Aportes. Tras varios años de espera, hoy se inaugura este centro que no recoge fríos datos estadísticos sino relatos de vida y los esfuerzos de superación que enmarcaron el tránsito de todos los peruanos por los años de la guerra interna. , No es una, sino son muchas historias las que se reúnen en el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social. No solo incluye crónicas de horror, de víctimas y victimarios, sino relatos de vida y no las frías estadísticas que dejó la guerra interna que azotó al país entre 1980 y 2000. El presidente de la Comisión de Alto Nivel del proyecto, Diego García Sayán, explica que se resalta la capacidad de respuesta de los peruanos para enfrentar la violencia política que empezó Sendero Luminoso y que dejó una secuela de sangre. "No es un enfoque clásico de este tipo de espacios, donde solamente aparecen los afectados, sino presenta a una sociedad que contribuyó a que la memoria sea un elemento de sanación, reparación y reconciliación", expone, mientras supervisa los últimos detalles para su inauguración. Agrega que la muestra recoge la visión común de los sectores consultados sobre la propuesta del guion museográfico, entre ellos las esposas y madres de los desaparecidos por las fuerzas armadas, así como las viudas de militares y policías asesinados por Sendero Luminoso: remarcan que sufrieron pero también que sacaron adelante a sus familias. García Sayán reconoce que habrá críticas, por ello señala que esta exposición no busca ser una "santa palabra". "Lo que hemos intentado es reflejar un proceso histórico, que no solo tiene sombras, sino luces, y que resalta la capacidad de superación de la sociedad peruana", enfatiza. Historia sin fin Los curadores Eliana Otta y Ponciando del Pino explican que el eje de la muestra es articular la reflexión sobre institucionalidad, democracia y ciudadanía en el país. Nos explican el porqué de cada sala. Por ejemplo, que las imágenes sobre el atentado en Chuschi, donde los terroristas quemaron las ánforas electorales, recuerdan no solo el inicio de la violencia sino que fue contra las poblaciones analfabetas que por primera vez ejercerían el derecho a voto. También, que las historias de masacres como Putis o el asesinato de los periodistas en Uchuraccay, no acaban allí, sino que están acompañadas de sus esfuerzos por dejar de ser poblaciones pobres y olvidadas. En la sala "Una persona, todas las personas", se entremezclan, en pantalla gigante, los testimonios de 18 familiares de desaparecidos y funcionarios públicos asesinados, así como policías heridos, entre otros. Y es que recordar solo tiene sentido si se vincula al presente.,