César Acuña no asume responsabilidad de daños causados por los huaicos en Trujillo: “No se puede hacer nada”
El gobernador regional de La Libertad desestimó los reclamos ciudadanos en los que le reprocharon la falta de prevención de desastres naturales.
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El gobernador regional de La Libertad, César Acuña, no asumió la responsabilidad por los daños en viviendas y carreteras producto de los huaicos en la región. En lugar de ello se excusó diciendo que no se "puede hacer nada contra la naturaleza", ignorando las acciones de prevención de desastres naturales.
"La gente está contenta con la presencia del gobernador porque saben que nosotros (lo interrumpen). Estamos acá para apoyar a la gente. Las reflexión es que no se puede evitar lo que cause la naturaleza. Esto es producto de la naturaleza entonces nosotros como gobienro regional junto al alcalde estamos acá para apoyar a la gente", indicó rodeado de decenas de personas que le reclamaban por el daño en sus viviendas en Wichanzao.
"Nosotros le dimos nuestro voto" se escuchó entre la ciudadanía. Ante esto, el gobernador prometió reubicar a las familias damnificadas. Sin embargo, en las calles solo se escucha escepticismo. "Puras palabras, como siempre", indicaron los vecinos.
"Ahorita acabo de informarme que este sector necesita un muro, primero vamos a limpiar el sector, ya estamos trayendo maquinaria y alimentos. Lima nos enviará material como pico y botas para la gente", agregó el gobernador.

Gobernador César Acuña en una de las zonas más afectadas por los huaicos en Trujillo. Foto: La República
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Lluvias intensas y huaicos en Trujillo
Por tercera vez, el desastre se repite. La ciudad de Trujillo vuelve a hundirse en el caos tras más de tres horas de lluvias torrenciales, desatando el desborde de la quebrada Las Palmeras e Indoamérica, en el distrito de La Esperanza, San Idelfonso en el distrito El Porvenir y San Carlos en el distrito de Laredo.
El agua arrasó con calles, viviendas y dejó al hospital distrital Jerusalén convertido en un foco de insalubridad e inoperatividad total. Decenas de familias han quedado en la miseria, reviviendo una pesadilla que parece no tener fin.
El hospital distrital Jerusalén, vital para la comunidad del distrito La Esperanza, se convirtió en un pantano de aguas putrefactas. Salas de operaciones, hospitalización, partos y emergencias quedaron inutilizables. El hedor nauseabundo obligó al cierre del establecimiento por al menos tres días, tiempo necesario para su desinfección.
Afectados denuncian abandono por parte de César Acuña
El drama se extiende a al sector Mampuesto en el distrito El Porvenir, donde el miedo se ha instalado en cada hogar. Familias desesperadas han construido muros de cemento con la esperanza de detener el agua si es que se llega a salir en gran cantidades.
Todos los años tenemos temor que se vuelva a inundar su vivienda hasta el techo por ello a puesto un muro de cemento y una puerta de metal. Ya no creen en las autoridades.
"Acuña nos ofreció carretillas, palanas venir de casa en casa a entregar, hasta ahora vino el huayco y no aparece", lamento el señor Marco Rojas.