"Las mujeres peruanas vestimos de luto riguroso, en señal de duelo, hasta que el Estado garantice educación en igualdad y lucha frontal contra la violencia de género".,La pareja de Ingrid Arizaga (38), la quinta asesinada por violencia machista en lo que va del 2019, era guardia de seguridad de una empresa que brinda ese servicio al Ministerio de la Mujer, una información que duele en su ironía. Un hombre que debía proteger, amenaza y mata. Un hombre cuya ocupación era ofrecer seguridad a una institución pública que lleva la palabra mujer en su nombre porque trabaja por nuestros derechos, mata a una de las nuestras. Un hombre que en lugar de cuidar, vulnera. Ayer vimos en un video cómo descargaba la pistola sobre la cabeza de la víctima, vimos a ese asesino machista en la televisión, con la camisa manchada por la sangre de la madre de sus cuatro hijos, que ahora quedan en el desamparo. ¿Contará como feminicidio o se valdrán como otras veces de triquiñuelas para hacerlo parecer otra cosa? Nosotras, las mujeres que respondemos a esa violencia, ya hemos puesto este doloroso contador a funcionar. A nosotras no nos engañan, ni las cifras, ni las grandilocuentes leyes que no se cumplen, ni el indolente e impune sistema de justicia. Ingrid fue la quinta. Antes fue Clorinda Bonifacio (49), asesinada a golpes por su pareja tras una discusión; Magdalena Suaña (29), ejecutada por negarse a tener sexo con su asesino. Perdimos de la misma manera a Daniela Torres (21), apuñalada y degollada por su novio, y a Roxana Mendoza (23), cuyo cadáver apareció metido en un costal. No, estas muertes violentas no son crímenes aislados de unos monstruos, todas estas mujeres fueron asesinadas por ser mujeres, porque hombres de masculinidad frágil, heridos en su impotencia por no poder poseerlas, decidieron que no merecían seguir vivas. Fueron 149 mujeres asesinadas el año pasado y al ver que solo en nueve días ya son cinco, solo podemos seguir con escalofríos. Desde ayer las mujeres peruanas vestimos de luto riguroso, en señal de duelo, hasta que el Estado garantice educación en igualdad y lucha frontal contra la violencia de género.