.
¿Qué es el lavado anal?
Ambos especialistas indicaron que el lavado anal consiste en colocar soluciones para limpiar la zona del intestino. Pueden realizarse bajo prescripción médica de manera previa a un procedimiento intestinal o también antes de tener sexo anal con el objetivo de disminuir la carga bacteriana para prevenir las infecciones.
Lavado anal:¿cómo se realiza?
- Compra soluciones con el aplicador (enema).
- Lava previamente tus manos y limpia la zona anal antes.
- Recuéstate de lado y lleva las piernas hasta el pecho de modo fetal.
- Usar lubricante a base de agua o silicona en la perilla que se introducirá en el ano, y se puede usar anestesia coloidal.
- Introdúcelo, presiona el enema con el contenido y aprieta las nalgas. Debes ir al baño para que pueda salir el contenido anal en cuestión de segundos.
- Al momento de apretar el enema y sacarlo no debes dejar de presionarlo, puesto que, si se realiza, el aparato puede hacer que todo lo limpiado se introduzca de nuevo.
¿Cada cuánto tiempo se puede realizar el lavado anal?
Corina Hidalgo señaló que no es necesario hacerlo periódicamente, al menos que tengas una condición médica.
“Se puede infectar si no tienes la adecuada higiene al momento de hacerlo, puede haber fisuras anales, por el problema de la colocación, o deshidratación porque las soluciones que se usan son soluciones hipertónicas”.
Asimismo, la ginecóloga resaltó que hay contraindicaciones, ya que no cualquier persona lo puede hacer. “Si tienes una condición médica intestinal, dolor, sangrado o fisura anal, antes que te coloques un enema es mejor consultarlo con médico para que todo esté bien”, indicó.
“Se puede hacer ayuno antes comiendo alimentos líquidos o fibras, de manera que los residuos sean menores para que no tenerse que hacer un lavado”, comentó Hidalgo para quienes no deseen hacer este procedimiento.
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Por otro lado, Jorge Saldaña indicó que la frecuencia va a depender de cosas como la alimentación, de cómo este tu flora intestinal y con qué cantidad tienes sexo anal en la semana.
“Se debe hacer dos veces por semana cómo máximo. Pero, antes de hacer este procedimiento, yo preferiría recomendar que usen un preservativo y ya. Además de hacer un lavado normal con agua y con jabón en la zona”, sugiere el urólogo Saldaña.
Lavado anal:¿qué es el consentimiento sexual?
El consentimiento es el acuerdo mutuo que hay entre dos o más personas para que se realice cualquier tipo de práctica o acto vinculado a temas sexuales. Según el especialista en educación sexual integral, Diego Portillo, y los psicosexólogos Christian Martínez y Pierina Vergara, se debe tener en cuenta lo siguiente:
- Respeto: la opinión del otro y los deseos del otro pueden ser diferentes a los de uno mismo.
- Tolerancia: considerar y aceptar los pensamientos diferentes.
- Aceptación: si en algún momento se manifiesta que no se está de acuerdo con determinada actividad sexual, esta debe ser aceptada.
- Trato adecuado: cuando no se acepta, no debe generarse mecanismos de manipulación verbal para llevar el acto que en un inicio no se quería.
- Confianza: generar confianza en la relación —sea en una abierta o no— para expresar lo que gusta o no sin miedos.
- Libertad: no puede ocurrir en momentos en los que la persona sea chantajeada, presionada, o cuando la persona se sienta en situaciones de amenazas. Incluso, porque estés en una relación, no tienes ‘deberes sexuales’.
- Conciencia: ambas partes sabrán lo que van a hacer y sobre todo que estarán haciéndolo porque los dos lo desean y con la información correcta de lo que se va a hacer.
- Expreso: el consentimiento debe ser expresado de manera verbal por ambos.
- Respuesta positiva: si no es verbal, debe ser expresado de manera positiva mediante gestos (por ejemplo, movimiento de cabeza), en los que quede claro que ambas partes tienen la intención de realizarlo.
- Lucidez: debe ocurrir en un momento de plena lucidez (no con alcohol, drogas o alguna otra sustancia que provoque la pérdida de consciencia).
- Reversible: se puede cambiar de parecer sobre lo que desean hacer en cualquier momento, incluso si ya hubo consentimiento antes.
- Preguntarse siempre: debe ocurrir en todo momento, así sean parejas de muchos años o casados, inclusive en momentos de abrazar o besar.