El caso Lava Jato ha dejado en evidencia que el pago de sobornos se cumple mediante diversas modalidades. Ya no estamos en los años 80,Hay políticos que pretenden engañar a los ciudadanos diciéndoles que los corruptos son los que reciben coimas en efectivo o en cuentas bancarias. “Jamás recibí un centavo”, “Yo no me vendí”, “Nadie me delató”, afirman. Es una manera de subestimar la inteligencia de los electores. A veces tienen suerte, porque hay quienes les creen y los reeligen. El caso Lava Jato ha dejado en evidencia que el pago de sobornos se cumple mediante diversas modalidades. Ya no estamos en los años 80. Como relata en sus memorias el procurador del Caso Lava Jato en Brasil, Deltan Dallagnol, A Luta Contra a Corrupção; Odebrecht desarrolló una increíble variedad de fórmulas para pagar clandestinamente las coimas, desde los famosos doleiros que transportaban el dinero en efectivo a pedido del cliente, hasta sofisticadas redes de transferencias con empresas fantasmas y testaferros, bajo la apariencia de servicios, asesorías y conferencias. La corrupción también se moderniza. Vladimir Netto, uno de los periodistas que más extensamente ha investigado el caso, y cuyo libro, Lava Jato: O juiz Sergio Moro e os bastidores da operação que abalou o Brasil, que dio origen a la serie ‘El Mecanismo’ –la exitosa producción de Netflix–; confirma que Odebrecht recurrió a la simulación para encubrir los desembolsos, como el reclutamiento de los allegados de los funcionarios públicos con fabulosos sueldos asignados a proyectos de la constructora, el suministro de bienes por intermedio de tupidas y enredadas operaciones financieras ficticias, o la contratación de empresas de los familiares de los que estaban en el gobierno. Con toda razón, el fiscal de Lavado de Activos, José Antonio Castellanos, sospecha que Odebrecht podría haber pagado favores a funcionarios del segundo gobierno aprista de Alan García mediante la contratación de la modesta empresa Transportes Don Reyna hasta por US$ 17 millones. La compañía es de propiedad de los hijos del exsecretario presidencial aprista Luis Nava Guibert, quien renunció a la presidencia del directorio para asumir funciones en Palacio con García, en cuya gestión Odebrecht ganó millonarias licitaciones al tiempo que la brasileña contrataba a Don Reyna para dichos proyectos. Un esquema que encaja con otros casos que consumó la constructora en Brasil y en los países donde operó, como explica el periodista Paulo Moreira Leite en su libro A Outra História da Lava Jato. No fue un golpe de suerte que Don Reyna creciera exponencialmente durante el régimen de García, que pasó de tener un capital de 15 mil 500 soles a más 4.4 millones de soles. Tampoco fue arte de magia, compañeros.