El año de las frases disparatadas y agraviantes
Hay el peligro, alerta el politólogo Paolo Sosa, de que se siga degradando la política. Y preocupa, según el psicólogo Jorge Yamamoto, la tendencia al achoramiento de las autoridades que deben tomar decisiones importantes, inteligentes, y no emocionales.
Las palabras del ministro de Educación, Morgan Quero, acaban de confirmar que este 2024 es el año de las frases disparatadas, en muchos casos agraviantes. Pero no fue el único que se lució en la faceta de irse de boca.
La expresión de Quero (“los derechos humanos son para las personas, no para las ratas”, que dijo a Almendra Ruesta, reportera de La República) desató un reguero de críticas en su contra. Hasta Fuerza Popular de Keiko Fujimori y también Vladimir Cerrón, aliados del régimen, rechazaron “enérgicamente” esa opinión. El segundo exigió su renuncia inmediata.
Quero no fue el único, aunque sí quizás uno de los más notorios deslenguados de este Gobierno, como veremos en seguida.
El año de los mensajes desatinados lo inició ni más menos que la presidenta Dina Boluarte.
“Soy la mamá de todo el Perú”, dijo ella en Trujillo, sonrisa mediante, al lado del gobernador César Acuña. Era febrero del 2024 y todavía se sentía el dolor por las muertes de 50 compatriotas en las protestas contra su Gobierno, donde había niños y jóvenes entre las víctimas.
Fue la misma mandataria que poco después, ante las críticas a su gestión, utilizó el término ‘terrorismo de imagen’ contra la prensa.
“Tenemos que luchar contra un nuevo mal, una nueva amenaza, la guerra de las mentiras, las fake news, las noticias falsas, creadas para hacer terrorismo de imagen”.
Por esos días de marzo, cuando estalló el caso de los Rolex, dos ministras salieron en su ayuda afirmando que la atacaban por su condición de mujer.
“Desde que ella ha asumido, siempre hay algo que va saliendo, me pregunto ¿es porque ella es mujer? No recuerdo que en otras gestiones se hayan visto los relojes de presidentes”, afirmó la entonces ministra de Cultura, Leslie Urteaga. “Confío en mi presidenta. A mí me apena que, por ser mujer, se le esté atacando”, dijo la exministra de Desarrollo Agrario Jennifer Contreras.
Por esos días, Boluarte también salió a defender en público a su hermano Nicanor, hoy prófugo de la justicia. “Mi hermano no participa ni con una sola pestaña en las decisiones de este Gobierno”, aseguró. También respondió de forma despectiva a un reportero que le pedía acciones ante los incendios forestales: “No necesito tus lágrimas”. Y en julio, en el desfile militar, respondió a un asistente que le gritó corrupta: “Tu mamá”.
Pero una de las frases que tuvieron más eco fue: “Hasta con 10 solcitos hacemos sopa, segundo y hasta postrecitos; así somos las mujeres”.
Aparte de Boluarte, un comentario infaltable en el recuento es el de la exministra de Vivienda Hania Pérez de Cuéllar, con una solicitud insólita: “Les pido que oren, recen, por todas las autoridades para que no flaqueemos, para que no seamos tentadas en robar”.
Aunque Quero será muy recordado por su frase contra las víctimas de las protestas del 2022 y 2023, tiene, por cierto, otras perlas. Igual de repudiable fue su explicación tras un reportaje de La República denunciando 500 casos de violación en Condorcanqui. Dijo, refiriéndose a las violaciones: “Si es una práctica cultural, lamentablemente que sucede en los pueblos amazónicos para ejercer una forma de construcción familiar con las jovencitas, entonces vamos a ser muy prudentes”. Luego, indicó que había sido tergiversado, pronto se disculpó con el pueblo awajún y reconoció que dio “declaraciones inaceptables” relacionando “prácticas culturales” con violaciones a menores.
Degradación y frustración
Para el politólogo Paolo Sosa, hay una degradación en general de la política peruana. “Eso hace que cada vez los adjetivos, la descalificación y la animalización (Quero usó el término ratas, la congresista Norma Yarrow acusó a una colega de solo usar burro) de los oponentes sean más frecuentes de escuchar. Ya es una constante de este Gobierno y de ministros que se refieren de manera peyorativa a sus opositores. Ya es sistemático, no es una situación aislada, anecdótica, y tiene que ver también con la permisividad; es decir, no hay sanciones ni política ni morales, no hay incentivos para corregir el comportamiento”.
Sosa añade: “También creo que tiene que ver con la frustración que deben tener al saberse un Gobierno tan impopular”.
Le preguntamos si la violencia verbal es parte de un problema mayor de nuestra democracia. Opina que sí. “La degradación llega a eso, a insultar, a descalificar. Es sistemático y no solamente es del Gobierno. Políticos de otras bancadas se han expresado de manera peyorativa. Pero en el Gobierno hay una responsabilidad y da cuenta de la frustración como funcionarios, de la insatisfacción de cómo la gente los increpa por la calle. Si la autoridad política empieza a degradar su propio cargo, lo que sigue lo hemos visto con el Congreso… Ojo, la violencia verbal rápidamente se convierte en violencia física. Y eso es un nivel que deberíamos evitar”.
Un estilo de gobernar
Quero también dio explicaciones absurdas como que “el Perú tiene los maestros mejor pagados de América Latina”. Además, al comentar el 3% de la aprobación de Boluarte dijo: “Tenemos nuestros propios datos”; y frente a las clases virtuales ordenadas de manera injustificable debido a la APEC, comentó: “Será una oportunidad para estar más cerca de nuestros hijos”.
Al igual que Quero, destaca en esta lista de frases desconcertantes el ministro del Interior, Juan José Santiváñez. En un audio, el cual niega que sea suyo, se le escucha decir: “Tú sabes que para subir, todo vale”… “(Dina) me preguntó: ¿usted puede desactivar la Diviac? Yo dije: sí”.
Santiváñez usó el término caviar para atacar a la prensa y a todo crítico de su gestión. “Son defensores de la caviarada… Hay medios de comunicación contaminados por la caviarada”, dijo ante audios difundidos por ‘Cuarto poder’.
En otro audio, que igual niega que sea suyo, se le escucha: “Oye, dile, pues, al doctor que controle al huevón de La ‘Encerrona’… Mi ayuda en lo que necesiten, pero no voy a aguantar cojudeces”.
También está el ministro Ángel Manero Campos, quien asegura que en el Perú se vive muy bien: “Lo que tenemos que decir es que en el Perú no se pasa hambre, hasta en el último pueblo del Perú se come de manera contundente”.
Al premier Gustavo Adrianzén también se le oyó algún desliz, como cuando descalificó el paro de transportistas por las extorsiones: “El Perú no se detiene, no les podemos hacer el juego a los que quieren socavar la democracia”.
Pero no solo el Ejecutivo cayó en desatinos. Los congresistas aportaron lo suyo. “Hay demasiada democracia… Tendría que ser ajustada de acuerdo a la realidad”, expresó el congresista Edward Málaga. Y el expresidente del TC Ernesto Blume soltó: “El sistema interamericano está infiltrado del cáncer caviar”. Y lo peor, sobre los muertos en protestas: “A la presidenta le he exigido en esa época que sea más dura con la represión, era blanda al principio…”.
“No hay coherencia con el puesto”
Para el psicólogo social Jorge Yamamoto, “hay personas que cuando adquieren poder van a desarrollar una actitud autoritaria, van a perder perspectiva y actuar de modo omnipotente, poco autocrítico y van a rodearse de personas que les siguen su discurso”.
Opina que les observa un fuerte estrés acumulado, “quizás por los incidentes al inicio del Gobierno y que genera mucha presión al gabinete actual”. Añade que “puede ser que en el ministro Quero haya aspectos culturales y de temperamento que marcan su tendencia a ser ese tipo autoridad, que no es coherente con su puesto de ministro de Educación y sí lo es con la cultura ‘chichoachorada’ que está caracterizando nuestro país en general”.
Considera que las autoridades del país requieren un tipo de autocontrol emocional, necesario para tomar decisiones inteligentes y no emocionales. ❖