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Política

Sin alianzas y luchando contra el antivoto, candidatos van a la segunda vuelta en Moquegua

En Moquegua, un cuestionado exgobernador de 70 años compite contra una bachiller en Derecho de 32 años de edad. Dos de ellos pertenecen a Somos Perú y otros dos a movimientos regionales.

Moquegua. Jaime Rodríguez y Gilia Gutiérrez tienen diferentes perfiles. Foto: composición La República
Moquegua. Jaime Rodríguez y Gilia Gutiérrez tienen diferentes perfiles. Foto: composición La República

En el sur, los departamentos de Cusco y Moquegua elegirán a sus gobernantes regionales para el periodo 2023-2026 en una segunda vuelta electoral. Los comicios se realizarán el 4 de diciembre y las campañas de los candidatos están en marcha. Tratan de sacarle ventaja al antivoto de sus contrincantes y sin alianzas electorales.

En Moquegua, 152.000 electores podrán elegir, por primera vez en su historia, a su gobernante regional a través de una segunda vuelta. Los candidatos Jaime Rodríguez Villanueva (70 años, movimiento Kausachun) y Gilia Gutiérrez Ayala (32, Somos Perú) pasaron a la segunda vuelta: el primero con el 28% de votos y la segunda con 24% de respaldo.

Rodríguez, docente de profesión, tiene una sentencia declarada en su hoja de vida por nombramiento ilegal del cargo, consentida y cumplida. La sanción proviene de la designación irregular de un funcionario en el 2015, en el segundo periodo como gobernador de Rodríguez. Su primera experiencia en el cargo fue en el periodo 2007-2010.

El candidato cobró notoriedad nacional cuando declaró en el 2014 que había robado en carretilla para compartir con el pueblo. Rodríguez ha tenido otras denuncias por corrupción, pero la Fiscalía no ha logrado una sentencia firme en ninguno de esos casos. En el 2018 fue absuelto por la Sala Penal de Apelaciones de una sentencia de peculado doloso.

Gutiérrez, bachiller de Derecho, fue en el 2020 prefecta regional de Moquegua durante el mandato del expresidente Martín Vizcarra. Renunció tras difundirse imágenes de una reunión social en la que participó a pesar de las restricciones durante la pandemia de la COVID-19. No ha ocupado cargos por elección popular, no tiene sentencias y su principal discurso está referido a la lucha contra la corrupción y la reactivación económica.

El principal punto de ataque de sus opositores es la cercanía que tuvo con Vizcarra y haber prestado servicios durante su Gobierno, al igual que para el Gobierno del actual gobernador Zenón Cueva. Ella ha negado que Vizcarra o Cueva estén detrás de su candidatura o tengan injerencia en su campaña.

En la primera vuelta de las tres provincias de Moquegua, Gilia ganó en dos de ellas, Mariscal Nieto y General Sánchez Cerro; mientras que Rodríguez ganó solo en la provincia de Ilo. Este último territorio es el principal bolsón de votos fieles a Rodríguez, allí obtuvo 15.000 votos y Gilia 6.000. En Mariscal Nieto, ambos obtuvieron cifras cercanas superiores a los 10.000 votos (Gilia 14.824; Rodríguez 11.421).

Los analistas sostienen que Gilia, para obtener la victoria, tendrá que desmarcarse de Vizcarra y ganarse el antivoto de Rodríguez, es decir, convencer a los electores que no la prefieren a ella, pero que jamás votarían por el exgobernador. Ella tiene entre sus simpatizantes a jóvenes y mujeres, ahora necesitará ganar más respaldo en la población adulta, en especial de los varones.

Por su parte, Rodríguez, para ganar, necesitará exponer mejor su plan de gobierno, mostrarse más técnico, y convencer al antivoto de Gilia, electores que se niegan a darle su apoyo por el factor Vizcarra, y que la descalifican por su poca experiencia en gestión pública y su juventud. Ambos candidatos carecen de alianzas electorales en la actualidad.