Política

Natalia Sobrevilla: “El Perú es mucho más que Lima”

“La ciudad de Lima tiene una problemática propia, tiende a mirarse a sí misma”, aseguró la historiadora, quien explicó cómo esta problemática viene desde la proclamación de la independencia.

En la primera edición de La Entrevista del 2022, Paola Ugaz conversó con la historiadora Natalia Sobrevilla sobre un gran problema que arrastra el Perú desde la independencia: la centralización en Lima.

¿En qué marco se da la independencia de los peruanos?

Es un proceso global, no solo ocurre en el Perú. Está enmarcado en las guerras revolucionarias de independencia de todo el continente, es el resultado de la invasión napoleónica en España y movimientos como los de Túpac Amaru que son las eras de las revoluciones; es decir, las poblaciones americanas buscan tener una nueva relación con los gobernantes.

Si nosotros nos concentramos en la proclamación de la independencia en Lima, que es la obsesión de la celebración y efeméride en el Perú, perdemos de vista la complejidad.

El año 1821 es hecho para Lima, pero en 1824 tenemos la Batalla de Ayacucho, que es uno de los cierres para que la corona española se vaya de verdad. ¿Qué podemos esperar dos siglos después?

Tuve la oportunidad de recorrer muchos de los campos de batalla, lugares donde se pelearon estas guerras en un proyecto que se llama La ruta del bicentenario, donde ciclistas profesionales han atravesado 800 kilómetros de territorio peruano en los espacios donde estuvieron los ejércitos independentistas.

Poder recorrer esos espacios, conocer a las personas que viven ahí, sus problemáticas, necesidades, la distancia que hay con Lima, ha sido fascinante y me ha permitido entender al Perú muchísimo mejor. Entender que el Perú es mucho más que Lima es algo que me llevo como recuerdo.

La proclamación de la independencia por José de San Martín se ha convertido en un evento tan central que muchos peruanos no consideran que la independencia continúa. Ese 1822 fue central porque se da el Primer Congreso Peruano, ahí Don José de San Martín le entrega el mando a este primer Gobierno, vamos a tener las primeras elecciones para una República. En el año 23 tenemos la primera Constitución peruana.

Nosotros no teníamos idea de lo que era ser peruano; es decir, había puneños, cuzqueños, ¿cómo se empieza a formar el peruano?

Los peruanos se van a entender a sí mismos porque no son chilenos, colombianos, hay una oposición entre las personas que vienen con San Martín de Río de la Plata y, posteriormente, los que vienen de Colombia con Bolívar. En este proceso de guerra se van a organizar ejércitos con banderas, símbolos e ideas.

¿Qué cosas has encontrado en Lima que han sido contrastadas en esta pandemia?

En los últimos 20 años he tenido la oportunidad de viajar muchísimo por el Perú, entonces tengo una cercanía con lo que sucede en provincias que para mí es importante porque si bien cada 1 de 3 peruanos vive en la ciudad de Lima, yo considero que para entender en el Perú es necesario salir de este centralismo.

La pandemia nos ha demostrado que la ciudad de Lima tiene una problemática propia, tiende a mirarse a sí misma. Hay una gran pujanza (en las provincias), pero también un Estado ausente. Hay un Estado que quiere proveer, pero una precariedad absoluta para proveerlo.

En Huancayo, Ayacucho, hay mucha pujanza, buscan construir cosas, repiensan como región, pero sigue la ausencia del Estado.

¿Cómo ves a Lima dos siglos después?

Es una ciudad muy ensimismada, mirándose al ombligo. Estas elecciones nos han demostrado que hay una gran vocación por el cambio, que hay una búsqueda por alternativas. Claro, estas no son muy buenas y tampoco vemos un Gobierno capaz, pero eso no quita la ilusión y el deseo.

¿Cómo se vio a Pedro Castillo en el 2021?

Es interesante porque siento que los medios están buscando cuál será el próximo escándalo, es un seguimiento de minuto a minuto para poder ver cuándo mete la pata el presidente, mientras que el Congreso ve cuándo puede dar un zarpazo y sacarlo.

Nosotros tenemos un sistema híbrido, que no es presidencialista ni parlamentario, sino las dos cosas, pero hemos virado cada vez más a un sistema parlamentario.

¿Qué fue lo malo del 2021?

Ha sido un año muy doloroso, de pérdidas, de dificultades. Una gran cosa ha sido la vacunación, la capacidad del Estado peruano para proveer vacunas.